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Empieza la cuenta atrás para las elecciones autonómicas en Castilla y León. Los próximos comicios tendrán lugar, como tarde, en marzo de 2026, dentro de 10 meses, pero los principales partidos han comenzado a activar su maquinaria ante una cita electoral histórica, ya que será la primera tras un Gobierno de coalición entre PP y Vox en una comunidad autónoma.
Los votantes, pues, tendrán la oportunidad de valorar tanto los dos años, entre marzo de 2022 y julio de 2024, en los que los populares y los de Santiago Abascal compartieron Ejecutivo, el primer Gobierno de coalición entre ambas formaciones en España, como los dos años siguientes, desde la ruptura de julio de 2024 hasta la fecha de los comicios, con un Ejecutivo del PP en solitario.
Unos comicios en los que el nuevo PSOE de Castilla y León de Carlos Martínez, una vez culminada su transición, tratará de desbancar a los populares después de 39 años al frente de la Junta y en los que Vox se presentará como verdadera oposición al Ejecutivo autonómico, denunciando un supuesto pacto entre populares y socialistas.
La moderación de Mañueco
El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, afronta las próximas elecciones, que encarará tras casi siete años en el cargo, con la clara intención de que se olviden los dos primeros años de la legislatura, en los que el PP tuvo que afrontar polémicas de todo tipo con Vox, desde el protocolo antiaborto a las tensiones con los sindicatos o las fricciones a cuenta de la inmigración.
Dos años turbulentos en los que Mañueco se vio obligado a ceder con los de Juan García-Gallardo en cuestiones como la memoria histórica, presentando con Vox una Ley de Concordia que posteriormente tumbó gobernando en solitario, o el Diálogo Social, aceptando una reducción de subvenciones a los sindicatos y la patronal que los populares posteriormente rectificaron.
El presidente de la Junta, que ha asegurado que adelantará las elecciones en el caso de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anticipe las generales en algún momento de este año, tratará de presentarse a las próximas elecciones con una imagen de moderación y haciendo gala de su capacidad de diálogo con los sindicatos, la patronal y el resto de fuerzas políticas.
Una predisposición al acuerdo, no obstante, que no se ha correspondido con la realidad a la hora de aprobar los presupuestos de 2025, aunque Mañueco tratará de achacar esa falta de pacto a la cerrazón de Vox, que no aceptó sentarse a negociar con la Junta, y a las condiciones «inasumibles» puestas por el nuevo PSOE de Castilla y León de Carlos Martínez.
Mañueco aprovechará en la precampaña para seguir incidiendo en el «abandono» de Vox a sus votantes al salir de forma abrupta del Gobierno autonómico «por orden de sus jefes de Madrid» y en la «estabilidad» que han ofrecido los populares en solitario. E incidirá en la inestabilidad y las cuitas internas del PSOE, que acaba de completar su proceso de transición.
El ‘efecto Feijóo’ y la estabilidad
Si Sánchez no adelanta las elecciones, el jefe del Ejecutivo autonómico ha mostrado su voluntad de agotar la legislatura ya que «la gente está cansada de votar cada año». «Es lo que da una sensación de previsibilidad, cumplimiento de palabra, certidumbre. El mandato termina en la primavera de 2026 y en esa fecha serán las elecciones», insistía a principios de esta semana.
Con todo, Mañueco no ha disimulado en ningún momento la activación del modo precampaña, con anuncios grandilocuentes en las nueve provincias durante los últimos meses. «Haré lo que más interese a Castilla y León, buscando la estabilidad y cumplir la palabra dada», aseguraba, recordando que el Gobierno autonómico «tiene las ideas claras».
Y de cara a esas futuras elecciones, el presidente de la Junta presumirá también de los «buenos datos» de la Comunidad gracias a la «estabilidad» proporcionada por el PP. «Nuestra economía crece más que la media de España, nuestras exportaciones o producción industrial, esos son datos económicos que ahí están», insistía este mismo lunes.
Pero en el caso de que el presidente del Gobierno opte por adelantar los comicios generales, ante sus dificultades legislativas y su inestabilidad, Mañueco anticiparía las elecciones autonómicas buscando aprovechar el ‘efecto Feijóo’ y el voto de castigo contra el Ejecutivo de Sánchez, ante sus escándalos judiciales y sus pactos, para reforzar su mayoría en la Comunidad.
Porque el objetivo del presidente de la Junta no es otro que acercarse lo máximo posible a una mayoría absoluta que no ha conocido desde que llegó a la Presidencia en julio de 2019 y que le permitiría gobernar, por primera vez, sin el lastre de tener que ceder con terceros partidos y sin las dificultades del Gobierno en minoría que dirige desde julio de 2024.
El nuevo PSOECyL
El renovado PSOE de Castilla y León de Carlos Martínez se ha puesto también en modo precampaña tras dar por concluida la transición que se inició en el mes de enero, cuando el alcalde de Soria fue elegido nuevo secretario general de la formación en sustitución de Luis Tudanca. Un relevo que culminó oficialmente en el Congreso Autonómico de finales de febrero.
