Andalucía se convierte en el primer laboratorio que pondrá a prueba la capacidad de reencuentro de la izquierda, y escenario de un previsible pacto entre IU, Sumar y Podemos. La ruptura de los morados con Yolanda Díaz hace un año y medio dio paso a una guerra abierta que se mantiene a día de hoy a nivel nacional. En el Parlamento andaluz, sin embargo, estas fuerzas cumplen tres años de convivencia bajo la coalición Por Andalucía, y desde hace semanas trabajan para reeditar la marca de cara a las próximas andaluzas de 2026. Un acuerdo que en IU fijan en junio como plazo máximo.
Desde hace semanas se vienen produciendo reuniones de trabajo entre los distintos partidos, IU, Podemos Andalucía, Movimiento Sumar, Verdes Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz, donde se ha avanzado sustancialmente. Los de Antonio Maíllo, que en Andalucía son el principal actor en la izquierda por su importante implantación territorial, se han dado junio como plazo máximo para llegar a un pacto para las próximas elecciones, que se celebrarán como tarde en junio del próximo año. El principal objetivo que trabajan es armar una lista de consenso para las elecciones que cuente con el favor de todos los integrantes.
Pero en caso de no lograrse, el Partido Comunista de Andalucía (PCA), motor de IU, puso sobre la mesa un procedimiento para elegir tanto al candidato a la Presidencia de la Junts de Andalucía como a las cabezas de lista de las ocho provincias andaluzas. El sistema consiste en celebrar unas primarias abiertas, pero volcando censos de las distintas formaciones, sino creando un censo nuevo en el que cualquier pudiera inscribirse, cumpliendo una serie de requisitos mínimos. El documento, avanzado esta semana por eldiario.es, está en manos del resto de fuerzas, pero cumpliría con uno de los requisitos que siempre ha exigido Podemos.
La incógnita sobre Podemos
Y es que la principal incógnita será precisamente si Podemos terminará adhiriéndose al acuerdo. Los dirigentes de Podemos en Andalucía se muestran partidarios con el entendimiento, y han aceptado dar continuidad a la marca ‘Por Andalucía’ que el partido en Madrid se resiste a aceptar. Y esa es precisamente la principal duda que queda en el aire: si la dirección estatal del partido morado dará luz verde al pacto o lo bloqueará. Una incógnita que también contemplan en Izquierda Unida y en la propia federación andaluza de Podemos.
A nadie se le escapa el diseño orgánico de Podemos, de corte centralista, donde sus territorios no pueden sellar alianzas con otras fuerzas, y sólo la cúpula morada tiene capacidad para firmar acuerdos electorales ante la Junts Electoral. Una circunstancia que podría llevar a que un acuerdo sellado en Andalucía luego fuera bloqueado por la dirección estatal.
En los últimos meses Podemos ha presionado a Izquierda Unida para que elija entre ellos o Yolanda Díaz, defendiendo lo incompatible de una convivencia electoral, una tesis que no se cumpliría en Andalucía y que rechazan en las filas de IU.
A esto se una la última exigencia que la cúpula morada ha puesto sobre la mesa, pidiendo a IU vincular los acuerdos en territorios al un acuerdo para las próximas generales, con el objetivo de garantizarse el apoyo de Antonio Maíllo. Los morados son conscientes de la necesidad de atraer a los aliados de Yolanda Díaz para volver a recuperar el protagonismo en la izquierda del PSOE, con especial relevancia de Izquierda Unida, el partido nacional con mayor organización más allá de la M30. Y con el objetivo de fortalecer la candidatura nacional de Irene Montero, la formación emplea los territorios como palanca. IU ha rechazo esta petición, apelando al poder de decisión de cada uno de los territorios.
Este contexto abre la posibilidad de que la firma de Podemos del pacto andaluz quede a expensas a otras exigencias de la dirección nacional ajenas al territorio. En la federación andaluza del partido, sin embargo, sí se muestran partidarios del acuerdo.
Podemos, sin recursos electorales
La situación vivida en las últimas elecciones de 2022 dejó a los morados en una situación delicada. Después de tensar las negociaciones hasta el último momento, su firma del acuerdo llegó al borde del plazo de registro y quedó fuera de la coalición electoral. Es decir, oficialmente Podemos no tiene representación en Andalucía. Sus dirigentes, tras el acuerdo con el resto de fuerzas, figuran en la lista como independientes.
Y esto implica que sus recursos electorales para la próxima campaña electoral dependen de mantenerse en Por Andalucía. Si el partido concurriera en solitario, no tendría derecho a subvenciones económicas, al no tener representación oficial, pero tampoco dispondría de espacios en medios de comunicación públicos ni podría participar en debates electorales. Una situación que añade presión a la federación andaluza de Podemos que, en último caso, está sujeta a las decisiones de Madrid.
Suscríbete para seguir leyendo