Una UD Las Palmas calamitosa en defensa pone la directa hacia el abismo

La permanencia de la UD Las Palmas ya es algo más que una cuestión de fe. Ante el Valencia, una derrota sin paliativos en el Gran Canaria (2-3) y una complicación con mayúsculas. Sin fútbol, sin ideas y aferrados a lo imposible, los pupilos de Diego Martínez pudieron lograr la igualada en el 88 con un remate de Mata que se marchó por encima del travesaño. Hugo Duro (2) y un autogol de Suárez fueron una losa insalvable. Sandro Ramírez, de penalti, y Oli McBurnie fueron los realizadores en un final cardíaco. Con Januzaj desatado, los isleños merecieron más con diez minutos de alargue. Pero no se puede conceder tanto. Es un billete hacia ninguna parte.

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