Este viernes se celebró la novena jornada del juicio contra Jesús León, expresidente del Córdoba CF, al que se le solicitan casi 10 años de prisión por la presunta comisión de cuatro delitos durante su etapa en la entidad blanquiverde, acabada de forma abrupta el 7 de noviembre del 2019, cuando no había cumplido dos años al frente del club cordobesista.
Cambio brusco
Fue tiempo suficiente, sin embargo, para cambiar por completo -y no a mejor, a tenor de las pruebas y testimonios- la situación del Córdoba CF. En una mañana farragosa, por aquello de la cantidad de datos e intentos de unos y otros por arrimar el ascua a su sardina, lo que no mentían nunca ni se prestaban a interpretación fueron los datos. Y ahí, Francisco Estepa, que fue el administrador judicial y concursal del Córdoba CF, intentó fijar el criterio. No con mucho éxito, debido a que algunas preguntas era difícil que tuvieran una respuesta concreta, pero sí con el suficiente como para conseguir concretar la mutación que sufrió el Córdoba CF entre el 30 de junio del 2017 y el 30 de junio del 2018. Hay que recordar que, justo en mitad de ese periodo de 12 meses hubo un cambio en la propiedad de la entidad blanquiverde. Pues bien. Estepa remarcó que el patrimonio neto del Córdoba CF en la primera fecha era de «un millón y medio de euros, aproximadamente», mientras que 12 meses después, ya con la nueva propiedad, «era de dos millones y doscientos mil euros en negativo». Una diferencia de casi cuatro millones de euros en muy poco espacio de tiempo. De esos casi cuatro millones de deuda líquida exigible a 30 días vista, casi 1,5 correspondían a la Agencia Tributaria y a la Tesorería General de la Seguridad Social.
Francisco Estepa fue administrador judicial y concursal del Córdoba CF SAD. / FRANCISCO GONZÁLEZ
«Llegué a insinuar a una entidad bancaria la posibilidad de solicitar un préstamo para la sociedad», comentó Estepa, que asegura que la insinuación por la entidad bancaria fue «que no volviera, por mi vida». Un sociedad, el Córdoba CF, que tenía en cuenta corriente 309,71 euros a la llegada del administrador judicial, en noviembre del 2019, con unas obligaciones de pago a un mes vista de casi cuatro millones de euros.
El patrimonio neto citado es el valor de la compañía a ojos de sus accionistas. Por lo tanto, Estepa contactó con los que se autoproclamaban como máximos accionistas, entonces: Azaveco y Aglomerados, González y León. El único que anduvo cerca de avenirse a un apoyo económico a la sociedad fue el primero. «El abogado de Azaveco vino a Córdoba, dijo que podía apoyar financieramente la entidad», explicó Estepa, pero sólo «si se levantaba la administración judicial» del Códoba CF. Estepa le contestó que lo solicitara al juez, ya que «yo no me puedo cesar».
Muchas de las preguntas de acusaciones y defensas se centraban en los contratos de «apoyo a la gestión» de León, es decir, de la nómina del presidente del Córdoba CF. Quedó claro que el montoreño no era el primer presidente en cobrar en la entidad blanquiverde -y añadimos: tampoco fue el segundo-, de ahí que todo se dirigiera a intentar interpretar esos cobros, su legitimidad o incluso su legalidad.
«Más falso que ajú»
La adenda del contrato de construcción de la Ciudad Deportiva tuvo, de nuevo, un capítulo especial en la sesión, ya que se le consultó a casi todos los testigos. Uno de ellos, precisamente, convocado para ello expresamente: Andrés Delgado. El que fuera mano derecha de Carlos González se sentó. «¿Envió por correo electrónico a Jesús León esa adenda para que la firmara? No. ¿Se encargó usted de que la firmara Carlos González? No. ¿El financiero de Jesús León no le llevó al club el documento firmado? No». Y nada más. La sala le agradeció su asistencia, se levantó y se marchó el que probablemente fuera el testigo más raudo de los que pasaron por sala en las nueve jornadas del juicio.

Jesús León, junto a su abogada en la llagada a una sesión del juicio. / A.J. GONZÁLEZ
Rotunda se mostró la contable del Córdoba CF sobre la adenda, tildando el documento como «más falso que ajú» y que «teníamos un sello redondo», mientras que en esa supuesta adenda «era ovalado». Con una experiencia de más de 20 años en la entidad blanquiverde, la contable recordaba «picos» de tesorería en el club, pero nada parecido a lo ocurrido durante la etapa de León en el club -sobre todo en la parte final-, cuando cifró en 1,3 millones el «agujero» dejado por el montoreño en la caja. El propio juez, Gálvez Rascón, le preguntó por el concepto «agujero», dejando claro la profesional a lo que se refería: que esa salida de dinero no tuvo una justificación documental.
Un magistrado que, a pesar de que en algunas fases del juicio sonreía e incluso reía alguna chanza por lo bajini de un compañero de tribunal, se mostró de nuevo inflexible a la hora de llevar las riendas de la vista. Y otra vez tuvo que «regañar» a la defensa de León: «Aquí no se está enjuiciando a Carlos González y a su equipo, sino a su cliente y a su equipo», indicó, cuando la abogada del montoreño quiso retraerse unos años atrás en la gestión del Córdoba CF.
Finalmente, Javier Tebas. El presidente de LaLiga declaró telemáticamente y, la verdad, dejó la impresión de que le vino mal el momento de la conexión o, quizás, los abogados no supierion aprovechar del todo su comparecencia. El jefe de la patronal defendió el departamento de control económico de LaLiga y justificó la auditoría (o auditorías) de LaLiga al Córdoba CF, a través de BdO «porque se detectarían indicios de alguna irregularidad».
También comentó que no vio ningún pagaré, aunque sí reconoció que «podrían haber acuerdos de pagos privados entre un club y un jugador. Cuando el club quería pagar fuera del control económico de LaLiga, pues le da el pago en B, por llamarlo claramente», una respuesta que va en consonancia con la estrategia de la defensa de León, que sostiene que el montoreño pagó a jugadores con dinero que no consta en las cuentas.
Quizá lo mejor llegó en el final de su comparecencia, cuando alguien tuvo la osadía de preguntaré qué era eso del límite salarial de los jugadores. Algunos se miraron en la sala recordando aquello que unos días antes manifestó Luis Oliver: «El límite salarial es como la fórmula de la Coca-Cola, sólo Tebas la sabe». Tebas explicó que ese límite viene dado por los ingresos y compromisos de gasto de cada club. Y nada más.
Eso sí, habría que recordar que la contable del Córdoba CF sí que confirmó que Teo Brea, hombre fuerte en los números de Luis Oliver en la entidad blanquiverde -y allá a donde va- «tenía las claves» de las cuentas del club en el banco y hasta «la llave de la caja fuerte» que había en el despacho del presidente. «Recuerdo ir con él a Cajasur», recordaba la empleada del club, «y Teo tenía potestad. Imagino que tendría poderes, porque si no, el banco no le da la clave».
Las sesiones se reanudarán el próximo 15 de mayo, día en el que quedan aún al menos dos declaraciones por escuchar (una de ellas, la del exjugador blanquiverde Jesús Valentín), algún perito y, quizá, alguna documental.
Suscríbete para seguir leyendo