Canadá diseñó CF-105 para cazar bombarderos soviéticos

El CF-105 Arrow, interceptor delta de alta velocidad, alcanzó Mach 2 para contrarrestar bombarderos soviéticos, pero fue cancelado en 1959 por costos y cambios geopolíticos.

Avro Canada CF-105 Arrow: interceptor delta de alta velocidad

El Avro Canada CF-105 Arrow, un interceptor supersónico de ala delta, marcó un hito en la ingeniería aeronáutica canadiense durante la década de 1950. Diseñado para neutralizar la amenaza de bombarderos soviéticos con capacidad nuclear, este avión prometía velocidades superiores a Mach 2 y operaciones a altitudes de más de 50,000 pies. Su desarrollo comenzó en 1953 bajo la dirección de A.V. Roe Canada Limited, una filial del grupo Hawker Siddeley, en respuesta a las especificaciones de la Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF). Sin embargo, el proyecto fue abruptamente cancelado el 20 de febrero de 1959 por el gobierno del primer ministro John Diefenbaker, una decisión que desmanteló una industria prometedora y dispersó a miles de ingenieros especializados.

El diseño del CF-105 destacó por su configuración de ala delta, optimizada para vuelos a velocidades supersónicas. Esta geometría, aunque sacrificaba maniobrabilidad a bajas velocidades, permitía un rendimiento excepcional en ascensos rápidos y persecuciones a gran altitud. Equipado inicialmente con motores Pratt & Whitney J75, el Arrow estaba destinado a incorporar los más potentes Orenda Iroquois, diseñados específicamente en Canadá. Durante las pruebas de vuelo, iniciadas el 25 de marzo de 1958, el prototipo RL-201, pilotado por Janusz Zurakowski, alcanzó Mach 1.9 en vuelo nivelado, demostrando un manejo sobresaliente y un potencial que rivalizaba con los mejores interceptores de la época, como el Convair F-106 Delta Dart estadounidense.

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El programa del Arrow respondió a la amenaza estratégica de la Guerra Fría. En la posguerra, la Unión Soviética desarrolló bombarderos de largo alcance, como el Tupolev Tu-95, capaces de cruzar el Ártico para atacar objetivos en Norteamérica. Canadá, con su vasta extensión territorial, requería un interceptor capaz de patrullar grandes distancias y enfrentarse a estas amenazas antes de que alcanzaran su objetivo. El CF-105 integraba tecnologías avanzadas, incluyendo un sistema de control de vuelo por cable (fly-by-wire) analógico y un radar de última generación, lo que lo posicionaba como un competidor directo de diseños de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

El 4 de octubre de 1957, el Arrow fue presentado al público en un evento que coincidió con el lanzamiento del Sputnik I por parte de la Unión Soviética, un hecho que opacó su debut. A pesar de la expectación generada, el programa enfrentó desafíos significativos. Los costos de desarrollo se dispararon, alcanzando cifras que tensionaron el presupuesto militar canadiense. Además, la inteligencia canadiense estimó en 1958 que la amenaza de bombarderos soviéticos disminuía frente al auge de los misiles balísticos intercontinentales (ICBM), lo que redujo la relevancia estratégica del interceptor.

Datos clave del Avro Canada CF-105 Arrow

  • Velocidad máxima: Mach 1.98 durante pruebas, con proyecciones de Mach 2+ con motores Iroquois.
  • Altitud operativa: Superior a 50,000 pies (15,240 metros).
  • Armamento: Capacidad para 3 a 8 misiles aire-aire de largo alcance, con opción de cohetes nucleares.
  • Motores: Pratt & Whitney J75 en prototipos; Orenda Iroquois planeados para producción.
  • Peso: Aproximadamente 28 toneladas, comparable al bombardero Lancaster.
  • Prototipos construidos: Cinco unidades, todas destruidas tras la cancelación.

