‘La Sala de las Lágrimas’, el cuarto secreto del Vaticano en el que el Papa llora por primera vez tras ser elegido

Mientras el mundo espera ver salir el humo blanco y la famosa frase «Habemus Papam», el nuevo Pontífice atraviesa unos minutos de profunda intimidad en una pequeña sala cerrada al público. Se
trata de una pequeña sacristía donde el
recién elegido Papa se retira por unos minutos antes de salir al
balcón de la Basílica de San Pedro. Es el primer espacio que pisa
tras aceptar ser el sucesor de Pedro
. Allí entra como cardenal. Y
sale como Pontífice.

 

 

La sala es modesta. Tiene un sofá de
terciopelo rojo, una mesa sobre la que descansa una pequeña imagen
de la Virgen con el Niño, un gran crucifijo de pie y paredes blancas
que todavía conservan rastros de antiguos frescos. El suelo es de
cerámica y un pasillo angosto la conecta directamente con la Capilla
Sixtina
.

Pero lo más llamativo es lo que hay preparado con
esmero, como quien espera la llegada de un invitado muy
especial: tres sotanas blancas —pequeña, mediana y grande—, tres
pares de zapatos, camisas, medias, la estola, la esclavina roja…
todo dispuesto para que el nuevo Papa se vista por primera vez como
Obispo de Roma
.

¿Por qué se llama así?  

Aunque
no se conoce con exactitud desde cuándo se usa esta sacristía para
este momento, hay registros históricos que apuntan a que el Papa
Gregorio XIV
ya lloró en ese lugar el 5 de diciembre de 1590. Desde entonces, el apodo de “Sala de las
Lágrimas” ha sobrevivido de generación en generación.

El Papa Francisco, en marzo de
2013, también se retiró unos minutos antes de aparecer vestido de
blanco en el balcón central de la Basílica de San Pedro para
pronunciar sus primeras palabras como Obispo de Roma.

De hecho, para
muchos expertos en simbología, la Sala de las Lágrimas representa
el último instante de debilidad e intimidad humana, antes de asumir
una figura de poder espiritual ante el mundo. Es el momento donde el
cardenal deja de ser uno más del colegio y se transforma en el líder
de la Iglesia universal.

Papa Francisco, tras su elección en 2013

EFE

Papa Francisco, tras su elección en 2013

El paso previo al “Habemus Papam”  

Después de vestirse, el
Papa regresa a la Capilla Sixtina donde los cardenales lo reciben con
aplausos y uno a uno se acercan para manifestarle obediencia.
Mientras tanto, en la logia de la Basílica, el cardenal protodiácono
se prepara para anunciar al mundo: “Annuntio vobis gaudium magnum:
Habemus Papam”.

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