El pasado mes de marzo, cuando por fin el Valencia CF salió de las posiciones de descenso después de un final de enero agónico, a cinco puntos de la salvación, el rendimiento que Carlos Corberán confirmaba lo efectivo del cambio en el banquillo de Mestalla. Hoy en día, con la permanencia en la mano, obrada en la misma cantidad de partidos en los que el equipo se había desplomado a las órdenes de Rubén Baraja en la primera vuelta, lo que se confirma es como el entrenador de Cheste ha sabido darle una vuelta radical a la trayectoria blanquinegra, abriendo una puerta a Europa.
Las plazas séptima y octava -billetes para la Europa y la Conference, respectivamente-, se encuentran ambas a menos de dos victorias de distancia. Mucho más cerca, pese a la abundancia de aspirantes, que la zona de descenso. Gracias al triunfo en Las Palmas de Gran Canaria, el equipo amarillo, primero de los que bajaría a Segunda, queda diez puntos por debajo del Valencia con apenas 12 en juego y el ‘goal average’ perdido.
A base de trabajo diario en la Ciutat Esportiva, tanto el cuerpo técnico de Corberán como el grupo de futbolistas han encontrado los resultados que tanto se resistieron entre agosto y diciembre, cuatro meses en los que el Valencia disputó 17 jornadas de Liga con el pobre bagaje de dos victorias, seis empates y nueve derrotas. En total, 12 puntos cosechados de 51 posibles con una renta goleadora negativa de diez goles.
De hecho, este caminar errante en la Liga propició la destitución de Baraja al día de siguiente de las tablas selladas con el Alavés el 22 de diciembre en Mestalla (2-2). Dani Gómez igualó aquel choque de la jornada 18 en el minuto 98. Días más tarde, Corberán recogía un Valencia descompuesto y un vestuario abatido. Era el decimonoveno, con la misma puntuación que el colista, el Valladolid, con el que había perdido la semana anterior en Pucela (1-0), y a cuatro unidades de la salvación, fijada entonces por el Getafe. El 23 de diciembre, SUPER titulaba la crónica del Valencia – Alavés así: «El Valencia no le gana a nadie». En el adiós del ‘Pipo’, los blanquinegros encadenaron cinco partidos sin vencer en la Liga.
En menos de cinco meses, sin embargo, la transformación experimentada ha sido absoluta. Hoy, la serie es inversa dando la vuelta por completo a las sensaciones y las crónicas de diciembre. Desde el 22 de febrero, cuando sufrió un duro correctivo por parte del Atlético de Madrid en casa (0-3), el conjunto de Corberán «no pierde con nadie». Son ya nueve encuentros invicto. Cinco victorias (Valladolid, Valencia, Mallorca, Real Madrid, Sevilla y Las Palmas) y cuatro empates (Osasuna, Girona, Rayo y Espanyol).
Las Palmas, ida y vuelta
Es decir, el Valencia ha obtenido 19 de los últimos 27 puntos en liza. Una racha en la que, además, se ha conseguido ganar a domicilio después de más de un año, y por partida doble con los seis puntos cosechados en el Bernabéu y el Estadio Gran Canaria. Dos victorias que simbolizan el salto anímico que ha vivido el equipo. Primero, creyéndose con el golpe en la capital que es capaz de competir con cualquiera, y segundo, sellando la tranquilidad de la permanencia con el 2-3 logrado en Las Palmas. A su vez, un resultado con el que se responde a la dolorosa derrota de la primera vuelta contra el equipo ‘pío-pío’. El 21 de octubre, tras caer con los grancanarios por el mismo 2-3 del sábado, las protestas y el enfado contra la gestión de Meriton se extendieron tras el enfrentamiento con cargas policiales.
Desde finales de marzo hasta la actualidad, teniendo en cuenta esos últimos nueve duelos de Liga sin derrotas, el Valencia ha sumado el 70 % de los puntos. Un porcentaje únicamente superado por Barcelona (93 %), Betis (81 %) y Real Madrid (77 %). Más mérito tiene todavía la proyección con los 17 partidos entrenados por Corberán. Solo los mismos equipos -culés, béticos y verdiblancos-, aunque con una cifra inferior de encuentros, han rendido mejor que los blanquinegros. De 51 posibles, el Valencia se ha hecho con una treintena (59 %), 18 más que los 12 con Baraja con la misma carga de partidos (23,5 %). Bastante más del doble. Mientras con el ‘Pipo’ volaron hasta 39 puntos, con Corberán la pérdida se ha reducido drásticamente hasta los 21.
Mejoras en todo
La clave de la metamorfosis ha pasado por el aumento en la capacidad competitiva. Trabajo táctico, con un equipo que ha perdido el miedo a ser protagonista con el balón cuando lo necesita, sobre todo, ganando protagonismo ofensivo a partir del renacido Javi Guerra, así como por los carriles; y también solidificándose en defensa tras la mácula de Montjuïc, donde sufrió el deshonroso 7-1 ante el Barça. Trabajo físico, que ha repercutido en un bloque más entero en las segundas partes, pese a un reparto más cerrado de los minutos. Y trabajo psicológico y de refuerzo de la confianza. Estos son los secretos sencillos con los que Corberán ha multiplicado por cuatro las victorias, y minimizado las derrotas, únicamente tres frente a los ‘grandes’: Madrid, Barça y Atlético.
De hecho, en los 15 partidos de la segunda vuelta, solo vuelven a rebasar los 29 puntos del Valencia, Barça (41), Real Madrid (32) y Betis (32).