Cancelación y repercusiones del programa CF-105

CF-105

La cancelación del CF-105 Arrow marcó un punto de inflexión para la industria aeroespacial canadiense. El 20 de febrero de 1959, conocido como el “Viernes Negro”, el gobierno de Diefenbaker ordenó la suspensión del programa y la destrucción de los cinco prototipos, planos, herramientas y documentación, alegando temores de espionaje soviético. Esta decisión se saldó con la pérdida de 14,000 empleos en Avro Canada, que cerró sus puertas tres años después, y en un éxodo de ingenieros hacia Estados Unidos y Reino Unido, muchos de los cuales contribuyeron a proyectos como el Apollo de la NASA y el avión supersónico Concorde.

La justificación oficial para la cancelación se centró en los costos crecientes y el cambio en las prioridades de defensa. La aparición de los ICBM y el desarrollo de misiles superficie-aire, como el BOMARC, llevaron a los estrategas a cuestionar la necesidad de interceptores tripulados. Sin embargo, esta lógica resultó errónea, ya que la amenaza de bombarderos persistió durante décadas. La decisión también reflejó tensiones políticas internas, ya que el gobierno de Diefenbaker enfrentaba presiones para reducir el gasto federal. A pesar de intentos por vender el Arrow a países como Estados Unidos y Reino Unido, la falta de interés internacional, sumada a la preferencia por diseños nacionales en esos mercados, selló el destino del proyecto.

El impacto de la cancelación trascendió lo económico. El CF-105 se convirtió en un símbolo de la ambición tecnológica canadiense y su abrupto final alimentó teorías conspirativas sobre influencias extranjeras, particularmente de Estados Unidos, interesadas en frenar la competencia de Avro Canada. Aunque estas teorías carecen de pruebas sólidas, la destrucción total de los prototipos y documentos reforzó la narrativa de un proyecto sabotado. La RCAF optó por adquirir interceptores estadounidenses, como el CF-101 Voodoo, cuya rendimiento era inferior al proyectado para el Arrow.

El legado del CF-105 Arrow perdura como un ícono de la ingeniería canadiense. Su diseño aerodinámico y sus innovaciones tecnológicas, como el uso temprano de controles fly-by-wire, influyeron en desarrollos posteriores en la aviación militar. La ausencia de ejemplares originales, salvo fragmentos como la sección de la nariz preservada en el Canada Aviation and Space Museum, ha alimentado esfuerzos por reconstruir réplicas, incluyendo un proyecto en Calgary para crear una versión volable. En 2018 y 2020, iniciativas como Raise the Arrow recuperaron modelos de prueba del fondo del Lago Ontario, reavivando el interés por este avión legendario.

Contexto histórico y relevancia del Arrow

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El CF-105 Arrow surgió en un momento de rápidos avances tecnológicos y tensiones globales. La década de 1950 vio el desarrollo de aviones como el MiG-21 Fishbed soviético y el B-58 Hustler estadounidense, reflejo de una carrera por la supremacía aérea. Canadá, tras destacar en la Segunda Guerra Mundial con la cuarta fuerza aérea más grande del mundo, buscaba consolidar su industria aeroespacial. Avro Canada, fundada en 1945, ya había producido el CF-100 Canuck, un interceptor subsónico que sirvió hasta 1981, pero que resultaba insuficiente frente a los nuevos bombarderos soviéticos.

El Arrow no solo representaba un avance técnico, sino también un esfuerzo por posicionar a Canadá como un actor relevante en la defensa continental. Su diseño respondía a las especificaciones más exigentes de la RCAF, que demandaba un interceptor capaz de realizar giros de 2g a 50,000 pies sin perder altitud. La decisión de construir directamente desde la línea de producción, sin prototipos artesanales, reflejó una confianza en la ingeniería del proyecto, aunque también incrementó los riesgos financieros.

La cancelación del CF-105 tuvo consecuencias duraderas. La unificación de las fuerzas armadas canadienses en la década de 1960, motivada en parte por conflictos interservicios sobre el Arrow, marcó un cambio en la estructura militar del país. La dependencia de Canadá en aviones estadounidenses, como el F-104 Starfighter y el CF-101 Voodoo, evidenció la pérdida de autonomía en su industria aeroespacial. A pesar de su breve existencia, el CF-105 Arrow sigue siendo un emblema de lo que pudo haber sido, un recordatorio de los desafíos de equilibrar innovación, costos y prioridades estratégicas en un mundo en constante cambio.

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