-¿Qué ofrece el noroeste peninsular al conjunto de España a nivel económico que no aportan el resto de territorios?
-Tenemos zonas con una enorme riqueza, pero con unas comunicaciones muy limitadas. Aquí hay espacio más que suficiente para desarrollar proyectos, tenemos industria, tenemos logística, tenemos un turismo interior y unos servicios tremendamente buenos y bien posicionados. Precisamente, en materia de turismo estamos muy diversificados en turismo de naturaleza, cultural, gastronómico, enológico…
-¿Y cuál es el papel que juega Castilla y León dentro de esta región?
-Castilla y León ofrece muchas posibilidades de que se asienten empresas en su territorio por la cantidad de suelo que tiene. Al ser la comunidad autónoma más extensa de Europa, tiene metros cuadrados suficientes para poder realizar todas las infraestructuras que sean necesarias. Además, tiene una industria muy potente, principalmente agrícola y ganadera, aunque también posee una industria del automóvil con mucha capacidad y somos líderes en energías renovables. Es decir, que Castilla y León puede ofrecer muchísimo al resto de España y podrían ser inversiones mucho más importantes de las que se den en otros lugares, porque lo más seguro es que el coste sea más bajo y el rendimiento más alto. Estamos estratégicamente muy bien situados para poder recibir todo tipo de inversiones extranjeras en las materias que quieran los empresarios.
-Cuando se habla de desarrollo del noroeste siempre sale a colación la conectividad. ¿Qué falta?
-Nos faltan infraestructuras, que es lo que estamos hartos de reivindicar. Por un lado, nos faltan infraestructuras viarias: tenemos una serie de carreteras que están todavía sin desdoblar y que soportan una carga de tráfico muy pesada. Ahí está la N-122 en el tramo que va desde la frontera de Portugal hasta Zamora, que es fundamental. Los portugueses han cumplido su parte y aquí seguimos sin cubrir ese espacio. O la misma N-122 desde Tudela de Duero hasta Soria. En el eje del Duero hay zonas que soportan más de 12.000 coches al día y que siguen sin desdoblar, es una locura a estas alturas del siglo XXI.
-¿Y en materia ferroviaria?
-Castilla y León, Galicia y Asturias tenían un trazado ferroviario bastante bueno porque gozaban de puntos clave a través de los cuales se distribuía a las personas hacia otras partes de la región. Eso hacía que el territorio español estuviera muy bien mallado. En los años 70, antes de que se empezara a desmantelar todo este tejido para dar prioridad a la logística de los camiones, España tenía un mallado ferroviario realmente increíble y si se hubiera mantenido seríamos ahora uno de los países con mejor infraestructura ferroviaria. Sin embargo, todo eso se desmanteló y ahora no tenemos cubiertas las líneas que sirven para el transporte de mercancías o para llevar camiones en ferrocarril cuando tienen que ir a cargar o descargar a un puerto marítimo, evitando así la emisión de CO2 y contribuyendo a bajar la huella de carbono de las empresas.
-¿Pasa entonces el futuro por la recuperación de ese trazado ferroviario?
-Debemos ser ambiciosos en Castilla y León junto con Galicia, Asturias y también Cantabria. En esta zona tenemos cinco puertos de mar a los que pueden salir todas las mercancías que vengan desde Algeciras hasta Gijón por la Ruta de la Plata, todas las que vayan desde Valladolid hacia Vigo, hacia Asturias e incluso hacia el País Vasco. Con un ferrocarril adecuado podríamos posicionarnos acorde a los tiempos. Es algo que tenemos que defender y pedir insistentemente.
-¿Se ve optimista al respecto?
-A mí es lo que más miedo me da, porque los políticos suelen trabajar fundamentalmente en las zonas donde hay más población, porque tienen más votos, y dejan desatendidas a las zonas donde hay menos población porque tienen menos votos. Y eso es un error gravísimo porque para vertebrar todo un país hay que invertir en todas las zonas del país. Ahora mismo, la zona más olvidada y en la que menos infraestructuras hay es esta nuestra, y eso que tenemos un potencial tremendo de atracción de inversiones e industrias punteras.
-Sin paños calientes. ¿Está hablando de un desagravio hacia el Corredor Atlántico respecto al Corredor Mediterráneo?
-Pues sí. Hay un ejemplo muy claro, que es el de las infraestructuras energéticas. Necesitamos puntos de conexión y de evacuación, y sin embargo nos tienen a toda la zona noroeste sin esas inversiones. Al final, por mucho que seamos el mejor sitio y el más indicado para desarrollar industrias, si no tenemos dónde conectarnos a la luz eléctrica, nadie va a venir aquí. Ahora mismo somos líderes en energía renovable y tenemos capacidad para seguir instalando más parques, pero si no tenemos capacidad para conectar y evacuar, al final vamos a morir de éxito. Tenemos todo lo bueno, pero nos falta lo principal. En contraposición, vemos cómo en Cataluña, Madrid, el País Vasco y todo el Levante sí que se está invirtiendo.
-El noroeste es líder, dice, en energías renovables. Sin embargo, a raíz del apagón ha regresado el debate sobre la conveniencia de explorar de nuevo las nucleares. ¿A favor o en contra?
-Lo que yo creo es que no podemos prescindir de ningún tipo de energía. Hidráulica, fotovoltaica y eólica tienen que seguir siendo pioneras aquí, pero es fundamental el mix energético. Las nucleares son necesarias, pero cada vez que las ponen en funcionamiento tienen que pagar una tasa que les cobra el Estado y que las hace totalmente inviables. En Francia no pasa nada de esto y en otros países europeos tampoco, porque tienen una inversión en nucleares tremenda. Eso hace que tengan mix energético y que no se produzcan problemas de apagones como el del otro día en España. Ese corte de luz… Eso da una imagen tremendamente mala para todo aquel que quiera invertir en España. Por eso pienso que todas las energías son necesarias en determinados momentos del día.
-En el eje Castilla y León, Asturias y Galicia hay un actor secundario llamado Portugal. ¿Se han explorado lo suficiente las alianzas con el vecino luso?
-Deberíamos tener mucha más relación comercial de la que existe en la actualidad. Siempre que participo en algún foro transfronterizo lanzamos buenas intenciones tanto por una parte como por la otra, hablamos de crear sinergias, de trabajar conjuntamente y de unir fuerzas para ser más competitivos, pero, a la hora de la verdad, volvemos cada uno a nuestra casa y no hay un seguimiento ni implicación directa para llevarlo a término. En lo que respecta a Castilla y León, creo que podemos fijarnos en la relación que tiene toda la zona norte de Portugal con las provincias de Galicia que hacen frontera; tienen una relación de muchos años en materia económica y social porque han vivido mucho los unos de los otros y han trabajado conjuntamente. Eso me da envidia, porque nosotros estamos prácticamente empezando después de darle mil vueltas al enfoque. En logística, los portugueses son auténticos expertos y creo que podríamos aprovechar su experiencia, combinada con lo que a nosotros se nos da bien. Podría beneficiarnos a todos.