El
apagón general que se produjo en todo el país hace más de una
semana, además de generar muchas dudas, porque todavía no sabemos
las causas exactas que lo provocaron, ha dado lugar a un debate, o mejor
dicho, ha puesto sobre la mesa un asunto que ya han planteado algunas
organizaciones agrarias, como el Sindicato Labrego Galego (SLG): la
posibilidad de que las explotaciones gallegas puedan se
autosuficientes en cuanto al suministro de energía para mantener
operativas sus instalaciones en cualquier circunstancia.
Al
final, la luz regresó el pasado lunes después de unas horas,
pero…¿realmente pueden las granjas gallegas depender
exclusivamente del suministro que les facilita la red eléctrica
convencional? En realidad, no es muy recomendable. Lo saben bien los
propios ganaderos, acostumbrados a lidiar con problemas que son mucho
más recurrentes en zonas rurales que en las áreas urbanas.
De
hecho, hay explotaciones de leche que tienen que ordeñar decenas,
incluso cientos de vacas, entre dos y tres veces al día. Una vez
finalizado ese trabajo, hay que conservar la leche. La ausencia
prolongada de suministro eléctrico puede suponer un auténtico
desastre para estas empresas familiares, de modo que tienen que
tener, como mínimo, una alternativa por si se va la luz. Por ello,
la mayoría de las explotaciones ya cuentan con electrogeneradores
para hacer frente a este tipo de contingencias.
Pero
el debate que se plantea ahora tiene una naturaleza diferente. De lo
que se habla es de seguir dando pasos para que las explotaciones
pueden ser autosuficientes desde el punto de vista energético y, hay
ejemplos concretos que demuestran que realmente es posible, aunque la
inversión inicial sea elevada por parte de sus promotores.
desconectada de la red desde 2017
La
granja Casa da Fonte, en Mañente, en el municipio lucense de Pantón
es una ganadería que certifica su producción en ecológico. Está
dedicada al vacuno de leche, que ordeña para la elaboración de
productos lácteos que comercializan de forma directa. En la
actualidad tienen 75 reses en producción. También cría cerdos de
raza celta y pollos para carne. Entre otras particularidades, esta
explotación lleva desconectada de la red eléctrica desde el año
2017.
Su
propietario Xosé García nos cuenta que, al menos en su caso,
tomaron la decisión prácticamente obligados por las circunstancias,
dado que cuando le solicitaron a la operadora la conexión de su
granja a la red eléctrica, la empresa les explicó que el
transformador de esa zona estaba ya sobrecargado y que, por lo tanto,
habría que instalar uno nuevo, con más potencia, que ellos mismos
tendrían que sufragar con sus propios recursos.
“La
broma nos salía por 30.000 euros”, explica Xosé, y una vez que
comenzase a funcionar había que “cedérselo a la empresa”. Por
ello, ante esa tesitura, tomaron la decisión de montar una instalación
fotovoltaica para ser autosuficientes desde el punto de vista
energético. Además, dotaron a la granja de un generador auxiliar
para hacer frente a posibles contingencias o a esos momentos en los
que las placas solares no produjesen suficiente energía para cubrir
las necesidades.
Xosé García
una inversión de 110.000 euros
La
inversión alcanzó los 110.000 euros y no falta demasiado para que
acaben de amortizarla. Las placas solares suministran energía a los
obradores donde elaboran los productos lácteos, a los frigoríficos
donde se enfría la leche, a la granja y a la casa familiar. En su
caso, el ordeño de los animales se realiza con una “sala móvil”
que desplazan por las diferentes parcelas en las que se encuentran
las reses.
Xosé
precisa que al encontrarse su explotación “en el Val de Lemos”,
hay épocas del año con “mucha niebla”, lo cual provoca que la
producción fotovoltaica sea menor, pero aún así, la mayor parte
del tiempo es suficiente para abastecer de energía a la granja y no
tienen que recurrir con demasiada frecuencia al generador auxiliar.
Por cierto, además de leche y productos lácteos, en esta granja también crían cerdos de la raza Porco Celta y pollos para carne.
¿Pueden
las granjas gallegas depender exclusivamente del suministro que les
facilita la red eléctrica convencional? En su caso al menos, la
respuesta es clara: sí.