Los dos resultados que se tenían que dar en el tramo sabatino de la trigésima novena jornada de Liga para que se produjera el descenso matemático del Tenerife a Primera RFEF, terminaron por empujar a los blanquiazules a la categoría inferior. En realidad, era un desenlace que ya se daba por hecho y estaba más que asumido por el insignificante margen de error que le quedaba al equipo tinerfeño. Iba a ocurrir más pronto que tarde.
Finalmente, la confirmación llegó con el triunfo del Sporting ante el Deportivo (2-1) y el del Zaragoza sobre el Cartagena (3-2 con un gol del exblanquiazul Dani Gómez en el minuto 97’). Marcadores lógicos, dentro de lo que cabe, a favor de dos conjuntos a los que el representativo ya no podrá adelantar y que situaron su techo en el decimonoveno puesto, insuficiente para seguir en Segunda.
O lo que es lo mismo, la salvación en la 24/25 estará por encima de los 47 puntos, pase lo que pase en las tres jornadas de curso que quedan. El Tenerife solo podrá igualar esa cifra y, en consencuencia, no será capaz de escapar del cuarteto de cola, ya con tres ocupantes seguros, Cartagena, Racing de Ferrol y la escuadra tinerfeña. Para completarlo, el candidato más claro es el Eldense de José Luis Oltra, que este domingo recibe al Málaga.
Una ‘nueva’ categoría
Por su denominación, la Primera RFEF será una categoría nueva para un Tenerife que, desde su ascenso a Segunda en 1953, ha competido en cuatro escalones diferentes, trece temporadas en Primera, 48 en Segunda, ocho en Segunda B y tres en Tercera División.
La Primera RFEF, una competición organizada por la Real Federación Española de Fútbol –no interviene LaLiga–, fue creada en la campaña 2021/22 y equivale a la desaparecida Segunda B. Consta de dos grupos en los que juegan 40 equipos, veinte en cada uno. Se premia a los dos campeones con el ascenso directo a Segunda, mientras que los cuatro siguientes clasificados de cada sector se juegan otros dos billetes a modo de playoff con cruces entre los equipos de los dos grupos, al menos en la primera eliminatoria de la promoción. El tinerfeño será el primer club canario participante en esta categoría.
El noveno descenso
Para el Tenerife es el noveno descenso en sus casi 103 años de historia. El más lejano en el tiempo se produjo el 18 de marzo de 1962 tras un empate sin goles ante el Racing de Santander en el Rodríguez López. Esa igualada provocó su despedida anticipada de Primera en la 61/62, tras pasar solo un curso en la élite. «Más que una crónica de fútbol, esto debería ser una nota necrológica llena de tintes sombríos». Así inició El Día el relato del partido, con tres más por jugarse, ante el Betis (1-1), Sevilla (2-1 en contra) y Osasuna (3-1 en el Heliodoro para endulzar la despedida).
Más adelante, en abril de 1968, el Tenerife se escurrió a Tercera –de ámbito estatal– por una profunda reestructuración de la Segunda División que perjudicó a los ocho últimos clasificados de los dos grupos en los que se repartieron los 32 clubes participantes. Los blanquiazules quedaron octavos por la cola tras perder en la última jornada en el campo de un descendido Levante por 1-0. La escuadra entrenada por Santiago Villar viajó a Valencia dependiendo de sí misma, pero lo tuvo todo en contra, incluyendo el resultado del Atlético Ceuta-Mestalla (1-1), el peor posible para sus intereses. «La mayoría de los jugadores lloraban como auténticos niños», publicó este periódico para describir la imagen del vestuario isleño por parte de unos futbolistas a los que les había sorprendido la decisión del club anfitrión de concentrar a su equipo en la víspera por primera vez en toda la temporada, con el Levante ya descendido.
Una década más tarde, el representativo siguió ese mismo camino, pero en un formato de Segunda División más convencional –un único grupo de 20 equipos– y para descender a Segunda B. Un 4-1 en La Romareda en la penúltima jornada dejó a los blanquiazules sin posibilidades de salvarse. Al frente del elenco tinerfeño, de principio a fin, Manuel Sanchís.
El siguiente episodio sucedió en la Liga 85/86, también para volver al tercer peldaño, a la categoría de bronce. No hubo vuelta atrás después de un 2-0 en contra en el campo del Rayo en mayo de 1986. En una temporada iniciada por Dragoljub Milosevic en el banquillo y finalizada por Domingo Rivero, el Tenerife bajó junto a Albacete, Aragón y Atlético Madrileño.
