Después de unos días del apagón masivo surgen preguntas y algunas, de momento, sin respuesta. Una que me vino a la cabeza fue: ¿cómo sería un mundo sin satélites?
El panorama sería el siguiente: el GPS no funcionaría, el móvil no daría señal y muchas de las fábricas del mundo dejarían de funcionar. El mundo actual que conocemos, la economía y la
sociedad dependen de ellos.
No solo hacen que veamos la televisión, también proporcionan una precisa referencia temporal que hace que todas las partes del mundo estén cuadradas en el horario.
Sputnik fue el primer satélite lanzado. Fue en 1957 cuando se demostró que la humanidad puede lanzar objetos en órbita alrededor de la Tierra. A partir de ese momento se fueron sumando unos cuantos hasta los más de 4.500 que circulan alrededor de la Tierra y de otros planetas en la actualidad.
Gracias a todos esos objetos que lanzamos al espacio, conocemos lo que ocurre en la Luna y en otros muchos planetas que están fuera de nuestro alcance.
Lo que está claro es que sin esos aparatos orbitand, sería imposible ver un documental tan preciso y real del espacio. Los continentes y los océanos dejaron de ser desconocidos hace tiempo gracias a los satélites.
Sin embargo, hay otras formas en las que los satélites son fundamentales para nuestro día a día.
Simplemente hay que recordar el día del gran apagón. Sería algo así, pero indefinido.
Más allá de los problemas individuales, hay que pensar que los satélites también se utilizan para salvaguardar la democracia y ayudar a las poblaciones en caso de desastres naturales.
Hoy en día estamos cada vez más conectados y esperamos que todo sea mucho más fluido y rápido. La mayoría de nosotros vivimos en áreas urbanas altamente conectadas y creemos que casi todo nuestro planeta vive así. Sin embargo, estamos muy equivocados: sólo el 1 % de la Tierra se utiliza para el desarrollo urbano.
Puede ser que en medio del caos de la ciudad muchos necesiten descansar de la tecnología, como el pasado lunes, donde España salió a la calle en medio de un apagón masivo y se dio cuenta de lo dependientes que somos de la electricidad.
La idea no está mal para un rato, pero no podrías conectarte a hablar con tus seres queridos, familia, no habría señal de GPS, tampoco habría retransmisión de televisión ni pronósticos del tiempo, hoy en día a mano de todos.