Los 133 cardenales electores llamados a elegir al 267º Romano Pontífice se reunirán desde este miércoles, 7 de mayo, en la Capilla Sixtina del Vaticano donde se celebrará el Cónclave que elegirá al sucesor de Francisco.
La Ciudad del Vaticano y Roma se preparan para la elección de este nuevo Papa, un acontecimiento histórico que atrae la atención de miles de periodistas y fieles y que reúne a los cardenales menores de 80 años.
Entre los electores, se encuentran seis españoles, tres de ellos miembros de la Conferencia Episcopal Española (CEE): el arzobispo de Madrid, José Cobo; el arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro; y el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella. Por su parte, el arzobispo emérito de Valencia, Antonio Cañizares, ha excusado su participación por motivos de salud.
A ellos se suma Ángel Fernández Artime (proprefecto del dicasterio para el Instituto de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica); el arzobispo de Rabat, Cristóbal López, y el obispo de Córcega, Francisco Javier Bustillo. Todos ellos tienen menos de 80 años, requisito para ser elector en un Cónclave.
Últimas entrevistas de Omella y Osoro
Irene Pozo ha podido entrevistar al cardenal Juan
José Omella, arzobispo emérito de Barcelona, que relataba el clima que se
ha vivido estos días durante las reuniones de los cardenales antes del
cónclave: “La verdad es que es un momento de mucha responsabilidad para
nosotros dentro de la Iglesia. El ponernos bajo la mirada y la emoción del
Espíritu para poder elegir, según los retos que presenta el mundo y la Iglesia,
esa persona que puede encarnar el mensaje de Jesús como jefe de la Iglesia,
como guía de la Iglesia. Y, como decía el Papa Francisco muy bien, el Papa va
delante, en medio y detrás. Delante, guiando, en medio, compartiendo y detrás,
recogiendo a los que se cansan, a los que sufren, a los pequeños. Ese es
nuestro trabajo”.

Además, el cardenal Omella ha podido compartir tiempo entre
los cardenales en esas congregaciones generales: “Todos hemos intervenido. La verdad
es que el clima era muy cordial. Yo tengo que decir que a muchos los conocía
porque he participado en dos sesiones del sínodo ahora. Participé también en la
de los jóvenes. Y, por otra parte, como vengo a Roma para trabajar en la
congregación de obispos una o dos veces al mes, pues voy conociendo a mucha
gente. Pero a algunos no los conocía. Esa cordialidad de saber que tenemos una
misma fe, que tenemos la misma ilusión por servir al Señor y servir a la gente.
Pues eso nos acerca y compartimos, cada uno desde su sensibilidad”.
En estas reuniones, los cardenales han podido apreciar las
diferentes realidades dentro de la Iglesia: “¡Qué rica es la iglesia! Qué
distinta la problemática que se plantea en Europa a la que se plantea en
América Latina o en África o en Asia. ¡Qué cosa! Y escucharles, y ver que lo
viven con ilusión. Por ejemplo, la cantidad de cristianos que están brotando,
empezando ahora en África y en Asia. Y que en Europa parece que esto se acaba,
que hemos perdido la esperanza. Y te dan ilusión y dicen, oye, que el mundo no
es Europa, que el mundo es mucho más. Y que la ilusión que nosotros o ellos
tienen, pues a nosotros nos puede contagiar y nosotros podemos aportar también
nuestra experiencia, lo que hemos vivido mal, lo que no hemos acertado a hacer
bien. Todo esto nos va ayudando. Y ese compartir da una paz y una esperanza. Y
dices, oye, merece la pena vivir en la iglesia con tanta gente tan buena”.
«tenemos una gran responsabilidad en estos momentos»
El más mayor de los cardenales electores es el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro, quien destacaba alguna propuesta interesante que han
vivido estos días en esas reuniones precónclave: “Yo creo que la gran propuesta
es la que tiene la iglesia siempre: Id por el mundo y anunciad el Evangelio.
Esta gran propuesta que nos hizo el Señor, no se puede hacer de cualquier
manera. La iglesia siempre se ha movido por el ejemplo, por el testimonio, por
la entrega, por el servicio, por mostrar el rostro del Señor de una manera
cercana y en las necesidades reales que tienen los hombres. Cada época
histórica ha estado marcada incluso por momentos especiales donde han nacido
hasta congregaciones que hoy tienen cantidad de personas dentro de esas
congregaciones motivadas precisamente por necesidades reales que existían en la
iglesia y en el mundo”.

