Jesús Manuel Rodríguez Morán, «Chus Mirantes», el empresario leonés del carbón relacionado con los accidentes mortales en la mina de Cerredo, compareció este miécoles en la sección séptima de la Audiencia de Provincial de Alicante, con sede en Elche, donde se había convocado una vista por el caso de los 390 kilos de cocaína impregnados en carbón que el empresario trajo al Musel en 2014, siendo incautado en un camión que realizó un viaje a Pontevedra. En el caso hay otros dos empleados de Rodríguez Morán, José René Onís Fernández, para el que piden también diez años, y Eduardo López Rodríguez, al que piden una condena de nueve. A cada uno de ellos les piden 13 millones de euros.
La incomparecencia de uno de los acusados impidó que se celebrase la vista, en la que era posible quye se alcanzase un acuerdo con la Fiscalía. La vista será convocada en próximas fechas, una vez localizado el acusado que faltaba. El letrado Francisco Miranda y otros abogados del despacho VoxLegis se encargan de la defensa de Rodríguez Morán y otros tres acusados.
Según el escrito del fiscal, «Chus Mirantes», un empresario en aquel entonces sin antecedentes penales y completamente «limpio» fue contactado por un clan gallego y un cártel paraguayo de la droga. La trama tuvo un punto culminante con la importación a través de El Musel de 390 kilos de carbón impregnado de cocaína en un envío que llegó por barco, procedente de Paraguay.
El cargamento se llevó a una nave de Tremañes, en el polígono de Bankunión II, sede temporal de una de las firmas del empresario minero leonés, para luego cargarla en camión y trasladarla a una marmolería de Ordes (La Coruña), para la supuesta gestión final por el cabecilla de la operación y sus colaboradores.
Fue en Ordes donde se produjeron la mayoría de las detenciones, incluida la de un camionero asturiano que se vio inmerso en la operación al haber sido su empresa avilesina la que fue contratada para el traslado del carbón vegetal de Gijón a Galicia. Tras la actuación en Galicia, la Guardia Civil que llevó el caso entró en acción en Gijón deteniendo al industrial en El Musel y efectuando minuciosos registros en la nave de Tremañes que la firma del imputado tenía alquilada desde hacía pocos meses. Se quería comprobar si quedaba más droga en el carbón vegetal que seguía guardado, sin que se encontrara nada.
Del análisis final de lo incautado resultó que la droga total eran casi 294,5 kilos con una riqueza media expresada del 68,6 por ciento, con un valor de venta a terceros de más de 13 millones de euros. El fiscal antidroga de Alicante -ya que fue en el levante español donde se iniciaron las investigaciones que dieron con la culminación de las detenciones, inicialmente centradas en un holadés- ya ha redactado sus conclusiones instando a la apertura del juico oral. Se piden once años para el cabecilla, el gallego José Antonio Fernández Blanco; diez años para cinco implicados, incluidos el industrial leonés y su principal colaborador en la empresa, José René Onís Fernández, así como también para el paraguayo que gestionó el trasporte; para otros dos encausados se piden nueve años de prisión -uno de ellos es también empleado de la firma leonesa con sede en Gijón- y para otros tres acusados, seis años de cárcel. Las multas son de más de 13 millones por cada uno de los acusados.