“Supimos antes que Sánchez anunciaría algo, pero no sabíamos qué”. En el entorno del BBVA cundía la alarma en las horas previas a la intervención inaugural del presidente del Gobierno en las jornadas del Cercle d’Economia en Barcelona. Tras un puente largo saboreando el éxito obtenido en fase 2 en Competencia (ni votos en contra, ni remedies estructurales para dar luz verde a la opa sobre el Sabadell), el banco presidido por Carlos Torres descubría que el ejecutivo tenía un plan.
Eran las once de la mañana del lunes, día 5, cuando Pedro Sánchez hacía el anuncio: una consulta pública para que ciudadanos, empresas y organizaciones den su opinión sobre la opa. El mecanismo entró en funcionamiento al día siguiente, el día 6 por la tarde, y estará en funcionamiento hasta el día 16 de este mes. Sin embargo, su impacto se dejó sentir mucho antes, en forma de euforia contenida en la cúpula del Sabadell y de indisimulado abatimiento entre los directivos del BBVA.
“Ha sido una sorpresa, sí. Por suerte no consume más tiempo y queda dentro de los 15 días”, decía un cariacontecido directivo de la entidad de origen vasco en referencia al plazo que se ha dado el ministerio de Economía para decidir si eleva la cuestión al Consejo de Ministros para analizar si exigen más condiciones al BBVA o si directamente se frena la operación que reduciría el número de grandes bancos en España de cuatro a tres.
El disgusto en el banco que preside Torres era evidente. “El BBVA está muy convencido de que esto tira para adelante porque cumple con todos los requerimientos”, explica una voz del sector. “Pero les hemos explicado que delante tienen gente muy creativa y con mala leche”, añadía. La valoración técnica sobre la consulta y sobre el formulario on line para completarla merece capítulo aparte: “No es muy serio”, afirman fuentes financieras. “Lo vemos improvisado, el día 1 fue festivo, el 2 también [lo fue en Madrid] y la web es una chapuza”, añadían.
En cualquier caso, el anuncio de la consulta pública tuvo el efecto inmediato de cambiar el estado de ánimo de una y otra parte respecto a la primera operación hostil en la banca española en las últimas cuatro décadas: el optimismo ha vuelto a Banc Sabadell y el pesimismo sobrevuela el BBVA. La situación abre una duda: ¿de quién fue la idea de la consulta?
Los dos bancos fueron los primeros sorprendidos. En el abigarrado y complejo entorno de asesores, agencias de comunicación y expertos en public affairs que rodean a las dos entidades desde que se anunció la opa, nadie sabe nada. A preguntas de este diario, una fuente que pide el anonimato confirma que también en este ambiente la “sorpresa” fue absoluta. Y añade que la fórmula es extraña y nunca se había utilizado en una situación como ésta, razón por la cual es muy improbable que fuera ideada desde los citados entornos profesionales.
Desde las patronales catalanas, que se han implicado de forma activa en el rechazo de la opa, explican a El Periódico que semanas atrás llegó a hablarse de un “mecanismo” pero que nunca se dijo cuál. Unos y otros señalan al mundo de la política a la hora de buscar al ideólogo de la consulta bancaria. Y lo hacen con ciertas discrepancias. Un directivo del sector señala al president de la Generalitat, Salvador Illa, que esta misma semana ha fijado su posicionamiento contrario a la opa. Y lo hace recogiendo declaraciones recientes del president: “El Govern de Catalunya y yo mismo defenderemos los intereses de Cataluña. Y también lo quiero decir, porque es un tema delicado: hago cosas, hago más de lo que digo, pero lo hago”.
Sin embargo, fuentes conocedoras de la intrahistoria de la consulta apuntan más lejos, concretamente en dirección a la Moncloa. “Allí es donde hubo más malestar con Competencia”, explica una voz. “En Moncloa hay mucha gente que piensa mucho”, añade otra.
Lo cierto es que la Presidencia del gobierno español cuenta con una telaraña de departamentos que podrían haber trabajado en esta propuesta. “Moncloa es como un minigobierno con los ministerios más esenciales”, explica esta fuente. Fuentes conocedoras del funcionamiento interno de Moncloa apuntan que tanto la Secretaría general de Asuntos Económicos y G-20 (que coordina Manuel de la Rocha), como la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País (en manos de Diego Rubio) o incluso la Secretaría General de Planificación Política (que lidera Antonio Hernández) podrían estar detrás de la consulta pública sobre la opa. Según apunta esta voz, en estos departamentos trabajan un centenar de profesionales.
Personificar la decisión en un solo nombre no es misión sencilla. Las preguntas de El Periódico han llevado a dos hipótesis: la primera, que la consulta pudo salir de Manuel de la Rocha. Y la segunda, que hay que buscar por encima suyo. Directamente en el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
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