La máquina perfecta deslumbra la consulta

Tras la máquina, la persona y el profesional. Es todo un alivio saber que toda patología capturada por los retinógrafos en manos de la inteligencia artificial será valorada por un médico de familia filtrador de consultas oftalmológicas. Una medicina ya sobresaturada de por si, siempre por detrás de la demanda, no puede recaer en el mal crónico del predominio de la tecnificación. La IA es el instrumento, no el remedio. A partir de ahí podemos empezar a trazar un diagnóstico certero.

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