«El 12 de junio de 1985, España firmaba el tratado de adhesión en la Unión Europea, se acababan más de 10 años de duras negociaciones y el país entraba de lleno en una nueva era. Ramón de Miguel y Egea fue uno de los guías que necesitó el país durante esos años turbulentos«, con esta sentencia, el embajador Josep Pons Irazazábal presentaba a Ramón de Miguel y Egea en la conferencia: «La adhesión de España a la Unión Europea. Una negociación singular«, en Ca n’Oleo.
Una conferencia que surge como motivo de los 40 años de la entrada de España en la Unión Europea, un suceso que supuso el fin de un periodo de aislamiento internacional y marcó el inicio de una etapa de crecimiento económico y modernización del país. «De Miguel y Egea es parte de esa generación que formó parte de la transición. Esa generación que hizo fuerte al país al ser gente valiente y decidida«, ha explicado Irazazábal.
Ramón de Miguel y Egea explica que el tratado no surgió de repente: «Tras la Segunda Guerra Mundial, España no participó en la integración europea, no estuvimos ni en la reconstrucción ni en el plan Marshall. Éramos un país aislado y de una pobreza inimaginable para las generaciones de hoy en día«
El embajador español asegura que los jóvenes no saben que supuso para España la integración en Europa: «La Unión Europea es como el aire que respiramos, si algún día nos lo quitan nos asfixiaremos».
Ramón de Miguel y Egea recuerda las duras negociaciones que mantuvo el país con los comités europeos durante años para introducirse en la UE: “No cometimos el error de Portugal, el cual se apresuró para entrar y eso les llevo a hacer algunas concesiones impensables y ridículas, nosotros hasta que no estábamos satisfechos con una negociación no nos levantábamos, pasara un mes o un año«.
Además, España en esos tiempos tenía una gran baza para negociar con Europa. Ramón de Miguel y Egea explica que en los años 70 se hizo un «muy buen acuerdo» con Europa, ya que los intermediarios nacionales de esos tiempos argumentaron que España era demasiado débil como para que se le impusieran aranceles en la exportación de sus productos: «La Comisión Europea se tragó ese cuento y puso cero aranceles al país. Ese fallo se convirtió en nuestra arma más potente para negociar nuestra entrada a Europa«.
De Miguel y Egea asegura que el país creció industrialmente y Europa quiso renegociar el acuerdo, pero siempre se encontró con la misma contestación por parte de los intermediarios españoles:»No vamos a negociar un nuevo acuerdo, solo vamos a negociar un tratado de adhesión a la Unión Europea»: