Lamine Yamal es, a sus 17 años, uno de los mejores futbolistas del mundo. Su meteórico ascenso a la cima del fútbol internacional, a caballo entre el FC Barcelona y la Selección Española, ha puesto millones de ojos sobre él, entre otros, los del periodista Barney Ronay de The Guardian, que ha elaborado una columna poniendo en valor los 100 primeros partidos profesionales del futbolista hispano-marroquí. La semana pasada, los culés se imponían frente al Real Madrid en la final de la Copa del Rey y empataban a 3 ante el Inter de Milán en las semifinales de Champions League, en la que fue una de las semanas más importantes de la temporada para ellos. Ronay ha hablado del futbolista en unos términos tan sorpresivos como inusuales, cruzando el talento de Lamine con la omnipresencia de las redes sociales: «Lamine Yamal: el futbolista dopaminérgico perfecto para nuestro mundo terminalmente online», es el título del artículo. «Lamine Yamal ya es el atacante más talentoso del mundo, el último de esa lista de talentos que aparecen una vez cada 20 años», ha arrancado el periodista británico. «Las comparaciones con Messi no sirven de mucho a estas alturas. Pero tienen dos cosas obvias en común. Primero, la relación con el balón, la capacidad de darle vida y hacer cosas extrañamente personalizadas», ha reflexionado, recordando una de las comparaciones que más ruido están haciendo, aunque con salvedades. «Y, en segundo lugar, existe la misma relación con el tiempo y el espacio, una especie de visión aérea, la capacidad de verlo todo a cámara lenta», ha añadido, antes de encomiar la «brillantez» del extremo derecho del Barça. «Brillante está bien. Ya hemos visto brillantez antes. Pero también es fascinante en otros sentidos. Principalmente, es algo nuevo, la primera superestrella absoluta que emerge completamente en el mundo virtual, ahí fuera para ser consumido, venerado, desmembrado y nunca abandonado desde sus primeros años, obligado a significar algo, a actuar siempre, con una intensidad deslumbrante que solo esta versión del mundo ha logrado», ha reflexionado, siguiendo en la línea del peso de las redes sociales en el presente. «Su forma de jugar se adapta a cómo consumimos el mundo» El periodista de The Guardian ha argumentado que la forma de jugar del joven de 17 años «se adapta perfectamente a cómo consumimos el mundo». «Su función es mantener el balón, resolver problemas, inventar, encontrar espacios y ángulos», ha señalado. Al hilo, ha hecho otra reflexión sobre cómo el mundo trata a las estrellas de primera fila. «Las superestrellas siempre han sido tratadas con brutalidad. Quizás hubo una pequeña pausa en el caso de Messi-Ronaldo, un momento en el que las ideas modernas de bienestar y dinero suficiente para protegerse se cruzaron con la posibilidad de mantener algunas sombras donde esconderse. Lamine Yamal no tiene esto», ha razonado. «Y ahí está, bailando para el mundo en tiempos de adoración generalizada y rabia. Sigue así, infundiendo esa dulce, dulce brillantez en la vena digital compartida. Y hagas lo que hagas…
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