Si había algunas dudas sobre el estado de forma de Primoz Roglic enseguida se disiparon en la segunda etapa del Giro donde el corredor esloveno dio un golpe de autoridad sobre la mesa de la ronda italiana para vestirse de rosa. No ganó la etapa por centésimas, aunque se le aplicó un segundo de diferencia con el joven británico Joshua Tarling, el vencedor, y que cada día gana un poco más de confianza para ya ser uno de los contrarrelojistas de referencia en el pelotón mundial.
Roglic no falló como acostumbra a hacer en los momentos decisivos de la carrera, como realizó en la última etapa de la Volta, en su última aparición antes de concentrarse y centrarse en el objetivo de intentar ganar un segundo Giro. Juan Ayuso tampoco se puede decir que lo hiciera mal, aunque no realizó una de las actuaciones maravillosas que el corredor alicantino acostumbra a hacer en las etapas cronometradas. Cedió 16 segundos a Roglic, pero fue el mejor entre los oponentes del ciclista esloveno. Con dos etapas disputadas ya es el quinto de la general, lo que evidencia también que ha llegado a la carrera italiana, ahora en tierras albanesas, con los deberes hechos.
Tarling, en pleno recorrido de la contrarreloj. / GIRO DE ITALIA
Queda todo, pero en las ‘cronos’ iniciales hay que dar miedo y dejar claro a los rivales quién manda en la clasificación general que lidera Roglic con un segundo de ventaja sobre el danés Mads Pedersen, que se defendió como un felino y que sabe que gracias a las bonificaciones podrá recuperar la ‘maglia rosa’, porque la lógica indica que no tiene sentido que la defienda la estrella eslovena porque implica mucho desgaste; para él y para el conjunto del Bora Red Bull. Conviene descansar y olvidarse de todo el protocolo que conlleva estar al frente de la general del Giro.
Por las calles de Tirana
Circuló la contrarreloj por las calles de Tirana, con un fuerte repecho a mitad de los 14 kilómetros de recorrido, con el viento soplando de cara a los últimos ciclistas que tomaron la salida; todos corrieron penalizados por el aire, salvo Roglic, que fue el único que puso en aprietos a Tarling, que había partido mucho antes, después de que el viernes quedó cortado en el puerto ubicado camino de la meta, en cuyo descenso se cayó Mikel Landa para retirarse del Giro y cuestionar su presencia en las carreras que quedan por celebrar esta temporada. Deberá estar varias semanas inmovilizado por culpa de una fractura en la columna vertebral.
Ayuso fue el primero de los aspirantes a la general que partió, ya que el viernes cruzó la meta en la posición 29 de la etapa. Compitió sin referencias, lo cual siempre es un inconveniente en las contrarrelojes y, aun así, sin estar brillante, tuvo una actuación correcta.

La tercera etapa. / GIRO DE ITALIA
Su equipo, el UAE aprovechó la contrarreloj para exhibirse como bloque y para que todos vieran que están un paso por delante en comparación al resto de escuadras. Aparte de Ayuso, que fue décimo en la etapa, el UAE situó a otros dos corredores en el ‘top ten’: el australiano Jay Vine fue tercero y el estadounidense Brandon McNulty -el año pasado ganó la primera etapa de la Vuelta, una contrarreloj en Lisboa- ocupó la octava plaza del día.
Despedida albanesa
Así dejaron claro a los contrincantes que el conjunto de Ayuso no va con bromas en este Giro, que el ciclista español cuenta con un equipo potentísimo, con corredores como el propio Vine y Adam Yates que en un momento pueden coger el timón del UAE.
Este domingo se disputa la tercera etapa, que será la última en Albania antes de la pausa del lunes, jornada de traslado a Italia y descanso en la competición. El último puerto, que esconde algunas trampas, está situado a 39 kilómetros de la llegada.