Las autonómicas de mayo de 2023 borraron de un plumazo casi todo el poder territorial que Podemos había ostentado. Hasta entonces, el partido gobernaba en Comunidad Valenciana, Baleares, Canarias, Aragón, La Rioja y Navarra. Aquella noche fatídica perdieron todos los gobiernos salvo uno: la candidatura Contigo Navarra se consolidó como una excepción, mejoró resultados y su candidata, Begoña Alfaro, se convirtió en vicepresidenta tercera de la Comunidad foral. La dirigente, también líder de Podemos Navarra, anunció la semana que no optará a la reelección. La decisión ha provocado una serie de reproches cruzados entre la consejera autonómica y la dirección estatal de Ione Belarra, en una ruptura que llevará al partido morado a perder de facto el único poder institucional que conservaba.
Ya en 2023, la izquierda navarra se convirtió en una excepción a la regla. Yolanda Díaz renunció a presentarse a la cita y Podemos concurrió en solitario en gran parte de los territorios o en coalición con IU, con tensiones ya crecientes con la líder de Sumar. Mientras, la federación navarra formó una coalición más amplia, renunció a las siglas de Podemos y se presentó bajo una marca blanca que aunó a Podemos, IU, Batzarre, Verdes Equo y Alianza Verde. Esta fórmula fue apadrinada por la líder de Sumar, que vio en Contigo Navarra un ejemplo para lo que después sería Sumar. Alfaro fue la única dirigente de Podemos que se saltó la directriz de la cúpula morada, y un mes antes de la cita electoral acudió al acto de Magariños, la puesta de largo del proyecto de Díaz.
El éxito electoral de la coalición navarra llevó a Alfaro a entrar en el Gobierno de María Chivite como vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, convirtiéndose en el único miembro de la dirección de Podemos en un ejecutivo autonómico. Un cargo institucional que escapará del control del partido cuando celebre sus primarias en los próximos meses.
Tesis opuestas
La todavía líder de Podemos Navarra anunció el pasado miércoles que no optaría a la reelección y anunció que se centraría en fortalecer Contigo Navarra, la coalición que sorteo la debacle en las urnas. En el comunicado donde anunció su decisión, la dirigente abogó por una candidatura que garantizase «unidad de acción», y «no con la permanente espada de Damocles de tener que mirar de reojo a quienes deciden sin tener la más mínima consideración al interés de las navarras y los navarros», aseguró, en una crítica clara a la dirección estatal, que es quien tiene potestad única para firmar alianzas electorales.
La tesis de apostar por la «unidad de acción» difiere sustancialmente de las consignas de la dirección estatal de Podemos. Si la cúpula de Madrid apuesta por hacer valer la marca del partido, Alfaro es partidaria de consolidar el espacio de izquierdas Contigo Navarra, abriendo la puerta a constituirlo como una formación propia que atienda únicamente a los intereses de la Comunidad foral, alejado de dinámicas estatales.
Reproches cruzados
Después del paso atrás de Alfaro, los tres consejeros navarros de la nueva dirección de Ione Belarra, elegida en la asamblea de abril, convocaron a la prensa y llamaron a «fortalecer el partido» y reclamaron que Podemos morado mantenga «más del 50%» de cuota en la coalición, en caso de revalidarse. Neniques Roldán, Gracia Moreno y Pablo Antón, los tres consejeros, se pronunciaron sobre el relevo en la federación navarra, argumentando que deberá estar liderada por personas que «realmente se sienten orgullosas de ser de Podemos”, en una clara crítica a la líder autonómica en los últimos cuatro años.
Tras esta desautorización, la federación de Podemos replicó: emitió un comunicado reivindicando la «legitimidad total» de la actual dirección de Alfaro hasta que se celebren nuevas primarias, y recordó que la coalición de Contigo Navarra fue respaldada en primarias por una amplia mayoría. Un cruce de reproches entre la dirección autonómica y la estatal que exhibió de nuevo las grietas en la organización territorial de Podemos.
«No estoy de acuerdo con el rumbo»
Este martes, Alfaro ahondó sus críticas hacia la cúpula de Ione Belarra e Irene Montero. En una entrevista en Diario de Navarra, la vicepresidenta autonómica dijo compartir las tesis políticas de Podemos, pero diferir en el «rumbo». «No me siento cómoda en la posición de estar metida en las permanentes guerras y batallas de la izquierda en Madrid que se empeñan en traer a Navarra, cuando no tenemos aquí ningún problema de funcionamiento», señaló en la entrevista.
«Si yo no estoy de acuerdo con el rumbo que ha tomado la dirección estatal del partido, no en cuanto al fondo, sino en cuanto a la forma y a la relación con sus socios naturales (…), lo coherente es no ser la persona que dé la cara ante este tipo de posicionamientos al frente del partido en Navarra», continuaba. Alfaro, que seguirá en el Gobierno autonómico y continuará también como líder de la coalición Contigo Navarra, confiaba en que la nueva dirección de Podemos continuara la senda de entendimiento que hasta ahora ha imperado en la federación.
Sin referencias
La salida de la dirección de la líder de Podemos Navarra es de facto una ruptura con su única cuota de poder institucional a nivel autonómico. Y certifica también la importante crisis territorial que afronta el partido en los territorios. En las filas moradas no quedan referencias de peso en la Comunidad foral, después de que los dirigentes morados que tenían algún peso en esta tierra hayan ido abandonando sus cargos. La única que queda es la secretaria general, Ione Belarra, que ha vivido una cascada de abandonos y renuncias en su tierra natal.
El que fuera consejero del Gobierno foral en la anterior legislatura, Eduardo Santos, abandonó el liderazgo de la formación y después la política, lamentando la falta de organización territorial del partido. También Idoya Villanueva, quien fuera eurodiputada de Podemos en la anterior legislatura y una de las dirigentes del núcleo duro que más tiempo había permanecido en la organización, abandonó los cargos en la formación, y no está en la actual dirección de Podemos elegida en abril.