Israel imprime médula espinal 3D para tratar parálisis

Implante 3D de médula espinal, desarrollado en Israel, restaura movilidad en ratones y busca ensayos clínicos en humanos para 2026.

Avance israelí en implantes de médula espinal 3D

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv, liderados por el profesor Tal Dvir, desarrollaron un implante de médula espinal impreso en 3D que restauró la movilidad en ratones con parálisis crónica. Publicado en Advanced Science en 2022, el estudio mostró una tasa de éxito del 80% en modelos de parálisis crónica y del 100% en parálisis reciente. La tecnología, probada en el Centro Médico Sheba, utiliza células del propio paciente para evitar el rechazo del implante. Los ensayos clínicos en humanos están previstos para 2026.

El proceso inicia con una biopsia de tejido adiposo del paciente. Las células se separan de la matriz extracelular y se reprograman mediante ingeniería genética para convertirse en células similares a las madre embrionarias. Estas se transforman en tejidos de médula espinal funcionales en un hidrogel que imita el desarrollo embrionario. Los implantes, personalizados para cada paciente, se integran en la médula lesionada, promoviendo la regeneración del tejido dañado.

En los experimentos, ratones con parálisis crónica, equivalente a un año humano, recuperaron la capacidad de caminar tras un proceso de rehabilitación rápida. El Centro Sagol de Biotecnología Regenerativa lideró las pruebas, que marcaron un hito al ser los primeros en lograr recuperación en modelos animales con parálisis a largo plazo. La tecnología busca eliminar el riesgo de rechazo inmunológico, un desafío común en trasplantes.

La compañía Matricelf, vinculada a la Universidad de Tel Aviv, firmó en 2022 un acuerdo de licencia con Ramot, la entidad de transferencia tecnológica de la universidad, para comercializar la patente. La bioimpresora de Matricelf utiliza cartuchos de biotinta que permiten imprimir tejidos complejos en una sola sesión, optimizando la producción de implantes.

Datos clave sobre el implante de médula espinal 3D

  • Tasa de éxito: 80% en parálisis crónica y 100% en parálisis aguda en modelos animales.
  • Tiempo de rehabilitación: Los ratones recuperaron movilidad tras semanas de tratamiento.
  • Ensayos clínicos: Programados para 2026, tras discusiones con la FDA.
  • Tecnología: Bioimpresión 3D con células autólogas para evitar rechazo.
  • Colaboración: Centro Médico Sheba y Matricelf impulsan la comercialización.

Próximos pasos hacia ensayos clínicos en 2026

El equipo de Tal Dvir prepara la transición a ensayos clínicos en humanos, un paso crucial para validar la tecnología en pacientes con lesiones vertebrales. Las discusiones con la FDA comenzaron en 2022, y los investigadores confían en una aprobación acelerada debido a la falta de alternativas para pacientes paralizados. La personalización del implante, que utiliza células del propio paciente, reduce complicaciones y mejora las probabilidades de éxito.

El Centro Médico Sheba, uno de los principales hospitales de Israel, colabora en el desarrollo preclínico. Los investigadores planean reclutar pacientes con parálisis causada por lesiones traumáticas de la médula espinal, un grupo que representa millones de casos a nivel global. La tecnología podría aplicarse a otras afecciones neurológicas en el futuro, ampliando su impacto.

La bioimpresión 3D, base de esta innovación, permite crear estructuras complejas con precisión milimétrica. La impresora de Matricelf combina múltiples tipos de células y materiales en un solo proceso, lo que acelera la producción de implantes. Este avance posiciona a Israel como líder en medicina regenerativa, un campo en crecimiento.

El proyecto recibió financiamiento de instituciones israelíes y fondos internacionales, reflejando el interés global en soluciones para la parálisis. Los investigadores destacan que la tecnología no solo aborda la movilidad, sino también los costos sociales y económicos asociados a la parálisis crónica.

Contexto global de la medicina regenerativa

La investigación de la Universidad de Tel Aviv se enmarca en un esfuerzo global por desarrollar terapias regenerativas. En Suiza, científicos como Grégoire Courtine han avanzado en neuroprótesis que estimulan la médula espinal, logrando que pacientes parapléjicos caminen con ayuda de electrodos. Sin embargo, el enfoque israelí se distingue por regenerar tejido en lugar de estimularlo, ofreciendo una solución biológica permanente.

En Estados Unidos, la Clínica Mayo y la Universidad de Louisville han reportado avances en estimulación eléctrica epidural, pero sus resultados dependen de sesiones prolongadas de rehabilitación. El implante 3D israelí, al regenerar tejido, podría reducir la necesidad de terapias intensivas, simplificando el tratamiento.

La impresión 3D en medicina no se limita a la médula espinal. En ortopedia, se utilizan implantes personalizados para defectos óseos y articulaciones, como los desarrollados en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires. Sin embargo, la aplicación en tejidos neurales es más compleja debido a la delicadeza de las redes neuronales.

Israel ha invertido en biotecnología durante décadas, con instituciones como el Technion y el Instituto Weizmann liderando investigaciones en ingeniería de tejidos. El gobierno, a través de programas de innovación, apoya proyectos como el de Matricelf, consolidando al país como un centro de avances médicos.

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