Ocho detenidos. Una trama de corrupción empresarial y policial en el Sur de Tenerife. Cinco delitos: pertenencia a organización criminal, cohecho, revelación de secretos, tráfico de drogas y blanqueo de capitales. Y un encarcelado, después de que todos pasasen a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Arona que coordina la causa liderada por Asuntos Internos y la Fiscalía Anticorrupción. Todos menos uno: Francisco Moar, el ex jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife, que investigó el caso Mediador y que también fue responsable de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco).
Moar, ya jubilado, es la excepción de esta trama. Cinco días han pasado desde que la Policía Nacional practicó las detenciones. Cinco días y Moar es el único implicado que todavía no ha prestado declaración, y todo esto pese a que se encontraron 145 gramos de cocaína en el registro de su vivienda.
El que fuera jefe de la Policía Judicial y de la Udyco de Tenerife se encuentra en libertad en La Coruña, ciudad en la que reside desde que terminó su andadura en el Cuerpo, a final de año, y en la que fue arrestado. Los agentes de la Policía Nacional accedieron a su vivienda el martes para detenerlo por su participación en este entramado que buscaba ganar poder en el sur de Tenerife mediante el narcotráfico. Y también llevaban una orden judicial para registrar la casa.
En una de las habitaciones, tal y como avanzó este diario, la Policía localizó 145 gramos de cocaína, casi veinte veces más que lo permitido para el consumo personal. Solo la posesión de esta cantidad ya supone un delito de tráfico de estupefacientes. Pero en ese momento, cuando los agentes le iban a poner las esposas, Moar sufrió un desvanecimiento, un problema de salud que obligó a llamar a una ambulancia y trasladarlo a un centro hospitalario. Las fuentes cercanas al caso consultadas explican que la indisposición no fue grave, en caso contrario, habría quedado ingresado y custodiado.
«No se pudo practicar la toma de declaración del inspector jefe jubilado, que fue puesto en libertad por la Policía en La Coruña. Previsiblemente, se le tomará declaración en los próximos días por videoconferancia», explicaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC). La Policía lo dejó libre después de que lo determinase así la jueza de Arona.
Según las mismas fuentes, la jueza tendrá pruebas suficientes contra él para que esté temporalmente en la calle sin que haya riesgo de destrucción y sin que la causa corra peligro. Por eso, su declaración por videoconferencia no sería tan urgente. Tampoco ha apreciado riesgo de fuga en el ex mando policial, al tener arraigo en Galicia y domicilio conocido. Asimismo, su futura citación judicial para tomarle testimonio —de la que se desconoce la fecha— supone ya una medida cautelar. En caso de no presentarse, se ordenará su nueva detención o, incluso, se le podrá declarar en busca y captura si no se localiza.
Otros implicados
En el entramado están implicados otros dos mandos de la Policía Nacional en Tenerife: el ex jefe de Seguridad Ciudadana en el Sur, ya jubilado, y un subinspector de la Policía Judicial todavía en activo. Los agentes de Asuntos Internos investigan a sus compañeros por, presuntamente, pasar información a la red para favorecer sus intereses comerciales y comunicarles si los investigaban, a cambio de una sustancial suma de dinero.
Junto a ellos, en la organización trabajaban el abogado Jacob Haubbi, presidente de la Asociación de Jóvenes Abogados de Tenerife y representante de clubes cannábicos; dos ciudadanos de origen libanés y un colaborador. En la cúspide, el único encarcelado: Mohamed Jamil Derbah, inversor libanés asentado desde finales de los años ochenta en Canarias. Él es, para la Policía, el líder y se encuentra en prisión comunicada y sin fianza.
Los demás quedaron en libertad con medidas cautelares, como la obligación de presentarse en el juzgado, tras acogerse a su derecho a no declarar. La investigación continúa abierta, sin que se descarten más detenciones. También debe despejarse la incógnita de Moar: si declarará o guardará silencio, una vez acuda a esa nueva citación, y su situación procesal. ¿Acompañará en prisión hasta el juicio a Derbah o esperará en la calle como los otros mandos?
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