El F-47, desarrollado por Boeing bajo el programa NGAD, superará al F-22 Raptor con tecnología de sexta generación, integrando motores avanzados y drones colaborativos.
El F-47 NGAD: un salto tecnológico para la supremacía aérea
El Boeing F-47, seleccionado en marzo de 2025 como el núcleo del programa Next Generation Air Dominance (NGAD) de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), marca un hito en la aviación militar al posicionarse como el reemplazo del Lockheed Martin F-22 Raptor. Este avión de sexta generación, diseñado para operar en entornos altamente disputados, promete superar las capacidades del F-22 con innovaciones como motores de ciclo variable, integración de inteligencia artificial y combate colaborativo con drones. La USAF adjudicó a Boeing un contrato de desarrollo de ingeniería y fabricación (EMD) valorado en más de 20 mil millones de dólares, con el objetivo de desplegar el F-47 antes del fin de la década.
El anuncio, realizado por el presidente Donald Trump junto al jefe de Estado Mayor de la USAF, general David Allvin, destacó que el F-47 ya cuenta con una madurez tecnológica sin precedentes. Prototipos experimentales, conocidos como X-planes, han volado desde 2019, acumulando cientos de horas de pruebas bajo contratos de la DARPA. Estas pruebas, que incluyeron demostradores de Boeing y Lockheed Martin, permitieron reducir riesgos y validar tecnologías clave, asegurando que el F-47 sea un salto generacional respecto al F-22. Allvin afirmó: “Mientras el F-22 es actualmente el mejor caza de superioridad aérea, el F-47 es un avance generacional”.
El F-22 Raptor, operativo desde 2005, revolucionó el combate aéreo con su combinación de furtividad, supercrucero y maniobrabilidad. Sin embargo, su diseño, surgido del programa Advanced Tactical Fighter (ATF) iniciado en 1981, enfrenta limitaciones frente a las amenazas modernas, como los avances en sistemas de defensa aérea chinos y rusos. La USAF planea retirar gradualmente los F-22 en la década de 2030, reemplazándolos con el F-47, que está diseñado para operar en el teatro Indo-Pacífico, donde la distancia y las defensas enemigas exigen mayor alcance y adaptabilidad.
El NGAD no es solo un caza, sino un “sistema de sistemas” que incluye al F-47 como plataforma tripulada central, conocida como Penetrating Counter-Air (PCA), y drones autónomos denominados Collaborative Combat Aircraft (CCA). Estos drones, que operan en equipo con el F-47 mediante inteligencia artificial, permiten distribuir sensores y armamento, reduciendo la carga del caza tripulado y aumentando su supervivencia. A diferencia del F-22, que prioriza el combate aire-aire, el F-47 integrará capacidades de guerra en red, permitiendo una coordinación sin precedentes con otras plataformas.

