Esta temporada para el Casademont Zaragoza ha estado claramente diferenciada entre un equipo femenino que otro año más se ha vuelto a superar con una participación en Euroliga de gran nivel y una inolvidable primera final de Liga para esta entidad, y un conjunto masculino que, quitando un inicio de campaña esperanzador, solo ha acabado trayendo decepciones. La eliminación temprana en la FIBA Europe Cup y la duda de si se acabará metiendo en competición europea después de una segunda vuelta en la que solo han ganado cuatro partidos marcan la pauta.
El inicio por parte de ambas secciones fue muy bueno, con el femenino estando en las posiciones altas de la Liga y compitiendo a gran nivel en Euroliga. De hecho, el comienzo del masculino fue más sorprendente porque las opciones de estar la Copa del Rey estaban relativamente cerca y el juego ofensivo era una maravilla para la afición, mientras que en la FIBA Europe Cup se competía un poco peor, pero se iban avanzando rondas de aquella manera, sin embargo, para los de Fisac todo iría para abajo con el comienzo del año.
La reacción a las adversidades
Ambos equipos han tenido varapalos durante la temporada en forma de lesiones o salidas de jugadores, pero la gran diferencia ha sido cómo han sido respondidas por parte del femenino a diferencia del masculino. Las de Cantero sufrieron el primer escollo muy rápido con el embarazo de Dalma Czukor que obligó a traer a una Marie Mané que ha sido muy importante para el técnico desde su llegada. Pero lo que más hay que destacar de esta plantilla es la manera en la que se ha repuesto de las dos lesiones de gravedad de Gatling y Hermosa, sumado a que dos de los fichajes de principio de año, Mistinova, que acabó por marcharse, y Brcaninovic nunca han estado al nivel de exigencia de este club.
Las llegadas de urgencia de Shante Evans, Brianna Fraser y Merritt Hempe cayeron como agua de mayo a una plantilla que ante las adversidades ha demostrado que se crece y en vez de buscar excusas su nivel competitivo aumenta hasta alcanzar cotas que parecían un sueño a principio de temporada. Algo que ha provocado que la afición esté con ellas a muerte y hayan llenado hasta en dos ocasiones el Príncipe Felipe este año, en la Copa de la Reina y la final de la Liga, y en cada encuentro jugado en casa la gente de Zaragoza siempre responde apoyándolas sin cesar. «Llevamos unos años que se nos va la pinza en época de fichajes, si bien intentaremos seguir disfrutando juntos y dar ese paso más que venimos dando», dijo Cantero después de la derrota ante Valencia en la final.
El polo opuesto es el masculino. Los de Fisac sufrieron la lesión de Dubljevic en el mes de diciembre, que hasta ese momento era capital en el juego del equipo, y en febrero se produjo la venta de Bango al Fenerbahçe. Como único recambio llegó Nate Watson que en ningún momento ha dado atisbos de estar ni cerca del nivel del angoleño y más tarde se produjo la cesión de Joaquín a Estudiantes para traer a un soldado de Fisac como Dimsa. Ninguna de las dos llegadas ha subido el techo del equipo, más bien ha provocado que descienda a un pozo del que no han salido desde febrero.
La eliminación de la FIBA Europe Cup fue un mazazo muy duro para una plantilla que sí quería pelear por el título europeo, pero su entrenador prefería centrar en conseguir 12 victorias para asegurar la salvación demostrando poca ambición deportiva y una visión alejada de los objetivos de la entidad. Además, el Bilbao Basket, equipo peor clasificado que el Casademont en la Liga, ha acabado por coronarse como campeón de dicha competición, lo que demuestra que esta plantilla daba como mínimo para llegar a la final de este torneo y haberle dado esas alegrías a su afición.
La caída en picado del masculino ha hecho que antes de acabar la temporada Porfirio Fisac haya sido despedido y San Miguel haya tenido que ocupar su lugar en forma de interino para intentar llegar a posiciones de competición europea. Y la gran diferencia entre una sección y la otra es ver cómo abarrota la cancha día sí y día también, mientras que en el último duelo ante el Granada la afluencia de público se redujo a la mitad con 6.367 espectadores viendo que este equipo está lejos del nivel que se le presupone a esta plantilla.