Aunque sigamos sin conocer cuál fue la causa del apagón eléctrico, sí podemos analizar el apagón comunicativo del Gobierno español durante cinco horas, las pocas luces de algunos dirigentes autonómicos para tratar de brillar en la oscuridad o la falta de energía de Zarzuela y del president Illa…
«¿Para qué comparecer si aún no teníamos información verificada y contrastada?», preguntan algunos gobernantes para excusar su mutismo comunicativo durante horas. Pues simplemente, señoras y señores, para estar, acompañar, sosegar, tranquilizar, animar, esperanzar y empatizar con la incertidumbre de millones de ciudadanos o el drama particular de miles de personas. Es de primero de comunicación de crisis: salir rápidamente a comparecer, a dar la cara. Incluso si no se dispone de toda la información. La ciudadanía necesita saber que alguien está al mando y que se está actuando.
Un mensaje breve, pero claro: reconocer la situación, explicar qué se está haciendo y prometer actualizaciones. No hace falta que sea el presidente (si está demasiado ocupado resolviendo el asunto), pero sí un portavoz autorizado. Y tal vez en una primera comparecencia urgente se pueda sostener que el presidente del gobierno español no acepte preguntas de los periodistas, pero si interviene cinco horas después del apagón tiene la obligación de atender y contestar verbalmente a la prensa (derecho a la información y segundo punto de la comunicación de crisis: la transparencia). Además, en medio del caos del lunes, el medio masivo para mantenerse algo informado era el radiofónico (ni televisión, ni diarios digitales, ni redes sociales).
Si algunos fueron lentos, otros quisieron ir demasiado rápido para que no les pillara el toro como con la dana. La presidenta de la Comunidad de Madrid se encontraba promocionando unas ayudas al sector ganadero en Guadalix de la Sierra y no tuvo en cuenta su atuendo (vestida con una chaqueta militar de camuflaje) y la puesta en escena (un toro blanco de fondo). «Vimos una imagen de país chapucero», se atrevió a declarar Isabel Díaz Ayuso al día siguiente para atacar a Moncloa… Pero, hija, ¿tú te viste?
Otro que tampoco conoce el espejo ni la vergüenza es Carlos Mazón. «Esperamos explicaciones, saber qué ha ocurrido, por qué y, sobre todo, si puede volver a ocurrir (…)», declaró el president valenciano. Consejitos vendo, para mí no tengo… A Mazón, además, le pareció buena idea publicar una imagen de su reunión de crisis. En una mesa redonda con un tablero verde que, más que al trabajo, invitaba a echar una partidita de Mus y que recordaba a aquella sobremesa en el Ventorro que el president alargó mientras centenares de valencianos se ahogaban el pasado 29 de octubre… En fin, pocas luces…
En Zarzuela, como cuentan con un sistema de generadores reforzado que puede durar días, Felipe VI siguió con su vida de rey. Pese a interrumpir su reunión con el presidente de Chipre para ser informado por Sánchez de la situación de emergencia; no tuvo problemas en colgar en redes las fotos de este encuentro y su posterior entrevista con el mandatario ecuatoriano. Ni un sólo tuit sobre el apagón, ni durante ni después. A él qué le cuentas…
Y en Cataluña, el president Illa compareció ocho horas después del apagón. Prácticamente cuando ya una gran parte de la población había recuperado la luz. Con la calma, como un campeón. Es cierto que a las cuatro de la tarde había informado la consellera de Interior, Núria Parlon. Pero en el Govern de la Generalitat tienen dos problemas (o quizá sean ventajas): la mayoría (incluidos periodistas) desconoce al equipo de Govern actual y nadie tiene grandes expectativas acerca de su función. Ni están ni se les espera.
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