Los RF-8A del VFP-62 tomaron fotos cruciales que confirmaron la presencia de misiles soviéticos en Cuba en 1962.
Confirmación de la amenaza soviética en Cuba
El 14 de octubre de 1962, un Lockheed U-2 pilotado por el Mayor Richard Heyser capturó 928 fotografías sobre Cuba, revelando equipos de misiles balísticos soviéticos SS-4 y SS-5, además de bombarderos Ilyushin IL-28. Estas imágenes, tomadas a 70,000 pies, desencadenaron la Crisis de los Misiles Cubanos, un enfrentamiento de 13 días que acercó a Estados Unidos y la Unión Soviética al borde de la guerra nuclear. Sin embargo, las fotos del U-2, aunque críticas, carecían de la nitidez necesaria para convencer al mundo. El presidente John F. Kennedy requería pruebas irrefutables, y los vuelos a baja altitud del Vought RF-8A Crusader del escuadrón VFP-62 de la Armada proporcionaron esas imágenes detalladas.
El 23 de octubre, bajo la operación Blue Moon, los RF-8A comenzaron misiones de reconocimiento fotográfico a baja altitud sobre Cuba. Operando desde la Estación Aérea Naval de Key West, Florida, las aeronaves volaban en parejas, a 480 nudos y altitudes de 200 a 1,000 pies, capturando imágenes de sitios de misiles, construcciones y equipos soviéticos. Las fotos, procesadas en NAS Jacksonville y analizadas por la CIA y el Pentágono, mostraron claramente la amenaza. Estas imágenes permitieron a Kennedy anunciar públicamente, el 22 de octubre, la presencia de armas soviéticas y declarar una cuarentena naval.

Los RF-8A, redesignados desde el F8U-1P, eran aviones de reconocimiento fotográfico desarmados, equipados con cámaras en la parte inferior y laterales del fuselaje. Su diseño permitía capturas a alta velocidad, desde 50,000 pies hasta el nivel de las copas de los árboles, de día o de noche, usando cartuchos de flash para misiones nocturnas. Con un motor Pratt & Whitney J57-P-4 de 16,000 libras de empuje, tenían un alcance de 1,740 millas náuticas y un techo de 41,600 pies.
Durante la crisis, el Comando Aéreo Estratégico de EE. UU. alcanzó DEFCON 2, y el Comando de Defensa Aérea reforzó el sureste del país. La tensión escaló cuando un U-2 fue derribado el 27 de octubre, matando al piloto Rudolf Anderson Jr. A pesar del fuego antiaéreo, ningún RF-8A fue alcanzado, y los pilotos, incluyendo cuatro infantes de marina del VMCJ-2, completaron misiones sin pérdidas.
Datos clave sobre el RF-8A y la operación Blue Moon

- Capacidad fotográfica: Equipado con cámaras rotativas y ventanas en el fuselaje, capturaba imágenes diurnas y nocturnas.
- Misiones diarias: Dos vuelos diarios desde Key West, cubriendo sitios estratégicos en Cuba.
- Total de negativos: 160,000 negativos procesados durante seis semanas de sobrevuelos.
- Reconocimientos: Los 16 pilotos recibieron la Cruz de Vuelo Distinguido, y el VFP-62 obtuvo una Mención de Unidad.
- Misiones nocturnas: Dos vuelos en noviembre de 1962 desde el USS Enterprise para vigilar Guantánamo.
Resolución diplomática y supervisión de la retirada
Las imágenes del RF-8A respaldaron las afirmaciones de Kennedy y fortalecieron su posición en las negociaciones. El 28 de octubre, tras intensos intercambios, el premier soviético Nikita Khrushchev acordó retirar los misiles bajo supervisión de la ONU, a cambio de garantías de no agresión contra Cuba. Kennedy ignoró una demanda secundaria de Khrushchev sobre los misiles Júpiter en Turquía, evitando complicar la resolución pública. Los RF-8A continuaron los sobrevuelos para verificar la retirada de misiles y bombarderos IL-28, que fueron transportados de vuelta a la Unión Soviética.

El 5 y 17 de noviembre, dos misiones nocturnas desde el portaaviones USS Enterprise vigilaron la Base Naval de Guantánamo tras reportes de actividad cubana. El avión 146545, pilotado por el teniente Jim Curry, participó en estas operaciones y hoy se exhibe en el Battleship Memorial Park, Alabama. Los sobrevuelos, que generaron 160,000 negativos, cesaron tras seis semanas. La cuarentena naval se levantó el 20 de noviembre de 1962.
En abril de 1963, los misiles Júpiter fueron retirados de Turquía, un movimiento planificado previamente pero ejecutado discretamente. Los RF-8A del VFP-62 y VMCJ-2 probaron ser esenciales, no solo para confirmar la amenaza, sino para supervisar el cumplimiento soviético. Los 16 pilotos, 12 de la Armada y cuatro infantes de marina, recibieron la Cruz de Vuelo Distinguido, y el escuadrón obtuvo una Mención de Unidad de la Armada.
El papel del RF-8A, aunque menos conocido que el del U-2, fue decisivo. Sus imágenes detalladas proporcionaron la evidencia necesaria para presionar a la Unión Soviética y evitar un conflicto nuclear. La operación Blue Moon destacó la capacidad de la Armada para ejecutar misiones de reconocimiento bajo presión, consolidando su importancia en la inteligencia militar.
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