El mercado laboral español ha vivido este año una de sus mejores campañas de Semana Santa. Sumó 230.993 ocupados, su segundo mejor registro en un mes de abril de toda la serie histórica. Ni los fantasmas de la guerra comercial que está azuzando Donald Trump ni el episodio del apagón eléctrico, que ha tenido por el momento estadísticamente residual, lograron empañar los datos récord de empleo.
España cerró el mes rozando la simbólica cota de los 21,6 millones de trabajadores en activo. Sí logró superar un récord en cuanto a trabajadores autónomos dados de alta, superando por primera vez los 3,4 millones de empleados por cuenta propia. Las personas apuntadas oficialmente a las listas del paro, por su parte, disminuyeron en 67.420, hasta un total de 2,5 millones de desempleados.
Se esperaban buenos y no han decepcionado. Los datos publicados este martes por los ministerios de Seguridad Social y Trabajo tenían todos los ingredientes para dejar un balance netamente positivo. La estacionalidad les remaba a favor y es que este año la Semana Santa ha caído en abril -de ahí el marzo flojo- y actividades como la restauración, el comercio o las actividades de ocio han firmado su tradicional alud de contratos para atender la demanda de visitantes. No en vano, prácticamente la mitad de los nuevos ocupados registrados en abril se concentran en la hostelería.
Ese fuerte componente estacional se ha notado también territorialmete y las zonas costeras han sido las que más músculo laboral ganaron. La palma se la llevaron Islas Baleares (62.884) y Andalucía (53.980), que entre las dos también suman la mitad de la afiliación a la Seguridad Social generada en abril. Cataluña, por su parte, ganó 37.403 nuevos ocupados, abonándose a una de sus mejores campañas de los últimos años.
Más allá de la lectura meramente coyuntural, que con la Semana Santa de por medio difícilmente podía ser mala, los datos de abril dejan buenas señales de cara a la evolución general del mercado de trabajo. El ritmo de crecimiento interanual ha repuntado ligeramente y el cálculo de los datos desestacionalizados elaborado por el Gobierno arroja una de las mejores cifras del último mes: 69.160 empleos netos, tres veces más que el mes pasado y el mejor registro de los últimos 12.
Recurriendo a una metáfora, si el mercado laboral español fuera un corredor y este llevara algunos meses dando señales de fatiga o de perder un poco de ritmo -sin mucho menos detenerse o dar señales de ello-, en abril respiró fuerte, apretó los dientes y subió una marcha. Generando así un cierto optimismo de cara a los próximos meses. Hasta agosto los datos suelen ser positivos, para entrar a partir del fin del verano en un cierto letargo hasta final de año.
«El empleo sigue creciendo y es de más calidad. Durante décadas, millones de trabajadores vivieron atrapados en la temporalidad. Hoy, gracias a la reforma laboral, la situación ha cambiado de raíz: más del 88% de los empleos son indefinidos», ha valorado la ministra de Inclusión y Seguridad Social, Elma Saiz.
Menos de un millón de hombres en paro
Abril cerró con 67.420 personas menos apuntadas como paradas en el Sepe que las que había en marzo, hasta un total de 2,51 millones de desempleados. En sentido inverso a la ocupación, el ritmo al que España está logrando disminuir sus datos de desocupación está perdiendo algo fuelle y registró cifras menores a las habituales en el actual ciclo económico y en el inmediatamente anterior al covid.
Ello no es incompatible con que España ostente su menor cifra de desempleo desde 2008 y que pese a la mejora contínua de los últimos años siga teniendo la tasa más alta de toda la Unión Europea.
El dato simbólico de este mes de abril lo deja el paro masculino. Por primera vez en 17 años el número de varones registrados en el Sepe baja del millón. Y es que durante el último año el desempleo ha bajado más entre los hombres (-6,2%) que entre las mujeres (-5,4%). Ellas registran 1,5 millones de paradas.