Santa Cruz reflexiona y dialoga sobre el futuro de las ciudades

Expertos internacionales impulsan una nueva visión urbana centrada en la sostenibilidad, innovación, tecnología y cohesión social

¿Qué ciudad quiere llegar a ser Santa Cruz de Tenerife en el futuro? La respuesta está en las decisiones que se vayan adoptando desde hoy. Con esa premisa arrancó la I Jornada Internacional Ciudad 360º, celebrada el pasado 24 de abril en Santa Cruz de Tenerife. Una cita clave para reflexionar sobre el modelo de ciudades que queremos construir: más verdes, humanas, inteligentes, innovadoras, inclusivas y resilientes.

Organizada por el Ayuntamiento, por medio de la Fundación Santa Cruz Sostenible; y con la colaboración de la Fundación Moeve, el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias, esta jornada congregó a voces referentes en el ámbito del urbanismo, la sostenibilidad, la tecnología y la participación ciudadana, entre otros ámbitos. El objetivo era claro: atraer el talento que ayude a definir la hoja de ruta para la transformación de las ciudades, conectando personas, ideas y soluciones. Una jornada que en esta primera edición se ha centrado en el “Presente y visión de futuro para Santa Cruz de Tenerife”.

Un foro para pensar la ciudad desde lo local a lo global

Uno de los ejes transversales del encuentro, que duró una jornada completa, fue el concepto de “ciudad de cercanía”. Carlos Moreno, urbanista y creador del modelo de la “Ciudad de los 15 minutos”, abrió la sesión con una potente llamada a repensar los núcleos urbanos desde la proximidad. Para él, reducir la dependencia del coche y acercar los servicios básicos al ciudadano es una cuestión de equidad, salud pública y sostenibilidad. “Debemos diseñar ciudades para vivir, no solo para circular”, subrayó al presentar su visión inspiradora sobre cómo repensar el espacio urbano para reducir desplazamientos y reforzar la cohesión social,

La jornada continuó con la intervención de Margarita de Luxán, arquitecta y referente en bioclimatismo, quien abogó por un urbanismo que se adapte al clima de cada lugar y que piense en el bienestar de las personas desde el diseño. “El confort en Canarias se puede alcanzar con estrategias pasivas adecuadas sin usar aire acondicionado”, afirmó.

A su vez, José María Ezquiaga, exdecano del Colegio de Arquitectos de Madrid y Premio Nacional de Urbanismo, llevó la discusión al ámbito institucional. Destacó que las herramientas técnicas existen, pero que su aplicación depende de la voluntad política y de una gobernanza que escuche, aprenda y actúe con base en la evidencia. “No podemos transformar nuestras ciudades sin estructuras legislativas flexibles, participativas y actualizadas a los retos del siglo XXI”, subrayó.

Ambos ponentes coincidieron en que el urbanismo del futuro no puede hacerse sin el conocimiento acumulado ni sin el diálogo constante con la ciudadanía. 

Naturaleza urbana como motor de salud y cohesión

Uno de los bloques más esperados fue el dedicado a la adaptación al cambio climático y la infraestructura verde. Jon Aguirre, urbanista y cofundador de Paisaje Transversal, puso en valor la capacidad del urbanismo para actuar como escudo ante fenómenos extremos, defendiendo un enfoque sistémico que conecte sostenibilidad, justicia social y regeneración ecológica.

Miriam García, especialista en paisajes costeros, compartió ejemplos de recuperación de litoral donde el diseño urbano y la protección ambiental van de la mano. Por su parte, Pedro Calaza, doctor arquitecto del paisaje, defendió las soluciones basadas en la naturaleza como una vía eficaz y rentable para mejorar la calidad de vida en las ciudades.

En este mismo bloque, el investigador y experto forestal Cecil Konijnendijk ofreció una intervención especialmente relevante para el contexto de Santa Cruz. Defensor de la conocida “regla 3-30-300”, explicó cómo este sencillo sistema puede revolucionar la planificación verde: cada persona debe ver al menos tres árboles desde su ventana, vivir en un barrio con un 30 % de cobertura vegetal, y estar a menos de 300 metros de un parque o zona verde.

Esta regla se alinea directamente con el futuro Plan de Infraestructura Verde que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife está elaborando. El plan contempla, entre otras acciones, la creación de corredores ecológicos que conecten los grandes parques urbanos. Así se da respuesta a una necesidad ampliamente señalada por los expertos: que la naturaleza no sea un lujo, sino un derecho.

Tecnología, participación y barrios como nodos de transformación

La sesión de tarde permitió abrir el foco hacia las herramientas tecnológicas y sociales que pueden transformar el urbanismo desde dentro. Inés Sánchez de Madariaga, referente en urbanismo con perspectiva de género, recordó que el diseño urbano no es neutro y que debe responder a las distintas formas de habitar la ciudad. “La igualdad se construye también desde las aceras, los horarios del transporte o la distribución de equipamientos”, apuntó.

Julián Monedero, ingeniero energético, mostró cómo adaptar soluciones renovables al entorno isleño, especialmente en ámbitos como la edificación pública o la movilidad. Mara Balestrini, experta en inteligencia colectiva, sorprendió con ejemplos de participación ciudadana digital, donde los vecinos se convierten en diseñadores activos de sus barrios. 

El investigador Julio Lumbreras cerró este bloque recordando que Santa Cruz forma parte de NetZeroCities, la plataforma de 100 ciudades que liderarán la descarbonización de Europa antes de 2030. “Ser parte de esta red es una oportunidad única, pero también una responsabilidad. No podemos permitirnos fallar”, sentenció.

La jornada también abordó el papel central de la movilidad en el nuevo modelo urbano. Julián Sastre planteó soluciones concretas para integrar urbanismo y transporte público, defendiendo una movilidad activa que priorice peatones, bicicletas y accesibilidad universal. Alfonso Vegara, presidente de Fundación Metrópoli, presentó por su parte una propuesta que busca un desarrollo urbano equilibrado, integrando competitividad, cohesión social y sostenibilidad.  

Ciudad 360º no ha sido un evento aislado sino el comienzo de una conversación inspiradora, un espacio de diálogo y reflexión conjunta, que busca mantenerse en el tiempo para ayudar a la transformación de las ciudades. Un espacio que ha mostrado que la capital tinerfeña es una ciudad que dialoga con otras ciudades del mundo para nutrirse de experiencias y de aprendizajes compartidos que le permitan mejorar, y que al mismo tiempo es capaz, también, de aportar sus propias soluciones. Una ciudad que se atreve a liderar su transformación con valentía, visión y sentido colectivo

El éxito de la jornada no radicó solo en la calidad de las 13 ponencias, sino en su capacidad para generar un relato compartido. Las ideas se conectaron entre sí: desde la visión de Carlos Moreno sobre la reconfiguración de los barrios, hasta la necesidad de corredores verdes que planteó Konijnendijk, pasando por la participación vecinal defendida por Balestrini. Todo ello en diálogo constante con los instrumentos de planificación municipal que ya están en marcha.

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