El alcalde de Kiev reporta un ataque aéreo ruso con drones, horas después de que Putin propusiera negociaciones de paz en Estambul para el 15 de mayo.
Ataque aéreo ruso sacude Kiev tras oferta de diálogo
Las unidades de defensa aérea de Ucrania trabajaron intensamente para repeler un ataque aéreo ruso contra Kiev, según informó el alcalde de la capital, Vitali Klitschko, en la madrugada del 10 de mayo de 2025. La fuerza aérea ucraniana había emitido una alerta previa sobre un ataque con drones dirigido a la ciudad, lo que desencadenó una respuesta inmediata de las defensas antiaéreas. Testigos de Reuters en Kiev reportaron múltiples explosiones, atribuidas al funcionamiento de los sistemas de defensa que intentaban neutralizar los drones rusos. Este ataque se produce en un contexto de alta tensión, apenas horas después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, propusiera iniciar conversaciones directas con Ucrania el 15 de mayo en Estambul, con el objetivo declarado de alcanzar una “paz duradera”.
El ataque aéreo, que comenzó en las primeras horas del 10 de mayo, marcó un nuevo episodio en la escalada de hostilidades entre Rusia y Ucrania, que lleva más de tres años desde la invasión rusa iniciada en febrero de 2022. Según la fuerza aérea ucraniana, Rusia desplegó decenas de drones, de los cuales un número significativo fue interceptado. Sin embargo, las autoridades locales no proporcionaron detalles inmediatos sobre víctimas o daños materiales. Klitschko instó a los residentes a permanecer en refugios mientras las operaciones de defensa continuaban. La intensidad del ataque, dirigido específicamente a la capital, sugiere un intento ruso de mantener presión militar sobre Ucrania, incluso en medio de señales diplomáticas.
La propuesta de Putin para conversaciones en Estambul, anunciada el mismo día del ataque, generó escepticismo en Ucrania. El presidente ruso afirmó que las negociaciones deberían centrarse en establecer un acuerdo de paz duradero, pero no especificó condiciones claras. Esta oferta llega tras meses de estancamiento en los esfuerzos diplomáticos, con iniciativas previas como un alto el fuego de 30 días propuesto por Estados Unidos y aceptado por Ucrania, pero rechazado por Rusia. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, no respondió directamente a la propuesta, pero fuentes cercanas al gobierno ucraniano indicaron que Kiev mantiene su postura de exigir un alto el fuego incondicional antes de cualquier negociación.
El momento del ataque, coincidiendo con la propuesta de diálogo, refuerza las acusaciones ucranianas de que Rusia utiliza gestos diplomáticos como maniobras tácticas. En un comunicado reciente, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, calificó las propuestas rusas de alto el fuego como “teatrales” y destinadas a ganar tiempo para reorganizar fuerzas. Esta percepción se ve respaldada por incidentes previos, como el alto el fuego de 30 horas declarado por Rusia durante la Pascua de 2025, que ambas partes acusaron mutuamente de violar. En ese contexto, Ucrania reportó casi 3,000 violaciones rusas, mientras que Moscú alegó más de 1,000 por parte de Kiev.
Datos clave sobre el ataque aéreo y la situación en Ucrania
- Fecha del ataque: 10 de mayo de 2025, en horas de la madrugada.
- Medios utilizados: Drones, según la fuerza aérea ucraniana, con un número no especificado interceptado.
- Respuesta ucraniana: Activación de sistemas de defensa aérea en Kiev, con explosiones reportadas por testigos.
- Contexto diplomático: Horas antes, Putin propuso conversaciones en Estambul para el 15 de mayo, sin respuesta oficial de Ucrania.
- Antecedentes: Rusia controla aproximadamente el 20% del territorio ucraniano, incluyendo Crimea, anexada en 2014.
Escalada militar en medio de maniobras diplomáticas
El ataque a Kiev no es un hecho aislado, sino parte de una serie de acciones militares rusas intensificadas en las últimas semanas. Desde abril de 2025, Rusia ha incrementado sus bombardeos con drones y misiles en ciudades ucranianas clave, incluyendo Kiev, Járkov y Odesa. Un ataque previo el 24 de abril, descrito como uno de los más mortíferos en nueve meses, dejó al menos 12 muertos y 90 heridos en la capital ucraniana, según los servicios de emergencia. Estas acciones han coincidido con esfuerzos diplomáticos liderados por Estados Unidos, que han buscado un alto el fuego sin éxito hasta ahora.
