La Plaça Nova de Santa Maria fue bendecida ayer con la masificación más pacífica jamás registrada: la de centenares de personas bailando durante horas Ball de Bot.
El conjunto de bailes tradicionales mallorquines fueron los protagonistas absolutos de la Diada per la llengua, la cual también fue amenizada por varias paraditas donde se vendían productos como el ganchillo.
La tradición se mezcló con lo moderno en los puestos de comida, puesto que las panades, ensaimadas y cocarrois convivieron armoniosamente con las hamburguesas y los hot dogs.
No todo fue ball de bot y paraditas, los gigantes también hicieron acto de presencia junto a los xeremiers y los flaviolers, en un día donde el folklore mallorquín pasa un proceso de normalización.
Varios adultos se emocionaron al ver a tanta gente joven en la Diada: «Es muy bonito ver a tantos niños y adolescentes».
Algunos políticos se dieron cita en la escena, desde regidores locales de pueblos cercanos hasta el líder de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, el cual demostró sus dotes para bailar Ball de Bot.
Asimismo, entre todos los presentes estaba el único y discutido candidato a rector de la UIB, Jaume Carot.
Agrupaments escoltes
La hermandad entre diversas agrupaciones escoltes de Mallorca se hizo presente en la Diada per la Llengua. La agrupación local de Santa Maria, Terra de Pous, colaboró estableciendo varias paradas de comida en la Plaça Nova.
«Uno de los ejes de los escoltes es el país, y viniendo a ayudar aquí estamos haciendo país», aseguró el cap d’agrupament de Terra de Pous, Miquel Ángel Bauza, al cual le gustó ver a varios agrupamientos escoltes en la zona: «Hoy hacemos de anfitriones, es muy positivo este hermanamiento entre grupos».
Nuredduna son los escoltes de Palmanyola y también hicieron acto de presencia en la Diada per la llengua. «El año pasado ya fuimos a la plaza Major, al final la defensa de la lengua es uno de los puntos clave de los escoltes», aclaró el cap d’agrupament de Nuredduna, Miquel Ballester.