Lágrimas de un agricultor andaluz ante la expropiación del Gobierno de Moreno Bonilla: «Es una injusticia»

Un agricultor andaluz, Antonio Miguel, ha roto a llorar en directo al relatar la situación límite que atraviesa: ha tenido que entregar su olivar centenario ante la amenaza de una expropiación por parte de la Junta de Andalucía. Así lo ha denunciado este miércoles, 7 de mayo, en el programa Espejo Público. Sus terrenos, sembrados de árboles con más de 300 años de vida, serán utilizados para levantar una nueva planta fotovoltaica en el marco de la expansión energética impulsada por el Gobierno autonómico que preside Juan Manuel Moreno Bonilla.

«He tenido que arrendarla sin querer. A esto lo llamo yo dictadura, porque es lo que es«, denunció Antonio, visiblemente afectado ante las cámaras. Aunque su deseo era mantener su explotación familiar, se ha visto forzado a cederla, como él mismo explicó: «He tenido que entrar por el aro, sin más remedio. No es lo que he deseado toda mi vida, trabajando para tener estas cosas y ahora fíjate lo que te encuentras. No es lógico”.

Segundos antes, Susanna Griso conversaba con los colaboradores en plató sobre la situación: «Son compañías eléctricas privadas las que quieren instalar esas placas solares. Pero, ¿sabes que pasa? Que el Gobierno, en este caso el Gobierno autonómico de la comunidad andaluza, se acoge a una ley para, cuando el agricultor no quiere negociar o alquilar el terreno, se puede expropiar«.

Amenaza de expropiación: o acuerdo, o despojo

El relato de Antonio revela una situación que se repite en decenas de casos similares. Según explica, la administración andaluza le advirtió ante los planes que se pretenden llevar a cabo: debía alcanzar un acuerdo de arrendamiento con la empresa encargada del proyecto, o se exponía a una expropiación forzosa. «Esas son las cartas que han mandado. Que, o llegaba a un acuerdo con la empresa, o que expropiaban, y yo no quería ni una cosa ni la otra«.

El agricultor ha optado por lo que califica como un «mal menor», aunque sin ocultar sus dudas sobre si fue la mejor elección. «El tiempo lo dirá«, se limitó a responder entre lágrimas. Por el alquiler de sus tierras, recibirá unos 3.000 euros por hectárea, aunque insiste en que no es cuestión de dinero: «Yo no quería tres mil, ni dos mil, ni quiero nada. Yo lo que quiero es vivir, con mis olivos. Simplemente. Esto es una ruina«.

Más de 100.000 olivos en peligro por megaplantas solares

El caso de Antonio no es aislado. La plataforma Campiña norte contra las megaplantas solares llevó a los tribunales a la Junta de Andalucía, como informó El País, a la que acusan de prevaricación ambiental y de actuar contra la flora y la fauna en la tramitación de siete proyectos solares en la provincia de Jaén. Estas iniciativas suponen la expropiación y la tala de más de 100.000 olivos. La denuncia apunta también a las promotoras FRV Arroyadas y Greenalia Solar Power, esta última con una financiación de hasta 150 millones de euros.

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