La maquinaria pesada ha regresado este jueves a la calle Cortes de Aragón de Zaragozapara proseguir con el derribo del antiguo colegio Jesús y María, donde la promotora Wilcox va a levantar 160 viviendas. Las obras estaban paradas desde hace algunas semanas después de que la asociación de Acción Pública en Defensa del Patrimonio Público Aragonés (Apudepa) solicitara poder entrar con un perito al edificio para poder determinar el valor de la construcción desde el punto de vista patrimonial. Y se han retomado a pesar de que esta entidad ha presentado ante el juzgado una medida cautelarísima para la paralización de los trabajos.
Fue el pasado 30 de marzo cuando el Tribunal Superior de Justicia de Aragón admitió la solicitud de Apudepa para acudir al recinto acompañados por expertos en Patrimonio para poder determinar si quedaba en pie algún elemento de valor que hubiera que conservar. Entonces, el derribo estaba ejecutado ya al 80%, quedando solo en pie la parte del complejo que da a Cortes de Aragón.
Máquinas, este jueves, en los alrededores del Jesús y María. / EL PERIÓDICO
El auto judicial no se pronunciaba sobre la paralización de las obras, a pesar de lo cual Apudepa lo consideraba evidente y una consecuencia inmediata del auto, ya que si proseguía el derribo, la visita autorizada por el TSJA carecía de sentido. Ya no quedaría nada. Wilcox mandó entonces detener la demolición hasta la llegada de los peritos, una entrada que se produjo el pasado martes.
En esa visita estuvieron presentes, según explica Apudepa, una experta historiadora del Arte de la Universidad de Zaragoza, miembros de la propia entidad y representantes de Wilcox. «El perito y los técnicos pudieron observar la solidez de la construcción, a pesar del zarpazo recibido por la grúa en el ángulo suroeste, el que da al patio, si bien el resto del edificio en ladrillo rojo cerámico -el que da a la calle Cortes de Aragón- se encuentra en buenas condiciones estructurales».
Lo que queda en pie, ese 20% que no se ha derribado, es el edificio de recepción del antiguo colegio, «un complejo con entidad propia que incluye cocina, carboneras y otros servicios, semisótano y tres pisos, en origen con función de entrada al colegio». Una vez se produjo la visita, desde Apudepa conocieron la intención de Wilcox de continuar de inmediato con las obras de derribo, sin esperar al resultado del informe del perito. Ante esta situación fue cuando la entidad solicitó ante el juzgado este miércoles medidas cautelarísimas para paralizar las obras de inmediato, a pesar de lo cual las máquinas han vuelto ya al colegio para proseguir con su demolición.