El reloj marcaba ya el minuto 92 de partido cuando se produjo la jugada que marcó de forma definitiva del partido entre el FC Barcelona y el Inter de Milán. Gerard Martín llega antes que Dumfries en un balón dividido, es derribado, pero Marciniak deja seguir y Acerbi culmina la acción con el 3-3 que llevó el partido a la prórroga.
La jugada fue muy rápida y apenas se vieron repeticiones lejanas en la realización para España, pero en las redes han aparecido imágenes en las que se observa claramente que Gerard Martín sufre una doble falta.
Primero es golpedo en la espinilla por Dumfries en su pierna izquierda y le acaba de derribar otro impacto por detrás. De manera incomprensible, el VAR no revisó la jugada ni llamó a Marciniak como sí que había hecho con el penalti de Cubarsí a Lautaro Martínez o anulando la pena máxima cometida sobre Lamine Yamal retrasando la infracción al límite del área.
El banquillo del Barça no se lo podía creer. Hansi Flick fue el primero en protestar de forma airada desde el banquillo, pero no hubo marcha atrás. Marciniak, probablemente abrumado por el ambiente del Giuseppe Meazza, dio el gol por válido sin que sus compañeros del VAR lo llamaran como habría sido su obligación.
La consecuencia fue que el partido se fue al tiempo añadido, donde Fratessi marcó el gol de la victoria después de una gran maniobra de Thuram frente a Araujo y el Barça ya no tuvo poder de reacción para volver a empatar el partido.
Las quejas de Hansi Flick y los jugadores del Barça tuvieron toda la lógica del mundo. Las lágrimas de Gerard Martín eran el mejor ejemplo de la impotencia que sentía el equipo y el propio futbolista por ver cómo se escapaba la final de Montjuïc después de que el ex del Cornellà cuajará un partido fantástico con dos asistencias de gol.
El equipo se fue de vacío de San Siro. Sin el billete para Múnich, pero con la sensación de que con un arbitraje justo, estarían el día 31 peleando por el máximo título continental.
El futuro con esta plantilla es esperanzador y el domingo se puede vivir una gran fiesta en Montjuïc que quite este mal sabor de boca con una victoria frente al Real Madrid en el clásico de la Liga.