Ese descenso marcó un punto de inflexión en la trayectoria del club, ya que tuvo como respuesta el origen la exitosa etapa liderada por Javier Pérez, con dos ascensos consecutivos y una brillante década en Primera División, un ciclo que también tuvo su final. Llegó en la temporada 98/99. Al Tenerife, entrenado por Valentín Jorge Robi en las seis últimas jornadas después de que fallaran las opciones de Juan Manuel Lillo y Carlos Aimar, no le sirvió derrotar al Valencia por 3-2 en el Rodríguez López el 13 de junio de 1999, con goles locales de Pier (2) y Makaay. Un 3-0 del Villarreal al Racing esa misma tarde dictó sentencia en la penúltima jornada. Así terminó la etapa dorada de los blanquiazules en Primera. El cierre tuvo lugar en el Helmántico con un duelo entre dos clubes descendidos, Salamanca y Tenerife: un descafeinado 1-2 con tantos de Mista y Emerson.
La historia de los descensos continúo con otro hasta luego a Primera, el de la campaña 01/02. Después de ganar en el Insular con el famoso gol de Bruno Marioni y complicarle la permanencia a UD Las Palmas, el Tenerife recibió al Athletic en la última fecha con muy pocas posibilidades de impedir el viaje a Segunda. El equipo entrenado en ese entonces por Javier Clemente estaba sujeto a otros resultados y acabó cediendo por 2-3. Un apagón en el Heliodoro provocó que el descenso se certificara en el descanso, dentro de una jornada con horario unificado. La victoria del Mallorca ante el Valladolid condenó a los tinerfeños, que bajaron junto a la UD Las Palmas.
La incertidumbre también se mantuvo hasta el partido número 38 de la Primera División 09/10. El Tenerife de Oltra había apurado sus opciones para llegar a Mestalla con esperanzas de salvarse. Tenía que ganar y terminó perdiendo por un gol de Alexis en el minuto 89. El 16 de mayo de 2010 jugó su último partido en la máxima categoría.
Lo hizo para sentarse en un tobogán que condujo al equipo, sin pausa, a Segunda B en cuestión de un año. El Tenerife, que había iniciado la Liga 2010/11 con la ilusión de disputar el derbi de la última fecha accediendo al campo en medio de un pasillo formado por los futbolistas amarillos, como homenaje por un hipotético ascenso, bajó el 15 de mayo de 2011 un día después de derrotar al Valladolid en el Heliodoro (3-2 con un doblete de Nino y un tanto de Dubarbier). Ese sábado dio paso a un domingo nefasto por la victoria de otro equipo implicado en la lucha por la permanencia, el Nástic, sobre el Real Betis (3-1). Ese marcador fue definitivo, aún con tres encuentros por delante: 1-2 en Albacete, 1-1 con la Ponferradina en casa y un derbi de pesadilla en el Gran Canaria (1-0).
Nombres y números
El noveno descenso de categoría se produce a falta de cuatro partidos para el final, con un balance de ocho victorias, once empates y 19 derrotas y con el paso por el banquillo de tres entrenadores, Óscar Cano (5), Pepe Mel (14) y Álvaro Cervera (19 pero serán 23).
Mensaje del club
El Tenerife publicó, en X, un mensaje dirigido a la afición. «Hoy nos caemos y pedimos perdón, pero mañana nos levantaremos. Volvermos juntos, porque el tinerfeñismo es eterno».
Cervera: «Hay que seguir compitiendo como hemos hecho hasta ahora»
Sin saber lo que iba a pasar en El Molinón y La Romareda, pero asumiendo la realidad del Tenerife, Álvaro Cervera insistió en la intención de que el equipo «siga compitiendo» en los cuatro partidos que le quedan en esta temporada. «Tenemos que intentar abstraernos y hacer lo que debemos, que es jugar e intentar ganar», remarcó. El entrenador aseguró que «un golpe así –descenso– afecta» a un equipo que, en cualquier caso, intentará mantener el nivel de rendimiento colectivo. «Individualmente nos afectará, pero haremos lo posible para que no sea igual como grupo para, por lo menos, competir en el partido más cercano. Luego, más adelante, imagino que en el día a día se hablará de lo que pasará con los jugadores, si se quedan o se van, y eso será más difícil de controlar», reflexionó. De su parte, avanzó que se pondrá «a disposición del club» para dar preferencia en las alineaciones a determinados futbolistas, pero cuidando siempre la naturaleza de la competición. «Lo que haré será ponerme a disposición del club. Haré lo que crean oportuno», dijo refiriéndose a la posibilidad de que participen más los jugadores que sí cuentan para el próximo proyecto. «Si piensan que hay futbolistas que no van a seguir aquí, porque lo decide el club o porque ellos quieren dar otro paso, me pondré a sus órdenes. Pero también habrá que competir», advirtió Cervera, sobre todo pensando en las dos últimas jornadas, en las que se supone que sí habrá algo en juego por tener como rivales a equipos que luchan por subir, Real Oviedo y Almería.«No podemos desvirtuar la competición», recordó el entrenador. Cuestionado por la respuesta de la afición, solidaria en todo momento, opinó que «es algo que habría que analizar profundamente». «Jugamos por un club, por una Isla. Hemos defendido esta situación de la mejor manera que hemos podido y eso es lo que se nos está valorando», comentó sobre el apoyo del tinerfeñismo.