Los 133 cardenales reunidos en cónclave en la Capilla Sixtina del Vaticano desde el miércoles han elegido esta tarde como nuevo Papa al cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien ha elegido como nombre pontificio el de León XIV. Prevost es el tercer jefe de la Iglesia católica de este siglo XXI, después de Benedicto XVI y Francisco. El acuerdo en el cónclave se ha conocido poco después de las 18.00 horas, cuando desde la chimenea del techo de la capilla ha salido el humo blanco (fumata blanca), tras las dos fumatas negras del miércoles por la noche y de este jueves a mediodía. En ese momento, en una de las plazas más famosas del mundo, había unas 100.000 personas, que recibieron entre la exaltación y la sorpresa esta fumata bajo el cielo azul. Los fieles congregados a la espera de noticias no acababan de creerse que fuese blanca, ya que al principio no se oyeron las campanas. Cuando la chimenea llevaba ya un buen rato expulsando humo y creando intriga y confusión en torno al color, una bocanada blanca acompañada del redoblar de las campanas no dejaron lugar a más dudas.
El Vaticano había explicado inicialmente que, de no haber acuerdo en la primera fumata del día, la segunda se produciría o después del mediodía o sobre las siete de la tarde. Sin embargo, la confusión ya del primer día, cuando hubo que esperar dos horas más del horario estimado, añadió un pathos difícil de imitar para cualquier cineasta. Entre la multitud mezclada con los cerca de 3.000 periodistas acreditados —que retransmitían sus crónicas en todos los rincones del mundo—, el sentimiento reinante era el de estar asistiendo al más grande espectáculo de todos los tiempos, inimitable a pesar de que han pasado 2.000 años. En la era de la inteligencia artificial y las nanotecnologías, quizá solo comparable con los luchadores de la Antigua Roma, los primeros ídolos de masas de la historia.
Muchos cardenales habían manifestado su deseo de que, en una época de guerras gigantescas y desorden mundial, fuera una elección no demasiado larga, y gran parte de los analistas había descartado que el resultado se alcanzase antes del viernes. Al final, el nuevo jefe de la Iglesia católica y monarca absoluto de la Ciudad del Vaticano ha sido designado en el segundo día de cónclave. El miércoles por la tarde se procedió a la primera votación, que fue la primera fumata negra del cónclave. La segunda fumata negra se produjo esta mañana, como resultado de dos votaciones más.
Proceso de negociación
Hoy como hace 800 años, cuando se celebró en Viterbo el primer cónclave de la historia, ningún cronista pudo atestiguar lo que ocurrió dentro de la Capilla Sixtina, y antes había pasado en Santa Marta y Santa Marta Vieja, los dos albergues vaticanos acondicionados para que sus eminencias transcurrieran el tiempo que necesitaban para llegar a una decisión. Pero un hecho quedó desde el minuto uno claro: después de medirse, estudiarse y contarse en la primera fumata —que por eso se llama la votación táctica—, los príncipes de la Iglesia se abrieron a las negociaciones entre las facciones.
A partir de ahí, sólo quedaba por perfilar el nombre del candidato del cónclave —en el que 8 de cada 10 cardenales había sido designados por Francisco— que pudiese convertirse en Papa sin suponer una ruptura demasiado honda con el grupo más minoritario. Al contarle al mundo el contenido de la 11 congregación general de cardenales, una de las reuniones precónclave empezadas después de la muerte de Francisco, la Sala de Prensa del Vaticano ya había dado pistas sobre el perfil que buscaban los cardenales. Un «pastor cercano a la vida« que no desatendiera el «diálogo» y la «construcción de relaciones con los diferentes mundos religiosos y culturales» y que haga frente a una «humanidad desorientada y marcada por la crisis del orden mundial«
En este contexto de ebullición, el propio cardenal decano, Giovanni Battista Re, que durante este jueves se desplazó hasta Pompeya, no desaprovechó la ocasión para decir —desde allí— que esperaba encontrarse una fumata blanca a su regreso. «Estoy particularmente contento de estar aquí al inicio del cónclave para que el Espíritu Santo sople fuerte y para que sea elegido el Papa que necesita hoy la Iglesia y el mundo», dijo Re desde Pompeya, en el sur de Italia, donde asistió a un acto religioso», afirmó Re.
No fue el único. El cardenal Sean O’Malley, arzobispo emérito de Boston, dijo algo parecido. El nuevo Papa será elegido «pronto, quizás esta noche o mañana viernes», afirmó, en una entrevista a un medio latinoamericano en la que también deslizó la posibilidad de que el nuevo Pontífice fuera no europeo.