Un hecho extraordinario merece una respuesta extraordinaria. Y la dana del 29-O, sin duda, lo fue. Como catástrofe natural y como generadora de una respuesta de protección civil sin precedentes. Sin embargo, la lluvia de medallas –345, 66 de ellas con distintivo rojo, la más codiciada porque conlleva remuneración- con la que la Guardia Civil pretende agradecer a los suyos el trabajo desarrollado durante y después de las barrancadas y riadas que arrasaron buena parte del este y del sur de la provincia de Valencia se ha visto empañada por una polémica no exenta de justificación: ni están todos los que fueron, ni todos los que están, fueron.
El listado definitivo de las cruces de la Orden del Mérito de la Guardia Civil por el servicio extraordinario que supusieron las inundaciones que siguieron a las lluvias torrenciales fue hecho público este viernes: una cruz de oro -a la Zona de la Guardia Civil, es decir, un reconocimiento simbólico que engloba a todos los agentes destinados en la C. Valenciana, 83 cruces de plata, 66, rojas y 196 -casi tantas como víctimas mortales del desastre (228)- cruces con distintivo blanco.
Las condecoraciones serán entregadas e impuestas hoy en un acto especial que se celebrará en el patio central del cuartel militar de San Juan de la Ribera para celebrar el 181 aniversario de la fundación de la Guardia Civil, y que estará presidido por el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, con presencia de la directora general del Cuerpo, Mercedes González.
AUGC habla de la «lista de la vergüenza»
El acto, diseñado para hacer brillar a la Guardia Civil, se ve deslucido por las numerosas críticas, en todas las escalas, lanzadas tanto por agentes, a título individual, como por las asociaciones que los representan, y que han censurado duramente y sin tapujos la elección de muchos de los premiados. AUGC, por ejemplo, ha calificado de «lista de la vergüenza» los tres folios que recogen esas 345 medallas, otorgadas todas ellas a agentes del Cuerpo, salvo la de oro, que es colectiva, y una de las blancas, que ha ido a parar al jefe de servicio de Proyectos y Obras de la Dirección General de la Guardia Civil, dependiente del Mando de Apoyo.
La citada asociación que defiende los derechos laborales de los guardias de la escala básica (cabos y guardias), emitió el domingo un comunicado en el que afirmaba que «bochorno y desmotivación es lo que sienten los guardias civiles, que ven un reparto de prebendas metálicas entre unos altos mandos que no se mancharon sus zapatos acharolados. Mientras centenares de miembros de la escala básica tuvieron que ir a ayudar ‘clandestinamente’ y en su tiempo libre, ya que la coordinación en la Guardia Civil fue tremendamente cuestionable, parece que la responsabilidad y la eficiencia no ha sido punible para que 111 oficiales y suboficiales hayan recibido algún tipo de condecoración».
La dirección general ha tenido la última palabra
De hecho, un buen número de los altos mandos que aparecen en esa relación de nombres y cargos están destinados en la dirección general o fuera de València, algo chocante dado que el listado se ha elaborado teniendo en cuenta las actuaciones durante los dos primeros días de la catástrofe, el 29 y el 30 de octubre. Es más, a las unidades se les pidió que únicamente propusiesen para medalla a agentes que hubiesen realizado servicios relacionados con la dana entre la mañana del martes, 29, y la del miércoles, 30, y los tramos horarios se fijaron en función de la evolución del desastre: las de la Ribera y Utiel, desde por la mañana, después las del área de Chiva y, a partir de las 18.00 horas, las de l’Horta Sud.
En todo caso, la propuesta se hizo desde las unidades y luego se elevó a los mandos de la Comandancia y de la Zona, pero ha sido la Dirección General quien finalmente ha decidido los 344 nombres de personas que debían ir en esa lista.
AUGC critica que «la mitad de los condecorados con la Cruz de Plata es personal que, en muchos de los casos, no estuvo en primera línea ni pisó el barro» y agrega que con las medallas con distintivo blanco «el escándalo es mayor, con 71 oficiales y suboficiales condecorados, frente a 109 cabos y guardias». Teniendo en cuenta esas cifras, se preguntan «¿cómo, existiendo una ratio de un oficial por cada 40-50 guardias civiles, en las condecoraciones por la dana la ratio pasa a ser de un oficial por cada dos guardias?».
El teniente Lacalle (hoy capitán) y el cabo Mújica, ambos condecorados con la roja, hablan con uno de los vecinos que salvaron en Chiva. / Fernando Bustamante
La asociación Jucil, por su parte, ha anunciado que presentará una queja colectiva ante la Dirección General de la Guardia Civil en la que solicitarán que se extienda el reconocimiento de medallas «a todos» los profesionales del instituto armado que participaron en el rescate y auxilio de los afectados en esas primeras 48 horas con el fin de evitar «discriminaciones innecesarias».