El Barça ha tardado una hora en quitarse sus problemas. Lo ha hecho en seis minutos de vértigo y dos protagonistas: Raphinha y Fermín. El brasileño, que ha empezado el partido en el banquillo, ha salido al rescate en la segunda mitad para impulsar al Barça.
Suyo ha sido el gol anímico. El que ha cambiado el partido, el que tanto necesitaba un Barça irreconocible con tantas rotaciones. Raphinha ha recogido un rechace de Ferreira y ha rematado con la derecha batiendo a Ferreira. Con su pierna mala pero con la confianza de la temporada de su vida. Un disparo en el minuto 54 para poner el 1-1.
Tras el gol de Raphinha, el conjunto de Flick ha seguido atacando, buscando un segundo tanto que ha llegado de la mano de Fermín, que llevaba todo el encuentro buscando el gol. Hacía semanas que lo hacía, que perseguía este tipo de remates que la temporada pasada ejecutaba con autoridad.
Fermín encontró en Gerard Martín un cómplice. Suyo el pase atrás y el mediapunta se sacó de la manga un zurdazo que se coló por raso en la portería del Valladolid. Un gol académico, un golpeo marca de la casa que recordó a sus mejores momentos en los Juegos. Lo necesitaba Fermín y lo necesitaba el Barça, que sufría viendo un resultado adverso que comprometía LaLiga.