En el mundo de la ética la donación de un gobierno a otro de cualquier cosa valorada en 400 millones de dólares provocaría serias turbulencias. Para Donald Trump, ni siquiera merece un sobresalto.
El mandatario estadounidense ha defendido este lunes vehementemente la idea de recibir de la familia real de Qatar como regalo un Boeing 747-800 de lujo para usarlo como Air Force One, el avión presidencial. De hecho, en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca antes de emprender un viaje a Oriente Medio, que incluye una visita a Qatar, ha llegado a decir que sería “estúpido” no aceptarlo.
La tormenta se desató el fin de semana, cuando la cadena ABC se adelantó al anuncio oficial que se iba a hacer durante el paso de Trump por el país árabe y reveló que el republicano se disponía a aceptar el regalo de la aeronave, definida como “un palacio en el cielo” y que es posiblemente el de valor más alto realizado nunca por un gobierno extranjero al de Washington.
El presidente, entonces, colgó un mensaje en su red social confirmando la noticia y trató de restarle cualquier sombra de duda ética o sobre su legalidad, especialmente cuestionable en relación a la cláusula de emolumentos de la Constitución, que prohibe a cargos públicos recibir donaciones o regalos de valor de gobiernos extranjeros. Trump afirmó en Truth Social que era “una transacción muy pública y transparente” y que sería el Departamento de Defensa el que recibiría la aeronave, que tras ser preparada para su uso oficial se emplearía de forma temporal.
Este lunes Trump, que pudo ver en persona en febrero el avión cuando pasó por el aeropuerto de West Palm Beach en Florida, ha insistido en que la donación es “un gran gesto de Qatar” que aprecia “mucho”. “Nunca seré quien rechace ese tipo de oferta. Sería estúpido decir ‘no queremos gratis un avión muy caro’, ha dicho en la Casa Blanca. “Nos dan un avión gratis”, ha declarado en otro momento. “Podría decir no, no, no; no nos lo deis, quiero pagaros 1.000 millones, o 400 millones, o lo que sea, o podría decir ‘muchas gracias’”.
Emolumentos y conflictos de intereses
Trump ha insultado tanto a ABC como a la reportera de la cadena que ha insistido en plantearle si no tiene dudas éticas sobre una operación que ha hecho saltar las alarmas de grupos especializados en corrupción y de los demócratas e incluso ha llevado a periodistas tradicionalmente aliados de la administración, como los de Fox News, a plantear interrogantes.
Se señala, por ejemplo, a que la donación podría violar la citada cláusula de emolumentos y a que puede plantear conflictos de intereses, y no solo en materia de relaciones entre los dos gobiernos. Entre los varios proyectos de la empresa privada de Trump en Oriente Medio, por ejemplo, hay planes para un campo de golf en Qatar.
“Air Force One es más que un avión, es un símbolo de la presidencia y de EEUU”, han escrito en un comunicado crítico cuatro senadores demócratas. “Cualquier presidente que acepta de un gobierno extranjero este tipo de regalo, valorado en 400 millones de dólares, crea un claro conflicto de intereses, plantea serias preguntas sobre la seguridad nacional, invita a la influencia extranjera y mina la confianza pública en nuestro gobierno”.
“Nada dice ‘EEUU primero’ como Air Force One presentado por Qatar”, ha escrito también con sarcasmo en X Chuck Schumer., líder de los demócratas en el Senado “No es solo soborno, es influencia extranjera premium con espacio extra para las piernas”.
Otros detalles
Según la información original de ABC Trump planeaba usar el avión hasta poco antes de abandonar el cargo, momento en que la propiedad se traspasaría a la fundación de su biblioteca presidencial. Este lunes Trump ha asegurado que no lo usaría una vez que deje la presidencia.
Cargos cataríes citados desde el anonimato por ‘The New York Times’ dicen que el acuerdo no se ha sellado aún pero otras fuentes estadounidenses del diario han afirmado que ya ha recibido luz verde del principal abogado de la Casa Blanca y de la fiscal general, Pam Bondi. Antes de llegar al frente de la cartera de Justicia Bondi ha trabajo como lobista de, entre otros, el gobierno de Qatar.
Trump lleva tiempo quejándose de retrasos en un contrato que Boeing tenía para entregar dos aviones presidenciales, un proyecto para el que el presupuesto sigue subiendo sobre lo inicialmente previsto. Además, ha defendido que EEUU también da “cosas gratis” y ha sugerido que Qatar quizá está ofreciendo el avión como un “gesto” por la “ayuda” que dice que Washington ofrece para proteger al país árabe de algunos vecinos en la región. “Si no fuera por nosotros probablemente no existirían”, ha llegado a decir.