Con todo, el PSOECyL ha vivido una travesía en el desierto de cuatro meses y ha tenido que convivir con una incómoda e inusual bicefalia en la dirección, ya que Tudanca continuó como portavoz del Grupo Socialista hasta la pasada semana, cuando fue sustituido por la hasta ahora viceportavoz, la vallisoletana Patricia Gómez Urbán.
Una vez culminados los cambios en la dirección del Grupo Socialista en la Cámara y finalizados los congresos en las nueve provincias, tras el último en Soria de este mismo fin de semana, los socialistas de la Comunidad han puesto el foco en los próximos comicios autonómicos con la intención de desbancar al PP de la Junta después de 39 años de Gobierno.
Con todo, Martínez tendrá que convivir con los críticos Ana Sánchez y Diego Moreno, protagonistas de críticas a la dirección en la pillada del micro abierto en la Cámara, en la Mesa de las Cortes, tras la imposibilidad de llegar a un acuerdo con Mañueco para garantizarse mantener esos puestos para el partido. Pero, con todo, el partido se siente preparado para los comicios.
Este mismo viernes, el secretario de Organización de la formación, Daniel de la Rosa, anunciaba el «arranque de su precampaña electoral» con el objetivo de recuperar el Gobierno autonómico y «mandar a Mañueco a su casa. «Comienza un nuevo tiempo, comienza el tiempo de campaña», señalaba, apuntando que el partido pondrá el foco en el municipalismo antes de las elecciones.
Carlos Martínez, alcalde de Soria y secretario general de los socialistas, iniciará una ronda por todas las provincias de la comunidad para reunirse con alcaldes y concejales, incluidos los del Bierzo en Ponferrada.
La estrategia busca «mimetizar» al candidato con la realidad de los municipios y perfilar un programa electoral construido desde las necesidades locales. «Carlos Martínez es el alcalde de todos los castellanos y leoneses. Es el candidato de todos y lo vamos a demostrar», señalaba De la Rosa.
En este contexto, se celebrará el sábado 17 de mayo en Segovia la segunda reunión abierta entre la Ejecutiva socialista y UGT, centrada esta vez en cultura y patrimonio. La primera tuvo lugar en Medina de Rioseco con foco en el sector agrícola. «Queremos abrir el partido a la ciudadanía», remarcaba el secretario de Organización.
El combate de Vox
Vox encara las próximas elecciones autonómicas con la intención de presentarse como la verdadera oposición al Gobierno de la Junta, denunciando los «incumplimientos» y la «deriva progre» de Mañueco y un supuesto gran acuerdo entre PP y PSOE.
El partido, que ha dado por superada la crisis abierta tras la dimisión del exvicepresidente de la Junta y exportavoz, Juan García-Gallardo, afronta este nuevo periodo de anticipada precampaña con un combativo David Hierro como portavoz en las Cortes y con el presidente de la Cámara, Carlos Pollán, como referente institucional sin desvelar aún quien será el candidato.
La formación aspira a conservar los 13 procuradores que obtuvo en febrero de 2022, un resultado histórico en el que superó el 17% de los apoyos en la Comunidad, presumiendo de su legado de gestión cuando formó parte de la Junta y vendiendo su abandono del Gobierno como inevitable debido a los «continuos incumplimientos» del presidente, sobre todo en materia de inmigración.
Con todo, la relación de los de Hierro con los populares se ha deteriorado profundamente y está por ver que posición tomaría la formación si el PP volviese a necesitarles tras los próximos comicios, ya que ya han anticipado que la devolución de los menas será una condición sine qua non para darles su apoyo, algo a lo que se opone rotundamente el Gobierno autonómico.
La izquierda y los provinciales
En lo que se refiere al resto de las formaciones con representación en las Cortes autonómicas, aún es una incógnita la fórmula que utilizará la izquierda alternativa para presentarse tras la disolución de Unidas Podemos, la candidatura con la que Pablo Fernández revalidó su acta de procurador en los pasados comicios autonómicos.
Fernández, que no volverá a presentarse, ha abogado por configurar una candidatura «netamente de izquierdas» pero las complejas relaciones con Sumar podrían dificultar una lista de unidad. Por otro lado, Francisco Igea dejará la política al finalizar la legislatura y el centro político perderá su representación en la Cámara después de una década.
Los partidos provinciales, la Unión del Pueblo Leonés (UPL), Soria ¡Ya! y Por Ávila, tratarán de mantener o aumentar su representación centrando su precampaña en la lucha contra la despoblación y los desequilibrios territoriales.
La UPL aspira a ganar las elecciones en la provincia de León por primera vez en su historia en un momento de auge del leonesismo y de cada vez mayores movilizaciones en la provincia, mientras los sorianos tratarán de resistir el embate de Martínez como candidato y cabeza de lista en Soria del PSOECyL y Pedro Pascual intentará seguir representando a la provincia abulense.
Todos los partidos con representación en las Cortes, pues, han puesto en marcha su maquinaria ante la cada vez mayor proximidad de unas elecciones que, como tarde, se celebrarán en marzo de 2026 pero que, en el caso de que Sánchez opte por adelantar los comicios, podrían tener lugar más pronto de lo esperado en Castilla y León.