El J-20 supera al F-35 en velocidad (Mach 2.0 vs. Mach 1.6), pero el F-35 destaca en sigilo, sensores avanzados y versatilidad operativa.
Comparación de velocidad y sigilo del F-35 y J-20
El Chengdu J-20 Mighty Dragon, desarrollado por Chengdu Aerospace Corporation para la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF), alcanza una velocidad máxima de Mach 2.0 (2.470 km/h), según datos de Aero Corner y Business Insider. Esta capacidad se debe a sus motores gemelos WS-10C, que proporcionan un empuje combinado estimado en 140 kN por motor. Los WS-10C, evolucionados a partir de diseños anteriores como el AL-31F ruso, permiten al J-20 mantener velocidades supersónicas sostenidas, con capacidad de supercrucero en modelos recientes. Esta velocidad le otorga una ventaja en misiones de superioridad aérea, permitiendo interceptar objetivos rápidamente o evadir amenazas en espacios aéreos disputados. Sin embargo, su diseño con canards delanteros y un fuselaje más grande incrementa su sección transversal de radar (RCS), comprometiendo parcialmente su sigilo frente a radares avanzados.
Por otro lado, el Lockheed Martin F-35 Lightning II, fabricado para las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus aliados, tiene una velocidad máxima de Mach 1.6 (1.975 km/h), impulsado por un solo motor Pratt & Whitney F135, que genera 191 kN con posquemador. Aunque más lento que el J-20, el F-35 prioriza el sigilo y la integración de sensores. Su diseño optimiza la reducción de RCS mediante formas angulares, materiales absorbentes de radar y bahías internas de armas, lo que lo hace más difícil de detectar. Según Lockheed Martin, el F-35 cuenta con un sistema de sensores fusionados, incluyendo el AN/APG-81 AESA radar y el Electro-Optical Targeting System (EOTS), que le permiten detectar y rastrear objetivos a distancias superiores a las del J-20, compensando su menor velocidad.
La diferencia de Mach 0.4 entre ambos refleja filosofías de diseño opuestas. El J-20, con un enfoque en velocidad y alcance, está diseñado para operar en teatros amplios, como el Mar de China Meridional, donde puede explotar su rango de 5.926 km frente a los 2.200 km del F-35A, según la Royal Australian Air Force. En cambio, el F-35, con sus tres variantes (F-35A, F-35B, F-35C), está orientado a la versatilidad, capaz de realizar misiones de ataque terrestre, guerra electrónica y reconocimiento, además de combate aéreo. Esta multifuncionalidad, respaldada por su capacidad de compartir datos en tiempo real con otras plataformas, le da una ventaja táctica en entornos de red.
El J-20 carece de un cañón interno, a diferencia del F-35, que monta un GAU-22/A de 25 mm en su variante A. Esto sugiere que el diseño chino apuesta por combates a larga distancia con misiles como el PL-15, que tiene un alcance estimado de 200 km. Sin embargo, la ausencia de un cañón podría limitar su eficacia en combates cercanos, donde el F-35, con mayor maniobrabilidad, podría prevalecer. Según The National Interest, la experiencia de combate de los pilotos estadounidenses, combinada con el sigilo superior del F-35, le da una ventaja en enfrentamientos directos, aunque el J-20 sigue siendo un adversario formidable.

Datos clave sobre el F-35 y J-20
- Velocidad máxima: J-20: Mach 2.0 (2.470 km/h); F-35: Mach 1.6 (1.975 km/h).
- Motores: J-20: 2x WS-10C (140 kN c/u); F-35: 1x Pratt & Whitney F135 (191 kN).
- Rango: J-20: 5.926 km; F-35A: 2.200 km.
- Sigilo: F-35 con menor RCS gracias a diseño optimizado; J-20 con canards que aumentan detectabilidad.
- Armamento: J-20: misiles PL-15, PL-10, sin cañón; F-35: misiles AIM-120, bombas guiadas, cañón GAU-22/A.
- Sensores: F-35: AN/APG-81, EOTS, DAS; J-20: AESA radar, EOTS-89, EORD-31.
