Cuando uno observa el color negro de los cuadros de Jorinde Voigt, percibe algo extraño. Al acercarse, ve que no es pintura, sino plumas. «De ganso o de cisne», precisó la comisaria, Cristina Anglada, antes de la inauguración de la exposición Introspection en el Casal Solleric.
Desde este martes y hasta el 6 de julio, la planta noble del centro cultural acoge una cuidada selección de las pinturas y esculturas de la artista conceptual alemana, «una de las creadoras más destacadas del arte contemporáneo», en palabras del concejal de Cultura de Cort, Javier Bonet.
Las plumas negras la han acompañado durante su prolífica trayectoria «para recurrir a la idea de vuelo como arquetipo colectivo de la trascendencia», según indicó la experta. El uso de este y otros materiales, además de la pintura, es un ejemplo de que Voigt quiere ir más allá de la etiqueta de artista conceptual, porque «ella nunca se separa de la cuestión carnal, ya que el cuerpo siempre está presente para mediar con la realidad», tal como dijo Anglada y como puede verse también en la serie de piezas Art eròtic japonés dels segles XVII al XIX, entre otras muchas.
«Belleza casi sin parangón»
De ahí viene que califique su obra como «cálida». Por su parte, el coordinador de Cultura de Cort, Fernando Gómez de la Cuesta, la define como «de una belleza casi sin parangón», «con una estética que sorprenderá y emocionará», y que «apela a un surrealismo muy definido».
El también comisario de arte destacó en la presentación que «Miró nos hizo ver cosas que no veíamos y Voigt hace mirar a sitios que nadie había mirado». Con ello hace referencia a su «abstracción, formas orgánicas y pérdida del horizonte, ya que por el camino hemos perdido la gravedad y sus piezas lo dejan claro».
El título de Introspection remite a la capacidad de observar y reflexionar sobre el mundo, y «es un impulso desde el inicio de su carrera, ya que tiene curiosidad por entenderlo desde la posición más individual, aunque también desde lo colectivo», tal como explicó la comisaria.
Bonet remarcó que se trata de la primera muestra institucional que la artista realiza en Mallorca, pese a que su relación con la isla está asentada debido a las exposiciones de menor envergadura llevadas a cabo en la galería Pelaires.
En el Casal Solleric se puede visitar una selección de piezas desde 2015 hasta la actualidad unidas por «uno de los pilares que conforman su carrera, el de formalizar visualmente la percepción, de qué forma estamos en el mundo y cómo nos relacionamos con él», ya que Voigt «está muy interesada en lo que ella llama multiperspectividad».
Otro aspecto llamativo es la cantidad de anotaciones, líneas, repeticiones y escrituras que aparecen en sus cuadros, que se debe a «su forma de llegar en profundidad a lo que le interesa», y son una especie de «reglas como puntos de partida para poder crear».
Sus obras han sido reconocidas en numerosas ocasiones y se encuentran en las colecciones permanentes de instituciones y museos tan prestigiosos como el Pompidou, el MoMA, el Art Institute of Chicago y la Kunsthaus de Zürich.