La Comisión Europea planteó este martes que la UE se desprenda cuanto antes de los combustibles rusos que aún importa, especialmente del uranio y del gas, con medidas como prohibir gradualmente los nuevos contratos gasísticos con Moscú y romper los existentes para acabar con las adquisiciones en 2027. «El mensaje a Rusia es claro: ‘No volverás a chantajear a nuestros Estados miembros. Los euros no volverán a llenar tu cofre de guerra. Tu gas será prohibido. Tu flota en la sombra será detenida'», dijo en rueda de prensa el comisario europeo de Energía, Dan Jørgensen. La hoja de ruta presentada por el Ejecutivo comunitario no tiene carácter legislativo, sino que pretende sentar las bases generales de las propuestas normativas que Bruselas presentará formalmente dentro de un mes.
Al no tratarse de sanciones, no es necesario el respaldo de todos los estados miembros, sino solo de una mayoría cualificada, lo que evitaría un hipotético veto de Hungría. La prohibición energética rusa evitaría la paradoja de que la UE apoye activamente a Ucrania en su defensa frente a Rusia mientras en 2024 pagó 23.000 millones de euros a Moscú en importaciones energéticas.
Dependencia del gas ruso
Desde mayo de 2022, justo después de la invasión de Rusia sobre Ucrania, la UE ha reducido la dependencia del gas ruso en 60.000 millones de metros cúbicos (60 bcm). El bloque comunitario sancionó las compras de carbón y vetó el 97 % de las de petróleo. Pero no sancionó el gas, sino que fue Rusia la que fue reduciendo los volúmenes bombeados, ni tampoco se prohibió el uranio, que utilizan en particular países del este con centrales construidas en época soviética. Siguen llegando a la UE 52 bcm de gas ruso al año (32 por gasoducto y 20 por barco), lo que representa alrededor del 13 % de las importaciones totales de gas del bloque comunitario, si bien en 2024 se registró un ligero repunte.
Al cierre de 2024, empresas de diez países de la UE seguían importando gas de Rusia, entre ellos España, mientras que Chequia, Eslovaquia y Hungría compraron 13 millones de toneladas, que representan el 3 % del total adquirido y otros siete Estados miembros adquirieron 2.800 toneladas de uranio ruso.
Importaciones de gas
El Ejecutivo quiere que este mismo año se acabe con todos los contratos nuevos y con los de corta duración y a plazo (spot), que representan un tercio del total, y cancelar el resto para 2027. «La Comisión se asegurará de que las medidas para eliminar las importaciones de gas ruso estén diseñadas de forma que minimicen el impacto económico sobre los actores del mercado y cumplan plenamente con el derecho de la UE y las obligaciones internacionales», dice el documento, que no especifica las herramientas legales para romper esos contratos sin penalizaciones económicas. De entrada, Bruselas propondrá medidas que entren en vigor en 2026 para mejorar la transparencia, supervisión y trazabilidad de las compras de gas, obligando a los importadores a proporcionar información sobre los volúmenes y la duración de los contratos de gas ruso. Además, los estados miembros tendrán que planificar y supervisar la eliminación del gas ruso en los términos que se acuerden.
Despliegue de las renovables
Bruselas cuenta compensarlo con la aceleración del despliegue de renovables y con un incremento de la disponibilidad global de gas a través de Estados Unidos, Canadá y Qatar. Contribuirá también el hecho de que la UE esté construyendo terminales de importación de GNL que doblarán la capacidad de importación de gas natural licuado respecto a la actualidad a través de la explotación de yacimientos en Rumanía (8 bcm) y mayor caudal de importación por gasoducto desde Azerbaiyán a partir de 2026, así como en un desarrollo de las interconexiones.
La Comisión también fomentará alternativas a las importaciones de gas natural cuando sea posible, especialmente mediante electrificación o el impulso al biogás, el biometano y el hidrógeno limpio, y estudiará la posibilidad de organizar compras conjuntas entre empresas de distintos países de la UE, como ocurre ya con parte de las importaciones de gas.
La Comisión Europea planea eliminar gradualmente las importaciones de uranio y materiales nucleares rusos mediante restricciones comerciales, exigencias legales y el fomento de alternativas europeas con la creación de un «Valle Europeo de Radioisótopos» que reduzca la dependencia de Rusia en aplicaciones médicas.
Bruselas introducirá barreras económicas al uranio ruso enriquecido, vetará que se firmen nuevos contratos a partir de una fecha aún por definir y exigirá a los países de la UE con reactores soviéticos que elaboren este mismo año planes nacionales para sustituir el combustible y diversificar proveedores de piezas y materiales de esas plantas.