Ayer conocíamos el testimonio de María, una bebé robada por la organización que encabezaba su propio padre. Se trata de la fundación María Madre, una organización que vendía los bebés de chicas jóvenes a familias con dinero.
Las madres acudían a un piso para dar a luz y era allí donde la fundación les arrebataba a los niños. Doña Mercedes era la jefa de aquellos pisos, que llegó a tener 9 inmuebles con unas 20 niñas por cada uno.
En todos los documentos, Mercedes firma como la secretaria de la asociación. Esta acogía a jóvenes en los pisos que no podían seguir adelante con los embarazos, las cuidaba, las atendía y, cuando daban a luz, vendía a los bebés por unas 200.000 pesetas.
En la página web del Gobierno Vasco, la asociación María Madre aparece clasificada como de ‘carácter benéfico asistencial’. Según esto, su finalidad es ayudar a grupo marginados a resolver las consecuencias de relaciones sexuales ilícitas, como abortos, infanticidios o la prostitución de madres solteras. Sin embargo, la realidad era bien distinta.
Nieves es una de las mujeres que dio a luz en uno de esos pisos y a quien le robaron a su hijo. «Llego allí por mediación de un cura», señala, «estaba de tres meses».
Cuando Nieves dio a luz, la fundación le dijo que iban a dar al niño en adopción porque ella no podía hacerse cargo de él: «Me comieron la cabeza».
Hoy, decenas de mujeres como ella que estuvieron en aquellos pisos, denuncian los hechos y rezan por que los hijos que les arrebataron estén bien allí donde estén. ¿Conseguirán hacer justicia?