La celebración del Día de la Comunidad de Madrid, el 2 de mayo, tuvo momentos que fueron muy sonados en la prensa y de los que muchos medios de comunicación se hicieron eco, pero también otros que pasaron desapercibidos a pesar de estar, también, cargados de un fuerte simbolismo. Es el caso del momento en el que María Azorit, una bombera forestal de la Comunidad de Madrid, le entregó una carta al Consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, denunciando las infames condiciones laborales que este cuerpo experimenta desde hace años.
El momento de la entrega de la carta ha sido compartido por la cuenta oficial de los Bomberos Forestales de la Comunidad de Madrid en Instagram, un perfil gestionado por los trabajadores del servicio. Puede verse cómo María, ataviada con el uniforme, dialoga con Novillo y le entrega la misiva con todas las reivindicaciones a trasladar. Novillo, por su parte, se guarda la carta, en una conversación que, debido al ruido de fondo, no se escucha en el audio del fragmento.
En la misma publicación, los Bomberos también han compartido el contenido de la carta, que puede leerse a continuación:
«Lo primero, darte mi más sincero pésame por los dos compañeros fallecidos del parque de Bomberos de Alcorcón, sé que te ha tocado muy de cerca y quiero trasladarte el mayor de los abrazos.
Me he tomado la libertad de escribirte esta carta porque es necesario que sepas que hemos llegado a una situación límite en las Brigadas de Bomberos Forestales de Madrid. Llevamos desde el año 2008 con un convenio caducado, que no se adapta a las necesidades del servicio, que genera inseguridad jurídica a los trabajadores puesto que dentro de él hay aspectos que directamente no se ajustan a la legislación vigente. La posible negociación del mismo se encuentra en una situación de absoluto bloqueo por parte de la empresa pública a la que se adjudicó el servicio, TRAGSA, ya que se niega a conversar por un convenio colectivo de la actividad o del servicio.
Somos personal que trabaja para la Comunidad de Madrid, somos tus Bomberos Forestales, siempre hemos estado dispuestos a colaborar donde se nos ha necesitado, no solo en los incendios forestales de nuestra región y de otras partes de España, sino que también hemos actuado en otras emergencias, como la DANA de Valencia, la gran nevada de Filomena y también en las inundaciones acaecidas en El Álamo y Aldea del Fresno. Siempre intentando ayudar con la máxima profesionalidad a nuestros conciudadanos.
Es por esto que ya no se soporta más el seguir jugándonos nuestra integridad física por poco más de 1.250€ la mayoría de los meses. Madrid es de las comunidades autónomas más caras de España, y este sueldo no da para sostener la vida solo con vocación. También necesitamos el reconocimiento de nuestra categoría profesional de Bombero Forestal como así manda la ley y que se nos reconozca la peligrosidad, la penosidad y la toxicidad inherentes a nuestro trabajo. Además, nos falta una evaluación de riesgos en materia de agentes cancerígenos, un enemigo silencioso contra el que nos hace falta protección. Tampoco es bueno para el servicio que el 40% de los profesioanles esté contratado solo 4 meses al año, esto genera una pérdida de capital humano y de recurssos hacia otras comunidades por no poderse soportar esta temporalidad.
Espero, Carlos, que pongáis toda esta problemática encima de la mesa a TRAGSA, y que sea un condicionante la solución de este conflicto a la continuidad de la confianza que la Consejería de Medio ambiente e Interior deposita en esta empresa pública. De esta manera, podremos proteger a todos los madrileños y su patrimonio natural de la mejor manera posible.
Salarios congelados, privatización y temporalidad
El servicio de Bomberos de la Comunidad de Madrid se privatizó privatizó en 1997. Huelgas y protestas consiguieron que el servicio volviese a ser público en 2021, pero el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso rehusó de gestionar directamente el servicio y le otorgó el encargo a TRAGSA, la empresa mencionada por Azorit en la misiva, controlada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Nada ha cambiado y los trabajadores del servicio esencial denuncian que están «expuestos y machacados por cuatro perras«.
La importancia de los bomberos forestales y el hecho de que estén directamente integrados en el servicio público parecen causas más que suficientes para que sus condiciones estén reguladas; sin embargo, los trabajadores de la Comunidad de Madrid cuentan con un convenio que se firmó en 2008 y caducó en 2012. La no renovación del acuerdo laboral ha acarreado que los salarios estén congelados o no se contemple de forma correcta la peligrosidad del trabajo.
«Como no hemos tenido apenas actualizaciones salariales, el sueldo sigue siendo prácticamente el mismo desde 2012» lo que calculan que haya derivado en una pérdida del poder adquisitivo desde entonces de un 24% «y siendo generosos», según denunció Javier Villanueva, bombero forestal y miembro del comité de empresa, a este medio de comunicación. Por ello, reclaman un nuevo convenio de actividad. “Desde el minuto uno se intentó negociar con TRAGSA y en estos cuatro años se han negado y siguen negándose a negociar sin dar motivaciones”, trasladó.
Por su parte, la administración de Ayuso ha optado por lavarse las manos en esta materia y aunque los bomberos garantizan que podrían presionar para la consecución de un convenio digno, trasladan que se niegan a reunirse con ellos alegando que “no tienen una relación contractual”. Sin embargo, a la precariedad laboral hay que sumarle que los bomberos forestales madrileños no han sido encuadrados en la ley que regula su desempeño y en esto sí tiene responsabilidad.
Súmate a
Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.
hazte socio