La ofensiva rusa en Kiev contrasta con los preparativos para el desfile del Día de la Victoria en Moscú, celebrado el 9 de mayo, que marcó el 80 aniversario de la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial. El evento, al que asistieron líderes como el presidente chino Xi Jinping, fue precedido por una serie de ataques ucranianos con drones contra Moscú, que obligaron a cerrar temporalmente aeropuertos y cancelar 350 vuelos, afectando a 60,000 pasajeros. Rusia afirmó haber derribado 524 drones ucranianos en un solo día, un récord si se confirma. Estos intercambios de ataques reflejan la dificultad de avanzar hacia un alto el fuego mientras ambas partes mantienen operaciones militares activas.
En el frente diplomático, la propuesta de Putin para negociaciones en Estambul sigue a una apertura expresada en abril, cuando indicó por primera vez en años su disposición a dialogar directamente con Ucrania. Sin embargo, sus condiciones previas, como la exigencia de elecciones en Ucrania para reemplazar a Zelensky, han sido rechazadas por Kiev. Por su parte, Ucrania insiste en un alto el fuego de al menos 30 días como prerrequisito para cualquier discusión, una postura respaldada por aliados europeos y estadounidenses. El presidente Donald Trump, quien ha presionado por un acuerdo, expresó frustración por la falta de avances, aunque recientemente aprobó nuevas entregas de armas a Ucrania tras un acuerdo de minerales con Kiev.
La comunidad internacional ha reaccionado con cautela al ataque y a la propuesta rusa. Francia, a través de su presidente Emmanuel Macron, reiteró su apoyo a Ucrania y exigió que Rusia cese sus ataques, afirmando que “Putin continúa bombardeando mientras habla de paz”. Alemania y el Reino Unido también han respaldado un alto el fuego de 30 días, instando a Rusia a aceptar la propuesta estadounidense. Sin embargo, la presencia de líderes de países como China y Brasil en el desfile de Moscú sugiere que Rusia mantiene un bloque de apoyo internacional, lo que complica los esfuerzos por aislar al Kremlin.
Panorama general de la guerra y perspectivas
la guerra entre Rusia y Ucrania, iniciado con la anexión de Crimea en 2014 y escalado con la invasión de 2022, ha dejado un saldo devastador. Rusia controla actualmente cerca del 20% del territorio ucraniano, incluyendo las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, además de Crimea. Aproximadamente 6 millones de ucranianos viven bajo ocupación rusa, mientras que millones más han huido del país. En el frente militar, los avances rusos han sido lentos pero constantes, particularmente en el Donbás, donde la ciudad de Pokrovsk permanece bajo intensa presión.
Ucrania, por su parte, ha intensificado sus operaciones ofensivas, incluyendo ataques con drones en territorio ruso, como los dirigidos a Moscú y a instalaciones militares clave como la planta Bazalt en Krasnoarmeysk. Estas acciones han generado disrupciones significativas en Rusia, pero no han alterado la determinación del Kremlin de mantener su ofensiva. En el ámbito diplomático, la falta de confianza mutua sigue siendo el principal obstáculo. Mientras Rusia insiste en consolidar sus ganancias territoriales, Ucrania y sus aliados rechazan cualquier acuerdo que implique ceder territorio o aceptar la neutralidad permanente de Kiev.
El ataque a Kiev del 10 de mayo, combinado con la propuesta de negociaciones en Estambul, ilustra la dualidad de la estrategia rusa: mantener presión militar mientras se proyecta una imagen de apertura al diálogo. Para Ucrania, la prioridad sigue siendo fortalecer sus defensas y asegurar el apoyo internacional, especialmente en un contexto donde la postura de Estados Unidos bajo la administración Trump ha generado incertidumbre. La comunidad internacional, dividida entre quienes respaldan a Ucrania y quienes mantienen relaciones con Rusia, enfrenta el desafío de encontrar un camino hacia la paz sin recompensar la agresión.
En este escenario, el futuro de las negociaciones en Estambul permanece incierto. La capacidad de ambas partes para acordar un alto el fuego sostenible dependerá de su disposición a ceder en demandas clave, un objetivo que, hasta ahora, parece lejano. Mientras tanto, Kiev y otras ciudades ucranianas continúan bajo la amenaza de nuevos ataques, y la población civil soporta el peso de un conflicto prolongado.
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