Sofía Suescun está de dulce. Atraviesa uno de los momentos más bonitos de su vida, tanto en lo profesional como en lo personal. Económicamente le va todo viento en popa, solo hay que ver el Porsche que se ha comprado y el casoplón en el que vive junto a Kiko Jiménez en la sierra de Madrid. Precisamente para dar envidia a todos los humanos con los pies en la tierra ha hecho para sus seguidores un tour a través de sus redes sociales. Enseña todos los rincones de su nuevo casoplón… a excepción del baño, que no debía de entrar en el compromiso publicitario.
Si lo que quería era despertar envidias, desde luego que lo ha conseguido. Y prueba de ello son los comentarios que han surgido en su perfil de Instagram a raíz de esta tour inmobiliario:
«Qué pena que gente sin estudios y sin trabajo tengan múltiples propiedades con las que ganar aún más dinero y mientras gente con estudios y que se lo curran en la vida tengan dificultades para acceder a una vivienda y una vez la consiguen, esta supone un gran porcentaje de su sueldo. Este no debería ser el ejemplo que se le da a los jóvenes».
Otros son muchos más directos y se encomiendan a la libertad de expresión para espetarle un clarísimo «me caes fatal» y quedarse tan ancha.
En el aspecto personal, el amor fluye entre la pareja, sobre todo, después de que Mayte Galdeano haya salido de sus vidas, el tiempo dirá hasta cuándo.
La influencer crea contenido a diario con sus promociones, su día a día y su relación con Kiko. Uno de los mayores protagonistas de sus vidas son sus animales. De hecho, ha reconocido que lo primero que hace al llegar a casa es abrazar a su mascota:
Sofía y los animales
Sofía es una reconocida amante de los animales. Sobre todo, de los perros y de los gatos. No hace mucho vivió un episodio lleno de dolor a consecuencia del fallecimiento de uno de sus gatos, algo que le pilló por sorpresa. Unas horas después del fallecimiento, también anunciado por la propia Sofía, la influencer le dedico unas preciosas palabras en sus redes sociales a través de una sentida carta a su «bebé de mamá», como ella llamaba cariñosamente a Indio.