La siderúrgica Acerinox ha cerrado el primer trimestre de 2025 con un beneficio neto de 10 millones de euros, lo que supone una caída del 80% respecto a los 53 millones registrados en el mismo periodo del año anterior. Así lo ha comunicado este jueves la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en un entorno económico marcado por la incertidumbre comercial y una ralentización global de la demanda.
El consejero delegado del grupo, Bernardo Velázquez, ha atribuido este descenso a «las incertidumbres causadas por las medidas arancelarias y un contexto macroeconómico altamente complejo», lo que, según explicó, ha llevado a los mercados a ralentizarse a la espera de mayor visibilidad, retrasando con ello la recuperación de la actividad.
Pese a esta brusca contracción del beneficio, los ingresos de Acerinox han crecido un 5% hasta alcanzar los 1.551 millones de euros, reflejo del mantenimiento de la actividad operativa y del efecto de los precios en algunas líneas de negocio. Sin embargo, el resultado bruto de explotación (Ebitda) retrocedió un 11%, situándose en 102 millones de euros, con un margen Ebitda sobre ventas del 7%, inferior al de ejercicios anteriores.
En cuanto a su situación financiera, la deuda neta del grupo aumentó hasta los 1.195 millones de euros al cierre de marzo, lo que supone un incremento de 75 millones respecto al cierre del ejercicio 2024.
Estos resultados reflejan el difícil equilibrio que enfrentan las compañías industriales ante un escenario internacional marcado por tensiones comerciales, menor visibilidad en los mercados y políticas proteccionistas que distorsionan las cadenas de suministro.
La evolución de Acerinox en los próximos meses dependerá, en gran parte, de la posible relajación de medidas arancelarias y de un repunte sostenido de la demanda, especialmente en sectores clave como la automoción, la construcción y la industria energética.
