Tenía que ser él. Cristhian Stuani, capitán y máximo goleador de la historia del Girona -y también el de esta temporada-, marcó el gol de la victoria contra el Mallorca (1-0) para empezar a encarrilar una permanencia que pinta muy bien. El tanto del uruguayo, el noveno del curso y el número 140 con el equipo catalán, engrandece aún más su leyenda en Montilivi.
El futbolista de 38 años reconoció ante los micrófonos de DAZN que estaban completamente «eufóricos» porque necesitaban «muchísimo esta victoria«. El Girona llevaba once jornadas sin ganar. O lo que es lo mismo: tres meses sin sumar tres puntos, desde el 2-1 contra la UD Las Palmas el pasado 3 de febrero.
«En estas circunstancias no es nada fácil afrontar los partidos. Hay que jugar con el corazón y con el alma, y creo que el equipo ha demostrado mucha rebeldía», explicó Stuani. El delantero se dejó el alma durante los 87 minutos que jugó: marcó un gol de auténtico killer cazando un balón muerto en el área de Greif, peleó cada balón y corrió hasta que las piernas dijeron basta.
Autor de cinco de los últimos siete goles del Girona, Stuani lleva tres partidos consecutivos marcando y es, además, el futbolista de LaLiga con mejor promedio goleador: un gol cada 90 minutos exactos (9 goles en 808 minutos).
El delantero del Girona Cristhian Stuani celebra tras marcar ante el Mallorca, durante el partido de LaLiga de fútbol que Girona FC y Real Mallorca disputan este lunes en el estadio de Montilivi / Siu Wu / EFE
Su tanto sacó al Girona del ‘infierno’ y lo coloca a seis puntos del descenso, con 12 por jugarse. «Si el equipo me necesita, ahí estoy. Ahora estoy jugando más e intento vaciarme en la cancha para ayudar, y lo estoy consiguiendo«, concluyó el uruguayo, siempre humilde pese al rol secundario que ha asumido esta temporada.
Un capitán de los pies a la cabeza
A Míchel le costó apostar por él. Antes de la jornada 33, Stuani solo había sido titular en un partido. Danjuma, Abel Ruiz o Miovski eran la primera opción para un ataque que no funcionaba. Pero en los momentos más delicados, dan un paso al frente los de siempre, los de toda la vida, los que han estado en todas las batallas. Si el Girona consigue la permanencia, el único debate en Montilivi debería ser dónde colocarle la estatua a Stuani.