Características clave del Boeing F-47 NGAD
- Motores de ciclo variable: El F-47 empleará el motor A102 o A103 Adaptive Engine, que ajusta su ciclo para optimizar alcance o velocidad, superando el supercrucero del F-22.
- Furtividad avanzada: Incorpora tecnologías de baja observabilidad “de próxima generación”, haciéndolo “virtualmente invisible”, según Trump.
- Velocidad: Alcanzará Mach 2+, comparable al F-22, pero con mayor eficiencia y alcance.
- Colaboración con CCA: Operará con drones autónomos, distribuyendo tareas como reconocimiento y ataque.
- Costo: Allvin aseguró que el F-47 costará menos que el F-22 (143 millones de dólares por unidad), con un precio estimado entre 160 y 180 millones.
Competencia y desarrollo del F-47 frente al F-22
La competencia por el contrato NGAD enfrentó a Boeing contra Lockheed Martin, que dominó la producción de cazas furtivos con el F-22 y el F-35. Northrop Grumman se retiró en 2023, enfocándose en otros proyectos como el B-21 Raider. La selección de Boeing, anunciada tras una pausa estratégica ordenada por el exsecretario de la USAF Frank Kendall en mayo de 2024, respondió a preocupaciones sobre costos, que alcanzaban 300 millones de dólares por unidad, casi tres veces el precio del F-35. La revisión concluyó en marzo de 2025 que el NGAD era indispensable para mantener la superioridad aérea frente a adversarios como China, que afirmó haber probado un caza de sexta generación en 2024. Allvin desestimó esta afirmación, destacando la ventaja tecnológica del F-47.
El F-22, con 195 unidades producidas hasta 2012, enfrentó críticas por su alto costo y falta de exportación, lo que limitó su escalabilidad. El F-47, en cambio, planea una flota de 200 a 250 unidades, con posibles ventas a aliados en versiones simplificadas, rompiendo con la política de no exportación del F-22. La USAF también aprendió de las limitaciones del F-35, asegurando que el F-47 tendrá propiedad intelectual gubernamental y un diseño modular para facilitar actualizaciones y competencia entre proveedores.
El desarrollo del F-47 se benefició de la Aerospace Innovation Initiative de DARPA, lanzada en 2014, que financió prototipos a gran escala. Boeing voló su demostrador en 2019, mientras que Lockheed Martin lo hizo en 2022. Estas pruebas, que acumularon “cientos de horas”, validaron tecnologías como propulsión avanzada, sensores y gestión térmica de la firma del avión. La madurez de estos demostradores permitió a la USAF avanzar rápidamente hacia la fase EMD, con vuelos de prueba programados para el mandato de Trump y una posible producción inicial en 2029.
El F-22 sirvió como banco de pruebas para tecnologías del NGAD, con actualizaciones como tanques externos furtivos y mejoras en su configuración Block 30/35. Sin embargo, su arquitectura, diseñada en los años 80, no puede integrar las capacidades de guerra en red del F-47. La integración fallida del Multifunction Advanced Data Link (MADL) en el F-22 evidenció estas limitaciones, mientras que el F-47 priorizará la conectividad con otras plataformas bajo la estrategia Joint All-Domain Operations.

Impacto estratégico y comparación con el F-22
El F-47 está diseñado para enfrentar amenazas en el Indo-Pacífico, donde el alcance limitado del F-22 (aproximadamente 1,850 km con tanques externos) es insuficiente. El NGAD promete un “alcance significativamente mayor”, junto con mayor sostenibilidad y disponibilidad, requiriendo menos personal e infraestructura para su despliegue. Su velocidad de Mach 2+ y maniobrabilidad rivalizarán con el F-22, pero su capacidad para operar con CCA y sensores avanzados lo hará más versátil frente a sistemas de defensa aérea modernos.
La pausa de 2024 permitió a la USAF reevaluar el NGAD frente a conceptos alternativos, como depender únicamente de drones o plataformas múltiples. La conclusión, según el general Joseph Kunkel, fue que “no había una opción más viable que el NGAD para lograr la superioridad aérea”. Este enfoque refleja la necesidad de un caza tripulado que combine furtividad, velocidad y capacidades de mando, algo que el F-22, a pesar de su excelencia, no puede igualar en escenarios futuros.

El impacto económico del contrato también es notable. La victoria de Boeing impulsó sus acciones en un 3%, mientras que las de Lockheed Martin cayeron un 5,4%, reflejando el fin de su monopolio en cazas furtivos. Para Boeing, el F-47 representa una oportunidad para revitalizar su división de defensa, afectada por pérdidas en programas como el KC-46 y el Air Force One. La USAF espera que el F-47 no solo domine el combate aéreo, sino que también establezca un nuevo estándar en la producción de aviones militares, evitando los errores del F-35.
El F-47 no reemplazará al F-22 de inmediato. La USAF planea modernizar los F-22 Block 30/35 hasta la década de 2030, mientras el F-47 entra en servicio. Sin embargo, su diseño modular y enfoque en la guerra en red aseguran que el NGAD esté preparado para evolucionar frente a amenazas emergentes, algo que el F-22, por sus limitaciones tecnológicas, no puede garantizar. Con el F-47, la USAF busca no solo mantener, sino redefinir la supremacía aérea para las próximas décadas.
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