¿Feltrinelli en Mallorca?


Hace bastantes lustros que los representantes de aquel Gremi de entonces tenían pactada una moratoria con Jaume Matas para así evitar, a modo de cártel, el desembarco de ciertas marcas libreras que finalmente con desorden llegaron casi todas al mismo tiempo al finalizar los efectos de aquel convenio, por describirlo de algún modo. La hipertrofia en el sector es considerable, incluso marcas que en su día encontraron un vacío legal en la Constitución se van consolidando y parasitando un sector al que ya le era muy complicado nutrirse. Las lectoras y lectores nacemos, crecemos y a veces nos reproducimos, pero también desaparecemos. El cambio generacional y con las nuevas/viejas tendencias ya bastaban para desestabilizarlo todo. El mejor alcalde de Palma, que no se lo cree nadie, vaya fiasco, ya colocó en cada entrada de la ciudad dos gigantes almacenes que han cambiado aunque lo nieguen, hasta el curso de la cabalgata de reyes. El pequeño comercio despachaba hasta las tantas a su paso, hoy el pequeño cierra pronto al no haber mucho que cortar en la tarde del 5 de enero. Dos multinacionales más, antes y después de la pandemia, llegaron, precisamente una de ellas llevaba cuarto de siglo esperando tener luz verde y hoy ya todo entra de golpe para competir con Roures aterrizando grandes grupos en busca de su espacio.

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