“Yo creo que han sido unas reuniones muy fraternas, muy
sinceras, muy abiertas, con la experiencia de saber que tenemos una gran
responsabilidad en estos momentos de conciencia y de la misión misma de la Iglesia.
Yo creo que todo el mundo se está tomando muy en serio lo que está sucediendo
en estos momentos para la vida de la iglesia y lo que acontece a través de
todos nosotros”, advierte Osoro. Además, señala que “los cristianos tenemos que
saber que nosotros no actuamos solo desde nuestras fuerzas, sino que la
presencia del Señor en nuestra vida y la acción del Espíritu Santo. No basta
solamente con decirlo, tenemos que pedirlo, creer de verdad en ello y creer que
este momento que está viviendo la Iglesia es un momento de Dios, donde él actúa
de una forma especial al servicio de todos los hombres mostrando lo que la
iglesia tiene que realizar en este momento”.
El sucesor del Papa Francisco
El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo emérito de
Valladolid, ya ha cumplido los 80 años. Ha participado en las reuniones
precónclave que se han celebrado estos días, pero no puede participar en el
conclave. Aun así, él va a permanecer en Roma hasta conocer al nuevo sucesor de
Pedro. El cardenal Blázquez destacaba, precisamente, los retos que tiene por
delante el próximo Papa: “Muchos de los desafíos que tiene ya será continuar,
porque el Papa Francisco los ha afrontado. Yo creo que hay varios que pueden
ser como líneas de su pontificado. Por ejemplo, el año jubilar extraordinario
de la misericordia ha sido muy importante, muy importante. El lema que eligió
ya, cuando fue nombrado obispo auxiliar para Buenos Aires, ya justamente
trataba de esto”.

“Otras también, a mí me impresionó mucho el discurso que
tuvo el Papa Francisco cuando celebramos los 50 años de la institución del sínodo
de los obispos. Fue uno de los discursos realmente extraordinarios que yo he
escuchado. No era largo, pero había pistas. Desde el Concilio Vaticano II
habría futuro. Y también otro discurso que me llamó la atención también mucho,
en algún momento determinado nos convocaron a los presidentes de conferencias
episcopales para tratar la cuestión de los abusos. Y al final tuvo una
intervención el Papa Francisco, que ya consolidaba lo que se venía haciendo y
habría también futuro. Son líneas muy importantes de su pontificado. Estas
continuarán”, vaticina el cardenal Ricardo Blázquez.
Este miércoles 7 de mayo a las 10.00 horas se concelebrará la solemne Misa ‘pro eligendo Pontifice’, celebración Eucarística presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio.
A las 16.30 horas, los cardenales se reunirán en la Capilla Paulina para rezar antes de dirigirse a la Capilla Sixtina, en cuyo interior cantarán el himno ‘Veni, Creator Spiritus’ y prestarán juramento. Esta estancia está acondicionada con bancos para el recuento de votos y un horno donde se quemarán las papeletas. Para elegir al Papa será necesaria una mayoría cualificada de dos tercios, es decir, 89 votos.

Las votaciones tendrán lugar todos los días: dos por la mañana y dos por la tarde. En el caso de que los cardenales electores tengan dificultades para ponerse de acuerdo sobre la persona elegida, después de tres días sin resultado, las votaciones se suspenderán durante un máximo de un día, para una pausa y posterior votación.
Tras comprobar las votaciones, los votos se queman en una estufa de hierro fundido y de ellas saldrá la fumata negra, si no hay elección, o la fumata blanca: ‘Habemus Papam’.