Contexto tecnológico y operativo del F-35 y J-20
El F-35 entró en servicio con el Cuerpo de Marines de EE. UU. en 2015, seguido por la Fuerza Aérea en 2016 y la Armada en 2019. Su desarrollo, parte del programa Joint Strike Fighter (JSF), tuvo como objetivo reemplazar aviones como el F-16, F/A-18 y AV-8B Harrier. Con más de 900 unidades entregadas hasta 2024, según Lockheed Martin, el F-35 es operado por países como Israel, Australia y Japón, lo que refuerza su interoperabilidad global. Su sistema Distributed Aperture System (DAS) proporciona una visión de 360 grados, y su capacidad de integración con drones y otros activos aéreos lo posiciona como un nodo central en operaciones conjuntas.
El J-20, introducido en 2017, es el tercer caza de quinta generación en entrar en servicio a nivel mundial, después del F-22 y el F-35. Con una flota estimada en 250 unidades hasta 2024, según Janes, la PLAAF ha ampliado su presencia en 12 brigadas aéreas. Su desarrollo comenzó en los años 2000 para contrarrestar la superioridad aérea estadounidense. Equipado con sensores como el EOTS-89 y el EORD-31, el J-20 busca emular capacidades del F-35, pero su dependencia de motores menos avanzados que los estadounidenses limita su rendimiento en ciertas condiciones. En 2023, pruebas con el motor WS-15, más potente, sugieren mejoras en su capacidad de supercrucero, según Business Insider.
En términos de sigilo, el F-35 mantiene una ventaja clara. Aviation Week reportó en 2021 que el J-20 tiene un perfil de sigilo superior al Sukhoi Su-57 ruso, pero inferior al F-35, especialmente en la parte trasera debido a su diseño de motores y escapes. Los canards del J-20, aunque mejoran la maniobrabilidad, generan reflexiones de radar, según expertos citados por The National Interest. Sin embargo, investigaciones chinas, publicadas en revistas de aeronáutica, argumentan que los canards no comprometen significativamente el sigilo cuando se controlan mediante software de vuelo avanzado.

En encuentros reales, como el reportado en 2022 en el Mar de China Oriental, el general Kenneth Wilsbach, comandante de las Fuerzas Aéreas del Pacífico, señaló que los F-35 y J-20 se acercaron lo suficiente como para evaluar sus capacidades. Wilsbach destacó el buen manejo del J-20, pero destacó la superioridad del F-35 en sigilo y control de mando. Este incidente subraya la creciente rivalidad tecnológica entre ambos aviones en la región del Indo-Pacífico, donde el J-20 podría intentar explotar su velocidad para atacar activos de apoyo, como aviones cisterna, mientras el F-35 dependería de su sigilo para evitar ser detectado.
Implicaciones estratégicas y operativas
La velocidad del J-20 le permite cubrir distancias rápidamente, lo que es crítico en escenarios como un potencial conflicto en el Estrecho de Taiwán, donde podría superar a cazas taiwaneses como el F-16V. Sin embargo, su mayor RCS lo hace más vulnerable a sistemas de defensa aérea avanzados, como los Patriot operados por Taiwán. En contraste, el F-35, con su menor RCS y capacidad para operar en entornos de alta amenaza, está diseñado para penetrar defensas antiaéreas, como las redes A2/AD chinas, según un estudio de Chinese scientists citado por EurAsian Times.
La producción del J-20, aunque en aumento, sigue siendo inferior a la del F-35. Lockheed Martin ha entregado más de 900 F-35 a nivel global, mientras que la PLAAF opera aproximadamente 250 J-20, según estimaciones de Janes. Esto da a los aliados de EE. UU. una ventaja numérica, aunque problemas de disponibilidad, señalados por un informe de la Government Accountability Office (GAO) en 2024, afectan la preparación del F-35 en la USAF. El J-20, por su parte, enfrenta desafíos con la fiabilidad de sus motores, aunque el progreso con el WS-15 podría cerrar esta brecha en el futuro.
En el ámbito de la exportación, el F-35 ha sido adquirido por aliados de EE. UU., como Israel y Australia, mientras que el J-20 ha despertado interés en países como los Emiratos Árabes Unidos, según EurAsian Times. Esta dinámica refleja la competencia global entre ambas plataformas, donde el F-35 lidera en interoperabilidad, pero el J-20 ofrece una alternativa para naciones excluidas de los programas occidentales.
En resumen, la velocidad superior del J-20 lo posiciona como un interceptor formidable, pero el F-35 compensa con sigilo avanzado, sensores superiores y versatilidad operativa. La elección entre velocidad y sigilo dependerá del contexto táctico, con el J-20 favoreciendo enfrentamientos rápidos y el F-35 dominando en escenarios donde la detección temprana y la integración de datos son clave.
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