A veces, basta con el aroma, un olor a azúcar, mantequilla y canela que trae consigo recuerdos de infancia, tardes tranquilas, manos pegajosas y sonrisas compartidas. Esa misma fragancia es la que guía ahora a los visitantes hacia un nuevo y pequeño stand situado en Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de La Dulce Roll, un rincón que no se anuncia con estridencia, pero que lo desvela todo con sus vitrinas.
Ubicado en la primera planta del Centro Comercial Siete Palmas, justo frente a Natura, este puesto nace para convertir el rollo de canela en una experiencia sensorial elevada. Según cuentan desde el perfil de recomendaciones @descubreconc, ya se ha convertido en parada obligada para quienes buscan dulces memorables.
Una masa tierna y jugosa
Cada rollo que sale del obrador de La Dulce Roll es una pequeña obra de arte comestible. La masa dulce y esponjosa, conserva esa textura que solo se consigue con tiempo, técnica y respeto por el producto. “Son superesponjosos y muy grandes”, destacan desde la cuenta de los creadores de contenido.
Pero hay un secreto que aún pocos conocen porque calentarlos unos segundos en el microondas antes de probarlos hará que el glaseado se derrita lentamente, el interior se vuelva más tierno y el sabor se multiplique.
Un catálogo de antojos
La carta es, sencillamente, un desfile de caprichos. “Los tienen de un montón de sabores para los más golosos», apuntan. Están los clásicos y el de Kinder, que ya se perfilan como los favoritos del público, pero también propuestas más osadas como el polvito uruguayo, Filipinos, Pistacho, Lotus, Oreo, Fresa, Ferrero Rocher o el exótico chocolate de Dubái.
Cada roll cuesta 4,50 euros con topping incluido, y la relación entre tamaño,calidad y satisfacción está más que equilibrada. Asimismo, hay que destacar que para los indecisos o generosos, existe la opción de comprar cajitas de distintos sabores, una idea perfecta para llevar y compartir.
Hay opciones saladas
Aunque el protagonismo lo tengan los rolls dulces, La Dulce Roll no se olvida de los paladares salados. También ofrece versiones menos convencionales, ideales para quienes prefieren un bocado distinto y como si todo esto no bastara, el lugar guarda un segundo tesoro cremoso: las tartas de queso. Las hay de Pistacho, Lotus, Happy Hippo, Kinder, y se presentan como piezas irresistibles, cremosas e intensas.
Una estética muy rosa
Todo en La Dulce Roll está pensado para crear una experiencia redonda, desde su estética cuidada y variedad cromática, hasta los envoltorios y la disposición de las bandejas. Cabe señalar también la decoración del puesto, el trato amable del equipo y el ambiente que invita a detenerse un momento en medio del ajetreo del centro comercial.
Y en una ciudad que cada vez apuesta más por la gastronomía creativa, propuestas como esta no solo llenan el estómago, sino también el imaginario colectivo porque al final, todos buscamos un lugar que deje huella.