La emoción que despierta el no saber que puede contener un paquete es algo que emana todos los sentimientos de una persona. Desde cajas sorpresa más grandes a las más pequeñas, la excitación que produce abrir este tipo de paquetes despierta la ilusión de multitud de gente. Un fiel de reflejo de ello es lo que ha sucedido en Zaragoza con la apertura de la tienda física temporal de King Colis, que estará abierta en el Aragonia hasta el próximo 10 de mayo.
La empresa francesa detrás de este negocio cuyo modelo empresarial es sencillo, adquieren paquetes perdidos en las transacciones del comercio electrónico que no han podido ser entregados a sus destinatarios y configuran paquetes sorpresa que posteriormente venden a un precio por kilo en este tipo de ventas físicas exprés en diferentes ciudades de toda Europa. El cliente dispone de 10 minutos para elegir a ciegas los paquetes que deseen. Al final, el precio a pagar será de 1,90 euros/100 gramos por un paquete estándar y 2’79 €/100 gramos por un paquete catalogado como premium.
Largas colas desde el punto de la mañana
Aunque los productos están embalados y tan solo a través del tacto se puede «adivinar» lo que contiene la caja sorpresa, la mayoría de la gente opta por acudir a la tienda lo más pronto posible para disponer de un mayor abanico de selección. El local abría sus puertas a las 10:30, pero ha habido personas que han decidido ir con antelación. «Llevo aquí desde las 8:30, he dejado a la niña en el colegio y he venido aquí para intentar coger alguno de los buenos paquetes que hay», detalla uno de los hombres que esperaba en la fila.
En imágenes | Vuelve la euforia a Zaragoza con la pop-up de productos de Amazon: “Me puede tocar un lingote de oro o un mojón” / Laura Trives
A las puertas del establecimiento y minutos previos a levantar la persiana, la emoción de adquirir una caja sorpresa era palpable entre la gente que esperaba ansiosa. «Me puedo encontrar con el lingote de oro que dicen que hay o con un mojón que sería muy divertido. Esto es como cuando le pides cosas a los Reyes Magos y te traen otra cosa», bromea una clienta. Por otro lado, existían personas que mantenían la esperanza de poderse encontrar con algo relevante de verdad. «Me espero de todo un poco, veremos a ver si nos sorprenden, ojalá algo interesante porque estoy dispuesto a pagar unos 70 u 80 euros«, explica una de las personas de la fila.
Emoción y desencanto a partes iguales
Una vez finalizado el tiempo máximo para poder seleccionar los paquetes que cada uno desee, las reacciones al contenido de las cajas sorpresa han variado entre la gente que salía contenta con su producto escogido a ciegas y otra gente que se lamentaba por el artículo de su caja. «Me ha tocado un reloj y parece bueno… que diversión esto de abrir los paquetes, ojalá hubiera venido una amiga mía porque nos tendrían que haber echado de la tienda«, dice entre risas una de las clientas.
Sin embargo, otros clientes no han tenido la misma fortuna y se han mostrado más reacios al producto sorpresa de sus cajas. «Me he gastado unos 400 euros y de momento me han tocado unos prismáticos, unos bolos de niños y un cargador de móvil. Tengo fe así que espero algo mejor con el resto de cajas», concluye una de las personas que llevaba esperando desde el punto de la mañana a las puertas del local.