La asociación Agents Mediambientals ha informado que el viernes pasado confirmaron la muerte por electrocución de dos aves rapaces protegidas. Si bien la causa del fallecimiento no es una excepción, sí que resultó llamativo que se produjeron el mismo día y en la misma línea eléctrica, aunque en torres distintas, en Sacañet.
Un cadáver era el de una águila real, todavía enganchado en lo alto de la torre. El otro, un búho real, a los pies del soporte. Ambas rapaces están incluidas en la Lista de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
Tras conocer los hechos, el Grup d’Estudi i Protecció dels Rapinayires-Ecologistes en Acció (GER-EA), recordó el «grave riesgo» que supone que sigan existiendo torres eléctricas sin protecciones en zonas forestales. No solo porque son una de las causas principales de mortalidad de las rapaces, sino también por los daños colaterales para la supervivencia de las especies que supone.
Advierten que, aunque «en cualquier momento del año son peligrosas», la actual es época de cría y los pollos están en los nidos. «Los padres salen a buscar comida para alimentarlos. Si un adulto muere, eso implica que también morirán los pollos», aseguran.
Desde GER-EA han presentado alegaciones al Real Decreto 1432/2008, de 29 de agosto, sobre medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución, de manera que la administración exija la rectificación de todas las torres, «sin esperar a que aparezcan cadáveres para intervenir», concluyen.
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