Lejos a nivel presupuestario de Madrid y Barça, Unicaja sigue creciendo y ya es más que una alternativa a los grandes españoles y continentales. Los de Ibon Navarro revalidaron el domingo su reinado en la FIBA Champions League con una victoria por 67-83 ante el Galatasaray y suman cinco títulos esta temporada.
El conjunto malagueño abrió el curso con la conquista de la Copa de Andalucía (80-77 al Coviran Granada), la Intercontinental (75-60 al NBA G-League United estadounidense) y la Supercopa de España (80-90 al Madrid) y también vencieron a los de Chus Mateo en la pasada final de la Copa del Rey (93-79).
Los andaluces también alzaron la Copa del Rey en 2023 y la FIBA Champions en 2024, por lo que es obvio que son candidatos a todo con la fuerza colectiva como gran argumento. Cada victoria en la tercera competición continental ha supuesto un premio de un millón de euros. Pero… ¿cuáles son las claves de Unicaja?
Saber gastar
Una de las premisas principales de Unicaja en los últimos años es la de aprovechar al máximo los recursos económicos de que dispone el club con la solidez que da una empresa como Unicaja. Por ejemplo, no se volvió loco para suplir a Darío Brizuela cuando el Barça pagó 1,2 millones de euros en 2023 por su libertad e invirtió menos de la mitad en el fichaje de un Kameron Taylor que había maravillado en el Bàsquet Girona.
El vigente campeón de la Supercopa y de la Copa del Rey no hace grandes inversiones en fichajes ni en cláusulas de rescisión como los azulgranas con el citado Brizuela o con Joel Parra. Lo más importante es que ficha en base a sus necesidades. Así llegó Melvin Ejim por Will Thomas o se incorporó a Yankuba Sima para fortalecer el juego interior, ya que a David Kravish le gusta buscar la superioridad con su tiro de cuatro metros.
Afición y club sólido
Unicaja cuenta con una de las mejores aficiones del baloncesto español, con una media de más de 10.000 espectadores por partido en el Martín Carpena (en la Liga Endesa tan solo lo supera el Baskonia) y una fidelidad a los colores a pruebas de bombas. El club surgió en los 90 tras la fusión del Caja de Ronda y el Mayoral Maristas en una ciudad muy de baloncesto.
La solidez del club también se ve en la política deportiva, con fichajes de futuro, mimo hacia la cantera y cesiones como la del recuperado Tyson Pérez tras jugar la pasada temporada en Andorra. O la del base Mario Saint-Supery, quien sigue creciendo en el BAXI Manresa. El capitán Alberto Díaz representa a la perfección los valores unicajistas y el joven Manuel Trujillo (18 años) apunta a ser la última perla de las categorías inferiores.
Ibon Navarro, el jefe
Ibon Navarro aterrizó de manera casi casual en el Martín Carpena tras la larga etapa de Joan Plaza en el banquillo (2013-18), al que siguieron Luis Casimiro (2018-21) y el griego Fotis Katsikaris (2021-22). El vitoriano fue destituido por el Andorra el 23 de enero de 2022 y días después cayó el griego en Unicaja, lo que provocó el fichaje de Navarro el 9 de febrero de 2022. Es decir, se unieron todos los astros en el momento ideal.
El vasco ha encontrado en Málaga la horma perfecta para su de baloncesto muy intenso, defensas firmas y posesiones muy maduradas con pases extras hasta dar con la mejor opción de tiro. Navarro ha conquistado seis títulos en las últimas tres temporadas y el equipo no para de crecer. De hecho, puede fallar en partidos puntuales, pero siempre da la talla en los importantes o cuando vislumbra la conquista de un galardón.
Sin estrellas y roles muy definidos
¿Cuál es la gran figura de Unicaja? En el Madrid uno citaría a Tavares o a Campazzo, en el Barça podrían ser Punter o Jabari Parker y en el Baskonia parece claro que son Markus Howard y Moneke. En Unicaja es una pregunta complicada, ya que el verdadero tesoro del equipo es la cantidad de jugadores que pueden definir los partidos, si bien habría que decantarse por el estadounidense Kendrick Perry como principal referente. Para el papel de escudero, valdrían Tyson Carter, Kameron Talor, Kravish, Osetkowski… prácticamente todos.
Para ello es preciso que cada jugador tenga muy claro lo que el equipo necesita de él. Por ejemplo, Yankuba Sima debe pelear en la ‘pintura’, Kalinoski es el ‘francotirador’ del equipo, Osetkowski es el que tiene más bula para marcar diferencias tanto dentro como fuera y entre Alberto Díaz y Tyson Pérez deben aportar intensidad.
La intensidad es innegociable
Citada ya antes, la palabra intensidad es clave para Ibon Navarro y explica los éxitos del equipo con Alberto Díaz como gran figura en este apartado. En la final del domingo contra el Galatasaray no anotó, pero robó una bola y forzó tres faltas en ataque (las dos primeras casi consecutivas en un momento importante del partido).
Unicaja es capaz de superar a sus rivales en agresividad y terminar los cuartos con menos faltas que su rival. Los jugadores tienen piernas en el desplazamiento lateral para ejecutar con maestría la defensa de los bloqueos exteriores y Osetkowski sabe cerrar al base y llega a tiempo para la continuación del interior. Es el baloncesto moderno, el que practica el Monaco (verdugo del Barça en la Euroliga) y el que permiten los árbitros. Se trata de jugar lo más cerca posible del borde del reglamento y ahí los malagueños son difíciles de superar.