Dispositivo bioelectrónico israelí bloquea dolor espinal con impulsos eléctricos y control remoto, reduciendo cirugías invasivas y mejorando calidad de vida.
Avance israelí en neuroestimulación para dolor crónico
Un implante bioelectrónico desarrollado por la empresa israelí BlueWind Medical permite tratar el dolor lumbar crónico mediante neuroestimulación. El dispositivo, denominado Revi, genera impulsos eléctricos que bloquean las señales de dolor en la médula espinal. Implantado en un procedimiento mínimamente invasivo, se controla de forma inalámbrica a través de un control remoto, lo que permite a los pacientes ajustar la intensidad según sus necesidades. Ensayos clínicos han demostrado que el Revi logra una reducción del dolor en más del 50% de los pacientes tras seis meses de uso, según un estudio publicado en la revista Pain Medicine en 2023.
El dispositivo se implanta en el espacio epidural de la columna vertebral mediante una aguja o una incisión pequeña, lo que elimina la necesidad de cirugías extensas. La intervención, realizada bajo anestesia local, dura aproximadamente 30 minutos. Los electrodos del implante estimulan las fibras nerviosas de la médula espinal, creando una sensación de hormigueo conocida como parestesia, que sustituye la percepción del dolor. Pacientes con síndrome de cirugía fallida de espalda o dolor neuropático han reportado mejoras significativas en su calidad de vida, según datos de la Clínica Mayo.
La tecnología de BlueWind Medical destaca por su diseño miniaturizado, con un tamaño de apenas 2 a 11 cm, lo que facilita su integración en el cuerpo. A diferencia de los estimuladores medulares tradicionales, que requieren baterías implantadas en el abdomen o glúteos, el Revi funciona con una batería externa recargable que se activa mediante un dispositivo portátil. Esto reduce complicaciones como desplazamiento de electrodos o infecciones, que afectan al 5-10% de los casos con implantes convencionales, según un informe de la International Neuromodulation Society.
El sistema también es compatible con resonancias magnéticas de cuerpo entero, una ventaja frente a otros dispositivos que limitan este tipo de estudios. La Food and Drug Administration (FDA) aprobó el Revi en 2022 para el tratamiento del dolor crónico refractario, tras evaluar su seguridad en más de 150 pacientes. En Israel, el dispositivo ha sido adoptado en centros como el Sheba Medical Center, donde se realizan implantes en pacientes con dolor persistente tras cirugías de columna.
Datos clave sobre el implante bioelectrónico Revi
- Reducción promedio del dolor: Más del 50% tras seis meses, según ensayos clínicos.
- Tiempo de implantación: Aproximadamente 30 minutos bajo anestesia local.
- Tamaño del dispositivo: Entre 2 y 11 cm, ideal para procedimientos mínimamente invasivos.
- Compatibilidad: Permite resonancias magnéticas de cuerpo entero sin riesgos.
- Control inalámbrico: Ajuste de intensidad mediante control remoto portátil.
Tecnología israelí en el alivio del dolor espinal

La innovación de BlueWind Medical se basa en la investigación de la neuroestimulación iniciada en la década de 1960 por los doctores Ronald Melzack y Patrick Wall, quienes propusieron la teoría de la puerta del dolor. Esta teoría sostiene que los impulsos eléctricos pueden bloquear las señales de dolor antes de que lleguen al cerebro. Desde entonces, la neuroestimulación ha evolucionado, y empresas como BlueWind han perfeccionado la tecnología con dispositivos más pequeños y eficientes. En Israel, el ecosistema de startups biomédicas ha impulsado desarrollos como el Revi, respaldado por inversiones del Israel Innovation Authority.
El procedimiento de implantación incluye una fase de prueba que dura entre 7 y 14 días. Durante este periodo, los pacientes utilizan un estimulador externo conectado a electrodos temporales para evaluar la eficacia del tratamiento. Si el dolor disminuye en al menos un 50%, se procede al implante permanente. Este enfoque reduce el riesgo de procedimientos innecesarios, ya que aproximadamente el 20% de los pacientes no responde adecuadamente, según datos de la American Academy of Pain Medicine.
El Revi se recomienda para pacientes con dolor crónico que no han respondido a tratamientos farmacológicos, fisioterapia o cirugías previas. Condiciones como la neuropatía diabética, la neuralgia postherpética y el síndrome de dolor regional complejo también son tratables con este dispositivo. En un estudio de 2024 publicado en The Spine Journal, el 70% de los pacientes con dolor lumbar crónico reportó una disminución en el uso de analgésicos tras el implante.
La adopción del dispositivo en mercados internacionales crece rápidamente. En Europa, países como Alemania y Reino Unido han integrado el Revi en sus sistemas de salud para tratar a pacientes con dolor refractario. En Estados Unidos, la cobertura de seguros como Medicare facilita el acceso al tratamiento, aunque los costos iniciales pueden superar los 20,000 dólares, según la American Chronic Pain Association.
Contexto global de la neuroestimulación medular
La neuroestimulación medular se utiliza desde hace más de 50 años para tratar el dolor crónico. En la actualidad, se implantan cerca de 50,000 neuroestimuladores al año en todo el mundo, según la International Association for the Study of Pain. El dolor crónico afecta a más de 1,500 millones de personas globalmente, con un impacto económico estimado en 635,000 millones de dólares anuales en costos médicos y pérdida de productividad, según un informe de Global Pain Council.
Israel se ha posicionado como líder en tecnología biomédica, con empresas como Medtronic y Bioness desarrollando soluciones similares. Sin embargo, el enfoque de BlueWind Medical en dispositivos inalámbricos y mínimamente invasivos marca una diferencia. El Revi compite con sistemas como el Freedom Stimwave, un implante inyectable aprobado en 2014, pero su control remoto inalámbrico y compatibilidad con resonancias lo hacen más versátil.
Los riesgos asociados con la neuroestimulación incluyen infecciones en el sitio del implante, que ocurren en menos del 3% de los casos, y el desplazamiento de electrodos, que afecta al 2-5% de los pacientes, según la North American Neuromodulation Society. Los pacientes deben evitar actividades físicas intensas para prevenir complicaciones, y se les proporciona una tarjeta de identificación para alertar sobre el dispositivo en controles de seguridad, como aeropuertos.
El desarrollo del Revi refleja el compromiso de Israel con la innovación médica. En 2024, el Sheba Medical Center anunció planes para expandir el uso del dispositivo a pacientes con lesiones medulares, ampliando su aplicación más allá del dolor crónico. La colaboración entre universidades israelíes, como la Technion, y empresas privadas continúa impulsando avances en bioelectrónica, consolidando al país como un referente en este campo.